El Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO), promulgó la Ley Municipal N° 020/2015 que declara Alerta Naranja en Jurisdicción Municipal, con el propósito de prevenir y alertar ante una posible inundación con aguas ácidas de la mina San José. Dicha ley es para poder firmar un convenio entre la Gobernación y la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) que garantice recursos para el bombeo de aguas ácidas, puesto que si no son bombeadas podrían rebalsar y salir por las bocaminas del Socavón.
Especialistas ambientales indican que causa alarma generalizada el riesgo de filtración de las aguas ácidas de la mina San José, las cuales podrían terminar saliendo por el centro de la ciudad, Colegio Anglo Americano, Santuario del Socavón, Hospital General y los mercados Campero y Bolívar.
Distintos estudios realizados con anterioridad establecieron que las aguas de la mina San José son un serio problema de contaminación y riesgo a la salud por su extrema acidez con un pH 1,2 y por su contenido elevado de calcio, magnesio, hierro sodio, plomo y arsénico (PAADO. 2005). Lo preocupante es que a pesar de ser un problema de hace muchos años atrás, poco se ha hecho por dar una solución de fondo. Hasta el momento la única medida ha sido el bombeo a exterior mina, encauzando las aguas por el canal Tagarete hasta el lago Uru Uru, víctima silenciosa de la contaminación.
Si bien es urgente, -como demandan las cooperativas de San José-, el bombeo de las aguas ácidas para evitar la inundación en interior mina y la filtración hacia el centro de la ciudad, se debe estar consciente que dicha medida no es la solución de fondo de este problema.
El Instituto de Desarrollo y Ambiente de la Universidad Técnica de Oruro, el Programa Cuenca Poopó, el IRD, Dames & More han realizado estudios sobre la caracterización y el tratamiento de estas aguas ácidas que por cierto han costado millones de dólares. Ninguna de ellas se ha puesto en práctica. Inclusive un estudio indica que de estas aguas se puede recuperar minerales o lixiviar cobre, lo que conlleva a que es posible pensar que las plantas de tratamiento pueden ser autosostenibles, pero no se considera esa cuestión.
Al margen del peligro de la inundación de los socavones y la filtración hacia el centro de la ciudad, existe otro aspecto que preocupa; es que la filtración estaría alcanzando los bolsones y venas de agua dulce del sector de Challapampita, de donde se abastece agua dulce la mayor parte de la ciudad, lo que afectaría gravemente las reservas de agua de la ciudad de Oruro.
En ese sentido, comunarios de Quitaya (sector de lago Uru Uru) han manifestado que no aguantarán más las descargas de estas aguas de San José que llegan directamente hasta el Tagarete y luego al Uru Uru sin ningún tratamiento. Inclusive han amenazado con tapar el canal Tagarete para no dejar pasar el agua ácida (Félix Quiróz).
Las autoridades de la Gobernación, el Municipio y COMIBOL vinculadas a la solución de este tema, deben hacer los máximos esfuerzos para que de una vez se implementen sistemas de tratamiento de las aguas ácidas de San José como una prioridad ambiental y de salud pública de nuestro departamento. Tal como hemos alertado y preguntado a los candidatos a la Alcaldía Municipal de la ciudad de Oruro en el boletín Chiwanku N° 928 del 21 de marzo: ¿Cuál es el Plan de Gobierno Municipal de Oruro con relación a las aguas ácidas de la mina San José?
Norma Mollo Mollo
Unidad de Comunicación y Formación – CEPA
Cambio Climático CEPA – LIDEMA