Equipo de comunicaciones de la Mesa Nacional frente la Minería Metálica.
¿Quiénes estarán detrás de la minería verde?, pregunta el economista Juan Héctor Vidal, en un posdata de su artículo publicado en La Prensa Gráfica, el lunes 26 de mayo de este año.
Su interrogante, sin duda, está motivada por la intensa campaña de propaganda anónima que inunda la mayoría de radioemisoras y canales de televisión salvadoreños.
Esta millonaria cruzada publicitaria promueve la supuesta existencia de una minería no contaminante y cuestiona la indecisión del Ejecutivo salvadoreño ante la explotación de metales, contrastándola con el presunto interés que gobiernos de los más variados países muestran por esta nociva industria. La pregunta del señor Vidal es oportuna para reiterar que los autores de esta ofensiva mediática son empresas extranjeras, como la canadiense Pacific Rim, cuyo propósito es extraer metales preciosos, sobre todo oro y plata, en el subsuelo de Cabañas y el resto de la zona norte del país. Pacific Rim, junto a otras compañías, como Martinique Minerals y Minerales Morazán, pusieron su mirada en El Salvador, desde mitad de los años noventa, impulsadas por el alza de los precios del oro en el mercado internacional, que ahora rondan los mil dólares por onza.
Esta compañía, con sede en Vancouver, tiene varias licencias de exploración en Santa Ana (Texistepeque y Metapán), Chalatenango (Nueva Concepción) y Cabañas (San Isidro, Guacotecti y Sensuntepeque), donde existen importantes vetas de oro y plata. Además explora otros sitios en San Miguel, Morazán y La Unión.
En octubre de 2005 solicitó el permiso al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), para explotar la mina El Dorado, en San Isidro (Cabañas), pero hasta hoy dicha cartera estatal le ha negado la autorización, debido a que –en palabras del ex-ministro Hugo Barrera– la minería metálica es inviable en El Salvador, dada su pequeñez territorial, su alta densidad poblacional y su crisis hídrica.
La certera postura del MARN fue respaldada por la Comisión Nacional de Desarrollo (CND), la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), las comunidades afectadas y por las organizaciones ciudadanas aglutinadas en la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica. Incluso, un grupo de 45 congresistas estadounidenses apoyan esta posición.
Ante esta situación, Pacific Rim implementó una estrategia que incluyó la incorporación del poderoso Grupo Poma como accionista local, representado por Patricio Escobar Thompson. Esto permitió que su esposa, la vicepresidenta de la República, Ana Vilma de Escobar, presionara a favor de la minería, al interior del Ejecutivo. Sin embargo, esto no funcionó y la indecisión prevaleció en la mayoría de funcionarios de la administración Saca.
Pacific Rim entonces, cambió de estrategia y contrató como activistas mineros al economista Manuel Enrique Hinds, al abogado Fidel Chávez Mena y al ex-empleado del MARN Luis Trejo.
Además inició una campaña mediática para presionar al gobierno e intentar poner a su favor la opinión pública. Hinds hizo un "estudio" que destaca los "beneficios" económicos de la minería, centrándose en el incremento del PIB y de las exportaciones. Chávez Mena escribió un proyecto de nueva ley minera, tendiente a superar "las trabas" que Pacific Rim ha encontrado en la actual Ley de Minería.
Y Trejo inventó la frase "minería verde", inexistente en el mundo científico. Esta propuesta de ley es impulsada por los diputados del PCN, –excepto la legisladora suplente María Julia Castillo– y algunos de ARENA, principalmente, Donato Vaquerano, Vicente Menjívar y Mario Marroquín, miembros de la Comisión ad hoc de Minería. Los pecenistas Roberto Angulo, Francisco Merino y Orlando Arévalo, son los promotores más intensos de Pacific Rim. Mientras, los grupos parlamentarios del FMLN y CD se han mostrado en desacuerdo con el cuestionado proyecto de ley.
Lo último que ha hecho Pacific Rim es presionar al Ejecutivo salvadoreño a través de algunas autoridades canadienses. Esto lo confirman representantes de partidos políticos con los que la Embajada de Canadá en nuestro país ha intentado cabildear a favor de la minería. Además, recientemente un alto funcionario canadiense visitó al presidente Saca, pero –curiosamente– los medios de comunicación no informaron sobre el motivo de ese encuentro.
En resumen, la empresa Pacific Rim, el Grupo Poma, el gobierno canadiense, diputados del PCN y ARENA, Enrique Hinds, Fidel Chávez Mena y otras plumas pagadas por Pacific Rim, como Jorge Villacorta, están detrás de la campaña mediática que hace sospechar, con justa razón, a don Juan Héctor Vidal y a todos los salvadoreños y salvadoreñas que nos preocupamos por el país.