28 de junio de 2012
Después de don Miguel Álvarez del Toro, creador del zoológico en Tuxtla Gutiérrez, pocos se han ocupado y preocupado por la conservación de la naturaleza en Chiapas, hoy estaría en contra de la explotación y exploración minera
sostuvo Ignacio J. March Mifsut, investigador de The Natury Conservancy.
Mencionó que la explotación minera en la Sierra Madre de Chiapas y en cualquier región debería tener un enfoque, una aproximación meramente objetiva, habría que hacer una profunda investigación y sin duda detenerla, pese a que desafortunadamente ésta es muy mínima para la sociedad.
Sin embargo, dijo, es terrible por los impactos ambientales, puede ser una inversión muy importante y cuando se haga bajo condiciones absolutamente restringidas por el Estado y no dando un cheque en blanco a las empresas para que se desarrolle la minería como quieran las transnacionales.
Tras concluir un trabajo de investigación en la Sierra Madre de Chiapas, el ambientalista internacional consideró inaceptable aprobar cualquier proyecto de explotación minera u otra concesión dentro o fuera de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), «porque no podemos tener un discurso doble, son o no son zonas sujetas a conservación».
«Nos tiene que preocupar y ocupar la explotación minera, en paisajes tan frágiles, protegidos o no, como la Sierra Madre de Chiapas, habría que juntar la inteligencia colectiva que ya hay alrededor de la zona, hay que hacer los análisis de los costos y de los beneficios, pero si una explotación minera tiene mayores costos que los beneficios, evidentemente no es inteligente hacerlo», reiteró.
Enfatizó que todo desarrollo tendría que ser inteligente, cualquier actitud ciertamente tendrá algún impacto, pero lo que se busca es tener lo menor posible de impactos indeseables, si es responsabilidad del gobierno federal o del estado, pero la minería en áreas frágiles no dentro de ANP debería tener un sistema de restricción total con un monitoreo independiente.
«No es posible que las mineras sean juez y parte, hay que hacer un monitoreo objetivo de los impactos en el agua, suelos, aire, bosques, salud de la gente que vive en los alrededores, en el primer momento en que se sobrepasa los indicadores tendría que significar el detener estas obras y acabar con la concesión», indicó.
En un entorno global tan complicado, las inversiones extranjeras, sabiéndolas conducir, metiéndolas bajos las reglas, en beneficio de la gente, «no las debemos dejar pasar así nada más, el contexto económico futuro es complicado y difícil, algunas inversiones de estas pueden ser interesantes e importantes siempre y cuando, aclaró, no representen más los costos que los beneficios».
El experto opinó que «es necesario ver cómo cuantificamos los servicios ambientales, el riesgo y otros factores beneficios que tendríamos que exigir a estas explotaciones mineras, no se trata de que arrojen el 0.35 por ciento de las ganancias, eso no es inteligente para nadie, el término de sustentabilidad no puede comprometer el futuro de las nuevas generaciones».
Precisó que un desarrollo minero a cielo abierto, con poca vigilancia, con un gran impacto ambiental, con las técnicas más depredadoras que haya, va a comprometer el futuro y el presente de la humanidad, hay que preguntar a la gente de la región, productora, exportadora, evaluar la fertilidad de los suelos, calidad del aire y agua.
March Mifsut abundó que no se trata de estar en contra del desarrollo minero, pero tiene que ser en los sitios adecuados, en estos paisajes tan frágiles las restricciones tendrían que ser enormes, lo que se busca es el bienestar, no la depredación.