Dirigentes centroamericanas de los movimientos que se oponen a las compañías mineras advirtieron a sus pares mexicanos sobre la estrategia que las compañías promotoras de esos proyectos han seguido, intentando dividir a las comunidades, sembrando la discordia incluso entre las familias, con el contubernio de los gobiernos.
En una entrevista con La Jornada de Oriente, realizada la semana pasada, tras haber participado en el foro “Pueblos en Resistencia contra el Modelo Extractivo Minero”, realizado ayer en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla, Omaira Silvera, de la organización Voces Ecológicas de Panamá; Rina Navarrete, de la asociación Amigos de San Isidro Cabañas del Salvador, relataron como sus poblaciones han sufrido el embate de las empresas a través de amenazas, dinero y muerte:
“Una forma en que lo trató de hacer la minera es pagarle a las familias para que ellas excavaran y entonces la minera decía: ‘Nosotros ya no tenemos que ver nada en eso, nosotros ya nos fuimos’, pero es que la gente comenzó a sacar el recurso de sus tierras y se los llevaba a vender a la compañía”, indicó Navarrete, activista, parte de un importante movimiento salvadoreño que enfrenta a Pacific Rim, compañía canadiense que en 2002 inició la exploración de yacimientos de oro y plata mediante con anuencias entregadas por el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Omayra Silvera recordó que en la lucha de los pueblos Ngäbe Buglé contra compañías coreanas y canadienses explotadoras de yacimientos de cobre, que fueron y siguen siendo apoyadas por el gobierno de Ricardo Martinelli, hubo también intentos de infiltrar a personeros de las mineras y de las autoridades.
“Sin embargo, la fuerza nos la dio la unión, la unión de todo el pueblo y los pueblos indígenas panameños, que hizo temblar al país y que no se ha dado por vencido, porque puede haber otras estrategias para que esas empresas logren lo que quieren, que es acabar con nosotros, quitarnos la tierra y lastimar a la naturaleza”.
En el foro realizado en la Universidad Autónoma de Puebla, Alejandro Marreros, del Consejo Tiyat Tlalli, expresó:
“También en lo que debemos poner atención, al menos en el corto plazo, es en este modo muy concreto de extracción minera que tiene como característica, al menos en América Latina, la extracción de grandes cantidades de recursos a costa de lo que sea, incluso a costa de la vida que no sirven o sirven poco para el desarrollo económico de nuestros países”, indicó.
“Nosotros, desde el Consejo Tiyat Tlalli, desde REMA, vemos lo complejo que es poder decir a la sociedad en su conjunto: no a la minería, porque podemos parecer o seguramente estaremos pareciendo como atrasados, antidesarrollistas, anti todo. Pero nuestra lucha es por la vida, y queremos intentar construir un motivo de lucha que sea incluyente, porque estamos seguros de que muchos de los que estamos presentes aquí diremos, ok, no a la minería, pero aquí tengo mi cámara fotográfica, aquí tengo mi celular y tantos artículos, tantas cosas que usamos en la vida cotidiana que tienen que ver con la minería, pero cuidado, no nos distraigamos, tengamos claro que a lo que estamos llamando es a la vida y a la vida de todos”, aseveró.