26 de febrero 2012
Kuala Lumpur.- Unos 3.000 malasios efectuaron el domingo una protesta contra una planta procesadora de tierras raras que construye la minera australiana Lynas debido a temores de contaminación radiactiva.
La movilización ha sido la mas grande a la fecha contra la planta, que tendrá un costo de 230 millones de dólares y podría convertirse en un dolor de cabeza para el gobierno en antelación a los comicios nacionales que se prevén para este año.
Las autoridades concedieron en fecha reciente a Lynas una licencia para que ponga en funcionamiento la primera planta de tierras raras, en años, en el exterior de China. La planta, en el estado de Pahang, ha suscitado encendidas protestas debido a los riesgos que representarían para la salud posibles fugas de residuos radiactivos.
Lynas dijo que planea que su planta entre en funcionamiento en junio para la refinación de mineral radiactivo procedente de Australia. La planta estará dotada con los más modernos controles anticontaminación, agregó.
Los manifestantes, entre ellos varios legisladores, dijeron el domingo que presionarán al gobierno para que cancele el proyecto. Muchos de los inconformes llevaban puestas camisetas verdes con las palabras «Paren Lynas» y algunos gritaron «Destruyan Lynas» durante la movilización que duró dos horas, en Kuatan, capital del estado de Pahang.
El dirigente de la oposición, Anwar Ibrahim, dijo que su alianza impulsará una moción de emergencia en el Parlamento para apremiar al gobierno a que cancele el proyecto. Prometió que la oposición retirará el proyecto de la planta si gana los comicios previstos para junio.
«No queremos que (este proyecto) sacrifique nuestra cultura y la seguridad de los niños», dijo Ibrahim a la multitud.
Lynas dijo que esta planta tendrá la capacidad para satisfacer un tercio de la demanda mundial de tierras raras, excluyendo a China. Asimismo, reduciría el monopolio de China en el abastecimiento global de las 17 tierras raras que son esenciales para la fabricación de artículos de alta tecnología como televisores de pantalla plana, teléfonos móviles, coches híbridos y armas.