Hace justo un año, el carbón pasaba por la etapa más crítica de su historia centenaria en León. Las centrales térmicas tenían interrumpido el consumo de combustible autóctono, a la espera de la aplicación del real decreto que lo incentiva y, en consecuencia, la actividad extractiva estaba paralizada, con más de 2.000 trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo.
Al final del primer semestre de este año, la situación se normalizó, pero dejó secuelas imborrables. En un municipio de tan honda tradición minera como Villablino, ahora mismo, no hay explotaciones abiertas. El pozo Calderón, de Coto Minero Cantábrico, permanece cerrado y los trabajadores han sido trasladados a Cerredo, en Asturias.
Además, los hechos vuelven a poner al sector ante la amenaza de un nuevo colapso. La marcha atrás dada por el Ministerio de Industria, que se comprometió el pasado mes de octubre a prorrogar el real decreto que garantiza el suministro, vuelve a abrir un nuevo panorama de incertidumbre para las comarcas mineras. Si ésta normativa no sale adelante antes de final de año, puede ocurrir que el día 1 de enero de 2012 las empresas no tengan garantizada la venta del carbón a las térmicas. Hasta aquí, los problemas inmediatos. Los de siempre hacen aflorar datos como que León pierde la mitad de sus mineros en cinco años.
El incumplimiento sistemático de las cuatro incorporaciones que se deben producir cada vez que se sumen nueve prejubilaciones hará que las cuencas leonesas cierren el próximo año con apenas 1.700 trabajadores, cuando al inicio del actual Plan del Carbón había 3.000 operarios. Desde la entrada en vigor del primer Plan del Carbón en 1998 han desaparecido 20.000 empleos en las cuencas españolas.
Los retos del futuro pasan por una fecha: 2018. Es la fijada por Bruselas para el fin de las ayudas y, a la postre, de la minería. Los movimientos han comenzado a producirse. Empresas y administraciones reclaman ya una revisión del marco europeo para volver a abrir el debate sobre la necesidad de que los países puedan producir el 15% de su energía a partir de fuentes autóctonas.
En el caso de España, la más abundante y segura es el carbón. Como viene ocurriendo en el último cuarto de siglo en León, no hay Santa Bárbara sin crisis en la minería.