Por Adrian Giacchino, Fundación Azara Misiones, Argentina,
Domingo 3 de febrero, 2008 http://www.lineacapital.com.ar/?articulo=322
Primero fue la pastera Botnia, después llego Ence y ahora como si nos contaran un final anunciado de esta historia llega una de las dos mineras más grandes del mundo: Río Tinto.
A espaldas nuevamente de la Argentina, y con la complicidad de las autoridades uruguayas, la empresa anglo-australiana Río Tinto, que con su nombre premonitorio quizás nos quiera contar el estado en que dejarán el río Uruguay, construirá un megapuerto de ultramar para transbordar hierro y carbón mineral en La Agraciada (kilómetro 25 del río Uruguay), Departamento de Soriano, frente a nuestro país. La empresa – aún sin los permisos aprobados, sin los estudios de impacto ambiental terminados y sin la consulta respectiva del gobierno uruguayo a la contraparte argentina de la Comisión Administradora del Río Uruguay – ya compró campos por más de 5 millones de dólares, incluso algunos de ellos al Instituto de Forestación (un organismo oficial uruguayo) y tiene previsto comenzar las obras en breve en el marco de una inversión de 1.300 millones de dólares para potenciar y desarrollar la explotación minera de Corumbá (Mato Grosso, Brasil) en la que hoy se extrae anualmente 2 millones de toneladas de mineral de hierro.
Esta cifra se elevará a 20 millones; su Polo Siderúrgico junto a 16 empresas en Brasil; y la logística que incluye el cuestionado puerto.
Habitantes consultados de Soriano, Nueva Palmira y Carmelo expresaron su descontento por la instalación del puerto.
La construcción del mismo llevará dos años, estando activo hacia mediados de 2010.
Contará con 4 atracaderos independientes, muelle, 2000 metros de cinta transportadora (800 por tierra y 900 adicionales sobre un puente de caballete hasta el atracadero) e infraestructura en tierra.
Ello implicaría actividades de desmonte, excavación y movimiento de suelo, instalación de campamentos de trabajo, transporte y movimiento de materiales, pavimentación, oficinas y galpones. Aunque no lo confirmaron fuentes oficiales, Uruguay estaría en tratativas por unos 14 proyectos de puertos como este, que sería el primero de la serie de megapuertos similares. Es evidente a la luz de los hechos que el gobierno uruguayo tomó la decisión de cambiar su política de "país natural" y puso de "remate" el río Uruguay.
Esto es lo único que explica el consentimiento y complicidad para la instalación de pasteras, puertos y cuanta empresa multinacional necesite del río, llegando a violar tratados internacionales.
Pensar que fue un país que llegó a ocupar el sexto puesto entre los países más ecológicos.
Si se concreta la serie de emprendimientos de alto impacto que se están proyectando sobre el río Uruguay, el mismo será definitivamente un río tinto para nosotros y nuestras futuras generaciones.
Y la pregunta que nuestra sociedad se debería hacer es: ¿a cambio de qué?
Hoy es el momento de exigir el cumplimiento de la legislación internacional vigente, ya que la empresa Río Tinto está especulando con avanzar en las obras del puerto y enfrentar la situación sobre un hecho consumado y un puerto en funcionamiento.
Otra multinacional que enfrentará a los dos países con el único fin de buscar su propio rédito económico.