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Colombia

A salvo de minería, 100.000 hectáreas en el oriente antioqueño

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Por Ramiro Velásquez Gómez, 04 de julio de 2015

Con la declaratoria de protección de 101.000 hectáreas, el oriente antioqueño queda con 160.000 hectáreas protegidas de la minería, garantizando la preservacion de las fuentes hídricas y bosques.

Para el agua y la vida quedaron protegidas 101.704 hectáreas en 11 áreas de interés especial en 18 municipios del oriente.

En ellas no se podrá adelantar ninguna actividad minera, expresó Carlos Mario Zuluaga Gómez, director de esa Corporación Autónoma.

Con estas son ya 160.000 hectáreas protegidas bajo alguna figura legal en la jurisdicción de 26 municipios de Cornare, 20% del territorio.

“Son áreas de interés hídrico”, indicó, y el agua prima sobre los demás conceptos.

Permitirán además la conectividad de diferentes corredores ecológicos, lo que asegura el tránsito de especies por una amplia zona del oriente del departamento.

“Se protegen los cerros de la cuenca alta del Río Negro, zonas de ríos madres aportantes al Magdalena y al Cauca y zonas de especies endémicas”, agregó Diana Henao, jefe de la Oficina de Ordenamiento Ambiental del Territorio y Gestión del Riesgo de Cornare.

Con la declaratoria aumenta al 18,27% la protección de 10 ecosistemas, en especial el denominado orobioma alto de Los Andes.

La mayoría de esas 11 áreas quedan bajo la figura de Distrito Regional de Manejo Integrado y cuatro bajo la de Reserva Forestal Protectora Regional.

En las 101.000 hectáreas hay además sistemas boscosos en muy buen estado, dijo la funcionaria.

La declaratoria se logró tras un proceso de más de un año que incluyó el trabajo de comunicación y concertación con las comunidades, las autoridades locales y regionales, y luego de haber realizado la consulta y recibido el visto bueno del Instituto von Humboldt el 17 de junio.

Aunque existan títulos mineros, no se podrá conceder la licencia para la explotación.

Diana Henao recordó que hace poco un informe había mostrado que casi el 90% del oriente estaba solicitado para actividades mineras.

En varios municipios ha existido interés por la explotación de oro y metales asociados, además de los materiales de construcción, pero también se conoce la existencia de arcillas, calizas, bauxita y feldespato entre otros.
Vacío legal

Pero ¿por qué la declaratoria de las áreas protegidas libres de minería (y de actividades no autorizadas)?

A raíz de la inexequibilidad del Código Minero, surgió la amenaza de que grandes zonas del territorio nacional fueran usadas para minería.

El gobierno expidió por eso el decreto 1374 de 2013, en el cual concedió un año a las corporaciones para que definieran las áreas prioritarias de conservación, luego de lo cual se autorizarían las explotaciones si era el caso.

El Ministerio del Medio Ambiente expidió las Resoluciones 705 y 761 de ese año, en las cuales establecía unas reservas provisionales mientras se efectuaban los estudios.

En la jurisdicción de Cornare incluyó 15.448 hectáreas, que luego redujo a 14.128.

Al cumplirse el plazo y no haberse producido las declaratorias de áreas protegidas, se amplió por un año más que expira el próximo 15 de julio.

Cornare es así la primera Corporación que entrega el estudio total de su territorio y las zonas que quedarán protegidas. No se sabe si habrá una nueva prórroga para las demás entidades.

En las Reservas Forestales Protectoras aparte de la minería quedan prohibidas la exploración, explotación y refinación de hidrocarburos; la extracción de fauna y flora; el desarrollo de actividades urbanísticas e industriales; y la introducción de especies foráneas de fauna y flora.

Los distritos de manejo integrado no son tan excluyentes en actividades económicas, aunque la minería queda prohibida.

La declaratoria respeta los hechos constituidos de manera legal en esas zonas y las posibles decisiones por restitución de tierras.

“Los recursos naturales deben generar actividades económicas sostenibles”, indicó Zuluaga Gómez para enfatizar que no se trata de prohibir todo sino de hacer buen uso del recurso.
Interés

Fuera de los cerros de la cuenca del Río Negro, se protege la zona oriental del Alto de San Miguel, donde nace el río Aburrá-Medellín y toda la estrella hídrica del Samaná que baña una extensa región.

El 80 por ciento del territorio del municipio de El Carmen de Viboral quedó incluido, no con una sino con varias de las áreas protegidas, en especial por la Reserva Forestal Cañones de los ríos Melcocho y Santo Domingo.

Será esa una oportunidad, porque al saber qué usos son permitidos, las autoridades podrán planificar el desarrollo municipal con seguridad.

Otros municipios con alta representatividad son San Francisco (tiene bosques y ríos muy valiosos), San Luis y San Carlos.

De las 14.128 hectáreas provisionales incluidas por el Ministerio, 6.000 fueron descartadas tras los estudios.

Cornare prosigue con la delimitación del sistema de páramos en Sonsón, que puede estar en unos meses tras la aprobación de las autoridades nacionales. Y también acometerá el estudio del bosque seco en Abejorral, otro ecosistema que requiere un plan de manejo, aunque se halla protegido por norma nacional.

Las nuevas áreas fueron presentadas ayer al ministro del Medio Ambiente, Gabriel Vallejo López, quien resaltó que así se logrará la protección de las fuentes hídricas.