26 de diciembre 2011
Matthew Cardinale
ATLANTA, Estados Unidos – Activistas de Estados Unidos elogiaron una nueva norma anunciada por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para limitar las emisiones de mercurio y otras toxinas.
Además, celebraron la confirmación de que, tras una batalla de 10 años, la compañía LS Power cancelaba sus planes de construir una nueva planta de carbón, la estación Longleaf Energy, en el sudoriental estado de Georgia.
La semana pasada, la EPA divulgó las nuevas disposiciones, largamente esperadas, referidas a las emisiones de las plantas de energía, denominadas Estándares sobre Mercurio y Toxinas Aéreas.
Las nuevas directrices limitan las emisiones de mercurio, así como de gases ácidos, arsénico, cianuro, níquel y selenio.
Se espera que las nuevas pautas reduzcan la contaminación con mercurio 90 por ciento.
Las disposiciones tienen el objetivo de impedir unas 11.000 muertes prematuras y 4.700 ataques cardiacos anuales, según la EPA. También prevendrán 130.000 casos de asma infantil, y habrá unos 6.300 menos al año de bronquitis aguda entre niños y niñas.
El Congreso legislativo había aprobado enmiendas a la Ley de Aire Limpio en 1990, exigiendo, entre otras cosas, que el EPA regulara los contaminantes aéreos tóxicos, incluido el mercurio. Pasaron 20 años para que la agencia finalmente actuara.
«Las compañías eléctricas y de carbón combatieron estas normas en cada paso que dieron», dijo a IPS la activista Jennette Gayer, del grupo Environment Georgia.
«Hubo otra norma presentada en el gobierno de (George W.) Bush (2001-2009), pero que ni siquiera se acercaba a lo que quería el Congreso», añadió.
«Nosotros creemos que (la anunciada la semana pasada) es realmente una disposición histórica… y tendrá un gran impacto en todo el país, limpiando el mercurio, una peligrosa neurotoxina», añadió Gayer.
En una declaración, la administradora de la EPA, Lisa Jackson, señaló: «Con estos estándares, que estuvieron en proceso de elaboración durante dos décadas», la agencia «está cerrando un año de increíbles progresos en la limpieza del aire en Estados Unidos con otra acción que beneficiará a la población en el futuro».
A comienzos de este año, la EPA también había anunciado la Norma sobre Contaminación Aérea entre Estados (CSAP, por sus siglas en inglés), que establece límites a las emisiones de óxido de nitrógeno y dióxido sulfúrico. Fue la disposición más importante en la materia desde los años 90.
Algunas compañías de energía se quejaron de las nuevas disposiciones. Sin embargo, la firma operadora de una nueva y menos contaminante planta de carbón las elogió.
«Finalmente recibimos algunas pautas sobre el monto y el tiempo de emisiones por parte de la EPA, para que la industria pueda fijar un curso de acción», señaló en una declaración el director ejecutivo de Emberclear, Albert Lin.
«Para nosotros, las oportunidades de creación de empleos y de soluciones energéticas con menos emisiones para la nueva generación quedaron estancadas durante años, esperando las reglas del juego», agregó.
Emberclear planea abrir una central eléctrica a carbón en el nororiental estado de Pennsylvania dentro de unos años.
Como informó previamente IPS, varias plantas estadounidenses a carbón anunciaron en julio que cerrarían, mientras se canceló la construcción de otras nuevas, como resultado de la CSAP.
Uno de los últimos anuncios de LS Power fue que abandonaba sus planes de construir la planta en Georgia. La noticia fue especialmente celebrada por organizaciones locales, como Amigos del Chattahoochee, GreenLaw y Sierra Club, que lucharon durante 10 años contra esa central en particular.
«Estoy encantada. Creo que tomó mucho más tiempo de lo que esperábamos. Esto revela que el carbón no es una fuente viable para la energía en Georgia. Tendrán que limpiar o cerrar. Eso será tan bueno para nuestra salud como para nuestra economía», dijo a IPS la directora de la oficina en Georgia de Sierra Club, Colleen Kiernan.
El grupo Amigos del Chattahoochee (río que atraviesa los sudorientales estados de Georgia, Alabama y Florida) fue creado en 2001, cuando LS Power anunció por primera vez sus planes de instalar la central de carbón.
Las organizaciones presentaron varios recursos judiciales en los últimos cuatro años, que significaron importantes escollos para LS Power.
En junio de 2008, la jueza Thelma Wyatt Cummings Moore, de Tribunal Superior del Condado de Fulton, revocó el permiso de la compañía para operar, arguyendo que estaba incumpliendo con la Ley de Aire Limpio, particularmente en lo referido a la contaminación con dióxido de carbono.
La Suprema Corte de Estados Unidos acababa de considerar oficialmente al dióxido de carbono como un gas contaminante.
No obstante, en abril de 2010, la División de Protección Ambiental de Georgia otorgó un segundo permiso a LS Power. Los grupos apelaron señalando que no se había consultado a la población. La División entonces retiró el permiso e inició una ronda de audiencias públicas sobre el tema.
Las autoridades de Georgia finalmente decidieron otorgar la licencia a la compañía, lo que llevó a las organizaciones a presentar un recurso legal. La batalla terminó con la decisión de la firma de retirarse.
Sierra Club señaló que Longleaf fue la central número 160 en ser cancelada desde que el grupo lanzó su campaña «Más allá del carbón» en 2005. Además, otras 81 plantas han sido clausuradas o están en proceso de cierre desde 2010.