05 de noviembre de 2011
Ana Núñez
Ricardo Trovarelli, miembro de la Sociedad de Minería y presidente de la Fundación Integración Comunitaria habla sobre la responsabilidad social de las mineras de hoy.
Señor Trovarelli, ¿de qué se ocupa la Fundación Integración Comunitaria?
Integración Comunitaria fue fundada el año 2005 por nuestra principal, Trafigura, y por las empresas que ésta tiene en el Perú: Consorcio Minero, Impala Perú, las Minas Condestable y Catalina Huanca y Urion, que es la central de manejo corporativo.
Entiendo que su objetivo es profundizar las acciones de responsabilidad social de sus empresas. ¿No eran suficientes?
No, fue una forma de orga-nizarnos de manera especializada para que los equipos que trabajan con las comunidades de cada empresa tuvieran un vehículo que permitiera canalizar no solo los recursos de nuestras empresas, sino también donaciones del exterior.
Como fundación de consorcios mineros, ¿cómo entienden la responsabilidad social?
Mire, uno va a hacer minería y no puede dejar de estar en contacto con los problemas y las necesidades de la gente. Las carencias son enormes. Cuando llegamos a Ayacucho, a la zona donde está Catalina Huanca –fuimos la primera empresa privada que regresó a Ayacucho después de 40 años del terrorismo–, sabíamos que íbamos a encontrar mucha pobreza y cierta resistencia; pero lo que encontramos en términos de carencias superó largamente la realidad…
¿La empresa ayudó a cambiar esa situación?
Bueno, lo estamos haciendo. Hemos hecho un proyecto y desarrollado todos los estudios para hacer una irrigación que permita abastecer de agua con riesgo sostenible a más de 900 hectáreas de la zona. Estamos hablando de un proyecto de 26, 27 millones de dólares y tenemos que lograr que el gobierno ponga dinero porque no estamos hablando de Yanacocha ni Souther… Esto es a largo plazo. A corto plazo tenemos una serie de programas de desarrollo sostenible a pequeña escala…
Y ¿estos proyectos ayudan a combatir la resistencia de las poblaciones a la minería?
Imagínese, una zona que había sido cuartel antiterrorista. Al rededor de la mina Catalina Huanca había ómnibus y camiones que fueron quemados durante la época de la violencia, 45 viudas en un pueblo cercano… Nosotros hemos llegado ahí con inversión y tuvimos que invertir toda una situación ambiental y social muy compleja, con mucho trabajo.
El presidente Humala les pidió que “se mojen” a los empresarios. ¿Lo están haciendo?
Todas las minas pagan sus impuestos, pagan las regalías, y todas tienen fundaciones como ésta que hacen acción social.
Y ¿por qué no los quieren?
Hay una carga del pasado, cuando no había reglas. El año 92 las normas ambientales comienzan a ser más exigentes y las minas comenzaron a adecuarse.
“Si se anula Conga, dudo de que haya mayor inversión”
Si la minería está actuando responsablemente, ¿por qué cree que hay tanta resistencia a diferentes proyectos?
Hay grupos violentistas de extrema izquierda que están creando problemas. En Conga no hay conflicto: hay 7 mil trabajadores y todas las comunidades que están alrededor están de acuerdo. Primero atacaron a Yanacocha, ahora a Conga y ya están atacando a Mishiquillay…
El presidente de la SNM dice que hay una escalada de chantaje contra la minería formal…
No me cabe la menor duda, pero no debemos olvidar que este gobierno nos pidió que hagamos mayores contribuciones y nos prometió que podríamos trabajar en paz y no está cumpliendo… Si Conga no se ejecuta, es poco probable que haya otros proyectos de inversión minera en los próximos 5 años.