Los tribunales federales otorgaron de manera definitiva la suspensión del acto reclamado por el Pueblo Wixárika (Huichol) a fin de que no se otorgue ningún permiso de explotación para el proyecto minero La Luz, en el Municipio de Catorce en San Luis Potosí, en tanto no se resuelva el fondo del asunto planteado.
Ante la omisión del Estado mexicano de garantizar sus derechos humanos y con el objetivo inamovible de la protección integral del territorio sagrado de Wirikuta, ante las amenazas agroindustriales y minero metalúrgicas, el Pueblo Wixárika presentó una demanda de amparo ante el Poder Judicial de la Federación exigiendo el respeto a los derechos que el Estado mexicano se ha comprometido a proteger a nivel nacional e internacional.
La comunidad Wixárika busca la reivindicación espiritual a través de la peregrinación de sus centros ceremoniales y mediante acciones ante el Estado mexicano e instancias internacionales.
Wirikuta, territorio sagrado de los wixaritari (huicholes), abarca los municipios de Catorce, Charcas, Matehuala, Villa de Ramos, Villa de Guadalupe y Villa de la Paz en el Estado de San Luis Potosí, fue declarado en 1994 Área Natural Protegida Sitio Sagrado Natural por el Gobierno de San Luis Potosí y cuenta con aproximadamente 140 mil hectáreas, lugar en donde el gobierno federal ha otorgado por lo menos 38 concesiones mineras para explotar los recursos mineros, poniendo en riesgo la biodiversidad, la continuidad del ecosistema del Desierto Chihuahuense, la calidad del agua, la salud de la población y al pueblo Wixárika.
El derecho territorial de los pueblos indígenas, no sólo reconoce las tierras o superficies en los que los pueblos se establecen, sino que, además, contempla aquellos espacios y territorios a los que tradicionalmente tienen acceso, así como el hábitat y su entorno, esto es, la integridad de elementos naturales que conforman el ecosistema.
El territorio de Wirikuta representa para la cosmogonía Wixárika el lugar en donde se fundan las esencias de vida y el nacimiento del sol, lo cual representa un elemento indispensable de su identidad cultural y para su subsistencia como pueblo originario. En este contexto resulta indispensable que el Estado mexicano consulte al pueblo Wixárika y obtenga su consentimiento libre, previo e informado de acuerdo a la legislación vigente, para que garantice de manera efectiva sus derechos fundamentales.
La reivindicación de los derechos del pueblo Wixárika ha sido acompañada por la Comisión Nacional de Derecho Humanos y la Oficina del Alto Comisionado en México de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quienes han mostrando su interés y disposición para la defensa del territorio sagrado.