Guatemala

Mensaje de la Iglesia católica suiza a las personas y las Iglesias en Guatemala

La Iglesia suiza agradece los encuentros y las conversaciones que pudo tener con Álvaro Ramazzini, obispo de San Marcos, Guatemala, durante su visita a Suiza del 25/26 de noviembre de 2011. La visita contribuyó a un mejor entendimiento de las necesidades y preocupaciones de la población guatemalteca. Las personas en Guatemala deben de saber que la Iglesia en Suiza aboga por la justicia y la paz en Guatemala, con los medios a su alcance. La visita del obispo Ramazzini a Suiza ha fortalecido y profundizado las relaciones entre la población y las Iglesias en Guatemala y en Suiza.

Reconocer la realidad

1. Tenemos conocimiento que la mayoría de la población indígena en el altiplano de Guatemala vive en la pobreza extrema y está expuesta a discriminaciones. Para muchas personas el derecho a una alimentación suficiente y sana no está asegurada.

2. En el altiplano de Guatemala la densidad de la población es alta. El suelo a disposición es escaso. Para asegurar una alimentación suficiente, es necesario cuidar el manejo de los recursos naturales. Una extensión de la minería, a menudo llevada a cabo a cielo abierto, contradice a este manejo cuidadoso de los recursos naturales y amenaza la seguridad alimenticia de las personas.

3. Nos hemos enterado que la explotación de oro y plata, la inundación de tierras arables para las represas y el uso de yacimientos de agua para generar energía en Guatemala y otros países de América Latina amenaza el derecho a la existencia de la población local.

4. En junio de 2010, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ordenó al gobierno de Guatemala cerrar la mina Marlin en San Miguel Ixtahuacán, hasta tener datos confiables en cuanto a las consecuencias de la minería en la salud de las personas y el medio ambiente. Hasta la fecha no se ha cumplido con este requerimiento.

5. Conocemos el gran poder que tienen las empresas internacionales sobre los gobiernos de países débiles. Por tanto, los inversores de empresas multinacionales deben de tomar consciencia de su responsabilidad y abogar por el cumplimiento de los convenios y las líneas directivas internacionales.

6. Los convenios ratificados por el gobierno guatemalteco, sobre todo el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, artículo 19, obligan a los Estados de informar con anticipación a la población que será afectada e incluirla en los procesos de toma de decisiones por medio de consultaciones. Esta obligación no es respetada ni en el caso de la mina Marlin, ni en otras concesiones que están siendo negociadas.

7. Nos hemos enterado que la población indígena del altiplano de Guatemala resiste de manera decidida en contra de la extensión de la minería. No están de acuerdos en que su tierra, donde han vivido desde siempre, sea explotada y dañada por mucho tiempo.

8. Las comunidades y las organizaciones indígenas en el altiplano de Guatemala exigen poder decidir por ellos mismos sobre su futuro y los modelos de desarrollo. Apelan a la comunidad nacional e internacional que las escuchen y entren en diálogo serio sobre el tema de derechos territoriales y de uso de la tierra, pero también sobre los modelos de participación en la toma de decisiones.

9. Debido a la extensión de la minería, la población afectada en el altiplano de Guatemala está amenazada en su dignidad y su existencia. No tomar en cuenta a la población en cuestiones centrales para su futuro, significa aumentar el peligro de que los conflictos y la violencia en la región vayan a escalar de manera dramática.

Juzgar a la luz del evangelio

Según nuestra fe cristiana, la tierra es la creación de Dios. Como seres humanos tenemos la vocación de administrarla con respeto y de protegerla (Gen 1,26). El Papa Juan Pablo II indicó los riesgos para toda la humanidad, si nuestro planeta sólo es usado para la explotación y la acumulación de riquezas económicas.
La actual explotación de la tierra lleva a la destrucción de las bases de vida en el altiplano de Guatemala. El cultivo de alimentos ya no es posible de esta forma. Para lixiviar los metales preciosos se requiere de cantidades enormes de agua. El agua se contamina por el uso de químicos. Los desagües no sólo llegan a dañar el entorno inmediato sino también ponen en peligro los seres humanos y el medio ambiente en regiones distantes.
En su resistencia contra la explotación, los miembros de movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos son perseguidos y tratados como criminales.

Actuar a favor de la justicia y la paz Juan Pablo II dijo:
“Quien quiera la paz, que primero busque la justicia”. Estamos conscientes que la explotación de recursos naturales en Guatemala y otros países del Sur está ligada al estilo de vida de países industrializados y los llamados emergentes. Por eso:

1. Compartimos las preocupaciones de las Iglesias en Guatemala, que abogan por la justicia social y la protección de los derechos humanos al lado de los pobres y oprimidos.

2. Abogamos por un estilo de vida responsable en Suiza. Nuestro bienestar no debe afectar a ninguna persona en Guatemala y otros países del Sur.

3. Apoyamos el trabajo de nuestras agencias de cooperación eclesiásticas y sus organizaciones asociadas en Guatemala. Estas promueven proyectos de desarrollo alternativos para el uso sostenible del suelo en el altiplano de Guatemala.

4. Exigimos a la comunidad internacional y también a nuestras autoridades suizas, que pidan al gobierno guatemalteco el cumplimiento de los tratados internacionales, en especial del Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.

5. Exigimos a las empresas multinacionales, sus inversores y filiales cumplir con las decisiones y recomendaciones de instancias internacionales. En específico, las decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no deben de ser ignoradas por más tiempo.

6. Apoyamos la campaña para un “derecho sin fronteras” que ha iniciado en Suiza y que reivindica reglas claras para empresas operando a nivel mundial en cuanto a la protección de los derechos humanos.

Einsiedeln, 26 de noviembre de 2011

Abad Martin Werlen OSB Wolfgang Bürgstein Markus Brun
Responsable para el trabajo Secretario General Director Fundamentos de Justicia y Paz en Justicia y Paz de la política de desarrollo la Conferencia Episcopal de Suiza de la Acción Cuaresmal