El sentido común nos dice que la economía mundial no puede depender de un recurso agotable y cada vez más escaso como el petróleo, pero al mismo tiempo, el control sobre él sigue siendo fuente de conflictos internacionales que incluso suelen acabar en la guerra. La era postpetrolera está todavía lejos.
En ese escenario donde impera la irracionalidad, cualquier esfuerzo por ir más allá en la eliminación del petróleo como fuente de energía suena sorprendente. Ahora bien, ¿el Plan Nacional de Descarbonización (PND) alcanza para ser celebrar? ¡Lo pongo en duda!
Lo bueno. –El PND tiene buenas ideas en cuanto a la gestión integral de residuos sólidos, con la inclusión en políticas del principio de la cuna a la tumba, que implica que quien produce es responsable también de los residuos que generan sus productos. También, las políticas de transporte público son visionarias y, de materializarse, podrían llegar a aliviar el caos vial en buena medida. La incorporación de criterio ambientales sobre emisiones y fuentes de energía en las construcciones e industria es un paso que se debe dar lo antes posible y el PND es un inicio oportuno.
Lo malo. — La descarbonización parece ser el gran tema ambiental al que le apostó este gobierno. Lo malo radica, justamente, en que la descarbonización que nos plantean tiene una amalgama inquebrantable con el sistema de producción capitalista, que es por naturaleza depredador y, ya habremos notado, es depredador de la naturaleza. Cualquier política ambiental que evite el cuestionamiento del modelo económico será incapaz de detener el caos ambiental al que nos dirigimos con paso vehementemente acelerado.
Entonces, el PLD no pasa de ser una declaración de buenas intenciones ideada con un manejo superficial de conceptos ambientales básicos que, además el gobierno terminará cediendo ante la mínima presión del sector industrial… como siempre. Por ejemplo, parte del supuesto de que tenemos una red eléctrica en un 95% libre de emisiones; pero se omite indicar que el precio de la hidroelectricidad lo han venido pagando por años la comunidades que son arbitrariamente despojadas de sus recursos hídricos y, más recientemente, ese precio también lo ha asumido el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), pues parte del descalabro en sus finanzas corresponde a la obligación de comprar energía de hidroeléctricas privadas, según ha manifestado la misma Irene Cañas, Presidenta Ejecutiva.
Es un Plan que no resolverá nada porque aun materializándose, lo que hará es contribuir al sostenimiento de las políticas neoliberales que son insostenibles por definición.
Lo feo. — Lo más feo es que mientras el PND apenas llega a curita, nos quieren convencer de que es la pomada canaria y, además, de que es un esfuerzo exageradamente radical por llevar al país a la cúspide del desarrollo sostenible, que casi que debemos detenernos a contemplar y agradecer.
Mientas su discurso permite teñir de verde las placas de los BMW que nunca nos trajo el TLC-EE. UU.; algunas tragedias ambientales inundan los medios de comunicación mientras otras se agudizan en el silencio, quedando solo en la memoria de quienes personifican el despojo.
“¡Que el agua de las ASADAS está contaminada con bromacil!¡Que el hermano del expresidente Solís se beneficia del agronegocio con venenos para la comida! ¡Que el ministro quiere privatizar Ganadoca-Manzanillo! ¡Que el gobierno apoya la Ley Monsanto contra las semillas! ¡Que desafectaron un sitio RAMSAR para llevar agua a los monocultivos sin estudios científicos! ¡Que legalizan la pesca de arrastre!”.
La irresponsabilidad y la abstracción de la realidad en la que viven las personas que nos gobiernan, nos llevará inevitablemente a la extinción como especie. El precio de pretender engañar a la Madre Tierra (y a nuestras propias conciencias) no puede ser otro. Mientras inauguran una electrolinera, ¿cuántas urbanizaciones se construyen sobre mantos acuíferos? Estoy segura de que más de las que deberían, sin duda, porque una de las monedas de cambio del Combo Fiscal, fue la suspensión de la norma técnica de protección de los acuíferos… porque no tenía el permiso de la Cámara de la Construcción para actuar en defensa de nuestro derecho humano al agua.
¡Que viva el Gobierno de los Derechos Humanos!
Fuente:https://movimientom4.org/2019/09/plan-nacional-de-descarbonizacion-lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo/?fbclid=IwAR2CI0P-ypvBXx1pzJWfVW91Xx6RZSnsjy8gZ9HjOo3axU79xrwSBjczfuU