Varias minas de los departamentos de Potosí, Oruro y La Paz aglutinan a los niños e incluso niñas que junto a sus padres, madres y hermanos abandonan sus hogares diariamente en búsqueda de una fuente laboral y sobrevivencia. Los factores son la pobreza y la desintegración según el Unicef, donde varios de los niños mineros a pesar de su edad escolar no acuden a las escuelas sino se dedican a trabajar tentado por los ingresos económicos desde 500 a mil bolivianos por semana.
En 2007, al menos 13.500 menores de 18 años participaban en la actividad minera. Son niñas y niños que arriesgan su vida para extraer minerales en forma ilegal. Sus ganancias oscilan entre los 500 y 1.000 bolivianos semanales, reporta Argenpress.
Sin embargo, el ministro de Trabajo, Daniel Santalla, anunció recientemente que el gobierno trabaja en la elaboración de un proyecto de ley para erradicar el trabajo infantil porque 850 mil niños y adolescentes trabajan en diferentes áreas en el país.