Versiones contradictorias sobre la frustración del diálogo en Cajamarca que después de 9 horas se levantó sin llegar a acuerdos.
Las peores predicciones se hicieron realidad. El diálogo instalado desde mediodía y que duró nueve largas horas en las que se habían avanzado importantes acuerdos entre gobierno y autoridades regionales, se cerró abruptamente cuando no hubo acuerdo sobre la continuidad de la huelga. El gobierno exigió firmar el levantamiento y los cajamarquinos pasar a consulta a bases, con lo que no hubo acuerdo y se produjo una ruptura no deseada que mantiene la huelga y ha llevado a la declaratoria de estado de emergencia.
Los dirigentes y autoridades regionales indicaron que ellos solicitaron un plazo de 24 horas para consultar con sus bases, pero que el pedido no fue aceptado. De inmediato, la delegación del Ejecutivo informó de los hechos al presidente Ollanta Humala, que concluyó con la decisión que ahora todos lamentan.
Durante su conferencia de prensa Salomón Lerner informó que se había llegado a “varios puntos de acuerdo”, como la conformación de dos Mesas de Trabajo, para analizar el tema de la suspensión de operaciones de la Mina Conga, la realización de un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y el retiro de la maquinaria pesada de la compañía Yanacocha, de las zonas de las lagunas.
La segunda Mesa de Trabajo estaba referida a discutir un Plan de Desarrollo para la región Cajamarca, un tema que no merecía mayor discusión.
Lerner sostuvo que el gobierno ratificó el nuevo esquema de trabajo por el que queda garantizada la prioridad del uso del agua para el consumo humano; en segundo lugar, para las actividades renovables, como la agricultura; y en tercer lugar, para las no renovables, como la minería.
Lerner señaló que ante la negativa de las autoridades de Cajamarca de levantar inmediatamente la medida de fuerza, la delegación gubernamental tuvo que retirarse de la sede de la municipalidad provincial, “dejando en claro que tanto el orden público, como los derechos constitucionales de la población tendrán que ser respetados”.
A su turno, el viceministro del Interior Alberto Otárola, coincidió con Lerner en que se les notificó a los dirigentes de Cajamarca la decisión del Ejecutivo “por velar por el Estado de Derecho” y que “el siguiente escenario es restablecer el orden público”, en clara alusión a la declaratoria del Estado de Emergencia en la zona.
“Cajamarca es una ciudad ahorcada, con dirigentes irresponsables que vienen soliviantando al pueblo, con una serie de demandas absolutamente inatendibles, algunas de ellas”, enfatizó.
NO A LA REPRESIÓN
Ante esa situación, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Miguel Cabrejos, expresó la preocupación de la Iglesia Católica porque la crisis devenga en hechos de sangre.
En ese sentido, invocó a retornar al diálogo entre las dos partes, ya que –anotó- “nadie quiere la violencia y el derramamiento de sangre, pues con el diálogo todos ganamos y con la violencia, perdemos todos”.
La reunión entre el Ejecutivo, las autoridades regionales y locales, junto con el Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca, se inició a 12.20 horas aproximadamente y se prolongó por más de ocho horas de tensas discusiones que, en algunos momentos, llegó a crispar los ánimos de los interlocutores gubernamentales y de la región, por las posiciones encontradas de ambas partes.
Las conversaciones se desarrollaron a puerta cerrada y sin presencia de la prensa, a excepción del canal estatal de televisión y el equipo de comunicaciones de la PCM. El principal tema que empantanó las negociaciones, por varias horas, fue la determinación del presidente regional Gregorio Santos, los alcaldes distritales y provinciales, así como del titular del Frente de Defensa Ambiental, Wilfredo Saavedra, por forzar la declaratoria oficial de inviabilidad del proyecto aurífero Conga.
Santos alegó que la depredación del recurso hídrico y las secuelas contaminantes que dejará tras de sí el proyecto eran irreversibles y que no había nada que discutir. Además, pidió el retiro de los equipos de Yanacocha.
En los exteriores de la sede de la municipalidad provincial, en la que se desarrolló el cónclave, se apreciaba un imponente resguardo de efectivos policiales y del Ejército, frente a un grupo de aproximadamente medio centenar de manifestantes, a ambos lados del recinto edil.
Allí se registraron algunas trifulcas y agresiones a algunos periodistas. La delegación del gobierno la presidió el titular del Consejo de Ministros, Salomón Lerner, y la integraron los ministros de Inclusión Social, Carolina Trivelli; del Interior, Óscar Valdés; de Trabajo, Rudecindo Vega y de Vivienda, René Cornejo.
Igualmente, la viceministra de minas, Susana Vilca; así como representantes de la Defensoría del Pueblo, el Poder Judicial y el Ministerio Público.
Ellos se reunieron con el presidente regional, Gregorio Santos; el alcalde provincial de Cajamarca, Ramiro Bardales, el burgomaestre provincial de Hualgayoc, Hernán Vásquez. Asimismo, participan los alcaldes de los distritos de La Encañada, Jorge Vásquez; y de Huasmín, José Marín. A estas autoridades se sumó el presidente del Frente de Defensa Ambiental, Wilfredo Saavedra.
También intervinieron en la cita el presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Cajamarca, Jorge Vergara. Asimismo, participaron el monseñor José Carmelo Martínez Lázaro, obispo de la Diócesis de Cajamarca, y el presidente de la Conferencia Episcopal, Miguel Cabrejos, en calidad de facilitadores del diálogo. Previamente, el primer ministro Lerner dirigió un breve discurso a la población de Cajamarca, desde la Plaza de Armas de esta ciudad, en el que hizo hincapié en la importancia del diálogo como medio para resolver los problemas que separan a los peruanos, específicamente confianza en lo referente al conflicto por la continuación del proyecto minero Conga, al tiempo de solicitar confianza de los residentes en el Ejecutivo. “Hemos venido para lograr el entendimiento entre todos los peruanos, para que con el diálogo podamos entendernos. No con la violencia. Queremos decirle a todo Cajamarca que tenga confianza. Queremos dialogar para lograr el desarrollo y la paz en el Perú. Ese es nuestro propósito: no confrontarnos entre peruanos, queremos que tengan la confianza de que queremos entendernos entre todos los peruanos”, anotó.
HERMANO DE ROQUE BENAVIDES
denunciado por robo de tierras
El hermano del empresario minero Roque Benavides Ganoza fue denunciado por un poblador de Cajamarca de apoderarse ilegalmente de 160 hectáreas de un terreno de su propiedad, después de fingir ante las autoridades que vivía en la zona.
Según el denunciante Lorenzo Enrique Burga Caballero, Raúl Eduardo Benavides Ganoza, gerente de Minas Buenaventura, declaró ante las autoridades que vivía desde hace un año en el terreno ubicado en Mesa Redonda. “Por ello lo he denunciado por asociación ilícita para delinquir.”, indicó.
Burga Caballero explicó que el hermano de Roque Benavides llenó un formulario en el que declaraba que vivía en la zona y tenía dos vacas, para acogerse a un lotizado de tierras ante Registros Públicos. “No solo dijo que vivía en mis tierras, sino que llenó un formulario para adueñarse de 160 hectáreas”, indicó.
Añadió que intentó recuperar sus tierras, pero fue en vano debido a las influencias y el poder económico del hermano de Roque Benavides, quien es uno de los hombres más ricos y poderosos del país.
EN CAJAMARCA. DESDE LAS CERO HORAS DE HOY Y POR 60 DÍAS
Presidente decreta estado de emergencia
A las diez de la noche, conocida la noticia de la ruptura del diálogo entre la comisión de ministros presidida por Salomón Lerner y las autoridades y dirigentes de Cajamarca, el presidente Ollanta Humala se dirigió a la nación en un breve discurso por televisión en el que recalcó la voluntad de diálogo mantenida por el gobierno en los días que lleva la huelga y anunció que en vista de la continuación de la huelga y las amenazas existentes contra la vida y la integridad de las personas, y contra la propiedad privada, se procedería a declarar el estado de emergencia en las provincia de Cajamarca, Celendín, Hualgayoc y Contumazá por espacio de 60 días.
Así, el conflicto de Conga llegó a su etapa más difícil cuando aparentemente todo indicaba que se podía alcanzar una solución luego de nueve largas horas de negociaciones entre gobierno y huelguistas. Las versiones contradictorias en las que el gobierno acusa de intransigentes a los dirigentes por no firmar el levantamiento de la huelga y los cajamarquinos acusan al gobierno de no aceptar el pedido de llevar los puntos de los acuerdos a consulta de las bases, han dado un saldo que ahora todos lamentan con el gobierno dando un paso represivo que todo indica que no quería dar, y la huelga antiminera no levantada cuando tenía a su alcance la posibilidad de una importante victoria. Ahora solo queda esperar que el enfrentamiento que se insinúa en el horizonte no se produzca, por el bien de todos los peruanos.