Washington, D.C. Diciembre 3, 2007 —
El nerviosismo entre los accionistas internacionales con inversiones en compañías mineras ecuatorianas disminuyó el fin de semana luego que el presidente Rafael Correa reveló que el desarrollo de su país se basará en la minería.
Por primera vez desde que asumió el mandato, el presidente izquierdista dio luz verde a las operaciones mineras sin restricciones, reconociendo el impacto ambiental pero enfatizando que esta industria puede poner fin a la pobreza de la mayoría de los ecuatorianos. Un solo proyecto tiene cien mil millones de dólares en cobre, destacó el jefe de estado el pasado sábado durante su programa semanal radial. Lea el boletín de la presidencia Correa también se refirió a la minería durante la inauguración de la Asamblea Constituyente el pasado viernes, 30 de noviembre.
“¿Quién puede favorecer la minería de cielo abierto por sí misma? ¿Quién puede estar de acuerdo que en donde una vez había un bosque primario ahora hay un pozo petrolero, sin ningún tipo de información adicional?
Pero si esa mina tiene un valor presente de US$100 mil millones, o ese pozo petrolero tiene un potencial de US$ 20 mil millones, quizás lo inmoral sería dejar pasar esa gran oportunidad de desarrollo del país”, aseveró.
Durante su discurso, el presidente reiteró su intención de establecer regalías a las más de 4.000 concesiones que su país ha concedido.
Añadió que la tasa anual, por hectárea que se cobra actualmente y que va de US$ 1,6 a US$ 16 no son suficientes para darle a su nación una participación adecuada sobre la explotación de minerales metálicos.
Así, pese a que el ex ministro de energía y minas Alberto Acosta fue elegido presidente de la Asamblea y goza de los plenos poderes de la misma, el primer mandatario parece resuelto a dar forma a la Constitución y a las leyes de su nación con sus propias manos. Y lo haría con un ojo puesto en la minería.
El nivel de influencia que el presidente Correa ejercerá sobre la Constituyente, aún está por verse, pero Acosta va perdiendo terreno en su permanente amenaza por impulsar la prohibición de la minería a cielo abierto.
La Asamblea Constituyente ecuatoriana inició sesiones el pasado jueves, 29 de noviembre y está compuesta por una mayoría del partido político de gobierno, Alianza País. Correa es el líder indiscutible entre los 80 representantes de su partido, un 61 por ciento del total de 130 asambleístas.
El primer mandatario está resuelto a tramitar las leyes que considere de importancia a través de la Constituyente y espera que sus asambleístas sigan sus directrices, sino abandonaría su cargo.