cobra la vida de los desplazados por la Represa La Salvajina
La mañana del Sábado 13 de Octubre, trajo para los habitantes del Norte del departamento del Cauca, una tragedia más; 24 mineros perdieron su vida bajo el lodo y otros 28 se encuentran en recuperación.
La intensificación de las lluvias en ese Departamento, producto colateral de los efectos del cambio climático global, provocó que el cauce del Río Cauca aumentará a tal punto, que pudo arrastrar con una parte de sus riberas e inundar una de las minas a cielo abierto en la que trabajaban mineros artesanales de oro, que se encontraban “barequeando” (lavar los lodos, hasta concentrar diminutas pepitas de oro); fuentes oficiales hablan de 24 muertos, aunque los habitantes de la zona dicen que en total son 30 los desaparecidos. Esta tragedia tuvo lugar en el sector de “casamáquinas”, aguas abajo de la Represa La savajina, construida en a mediados de la década del 80. Los habitantes del Norte de Cauca, ubicados principalmente en los Municipios de Buenos Aires y Suárez, han visto como el “desarrollo” vulneró sus medios de subsistencia y ha cobrado la vida de varios compañeros y compañeras; en un primer momento, la Represa Salvajina, provocó el desplazamiento de miles de personas dedicadas a la minería artesanal, a la pesca y a la agricultura tras inundar su territorio, por esta razón, después de la inundación, el barequeo fue la única opción económica que los desplazados tuvieron para sobrevivir, pese a las promesas aún sin cumplir de la EPSA plasmadas en el acta del 86.
Sin embargo, en un segundo momento, esta labor se vió amenazada con la incursión de medianos mineros en la región, quienes tras complicadas negociaciones les permitieron a los mineros artesanales “barequear” en sus minas durante dos o tres días a la semana.
Esto resulta incoherente a sabiendas de que los habitantes de la región tienen el derecho legítimo de estar allí cualquier día, a cualquier hora, por ser habitado ancestralmente ese territorio, por llevar a cabo una actividad económica de subsistencia, y por ser una actividad amigable con el ambiente, contrario al modelo extractivista intensivo que proponen los grandes y medianos mineros.
Este cuadro de tragedias se complementa, por un lado, con la incursión minera en la región y el país de la multinacional Anglogold Ashanti Mines-Kedahda S.A., pues ha presentado varias solicitudes para llevar a cabo explotaciones mineras de gran escala en el Cauca y otros Departamentos del País, lo que pondría en riesgo la actividad de miles de mineros artesanales que sobreviven de esta actividad; y por otro lado, con la respuesta del gobierno de clausurar las actividades de minería artesanal ante la tragedia, cuando el problema de fondo son las bajas posibilidades de empleo y subsistencia en la región, puesto que a partir de la construcción de la Represa Salvajina, todas sus actividades de sobreviviencia se vieron afectadas e incluso aniquiladas.
CENSAT Agua viva*
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