Una historia acumulada de 30 años, cuando en plena dictadura panameña surgió la idea de explotar el oro de Cerro Quema, está en su encrucijada más difícil, pues aunque los opositores se evaporan como el cianuro, los inversores y trabajadores desesperan por la burocracia, dijo a Acan-Efe uno de los involucrados.
Apreciando las nubladas, húmedas y calientes tierras que albergan toneladas de oro, con un coro de fondo de monos aulladores, el director general de campo de Minera Cerro Quema, el ingeniero ambiental panameño José Bustamante, detalla a Acan-Efe cómo se ha logrado corregir lo que sus anteriores dueños permitieron.
Hace casi 20 años el gobierno, empujado por la población, cerró el proyecto por unos sedimentos tóxicos lanzados a río Quema, una loza que tomó tiempo remover.
Bustamante, quien desde hace más de 7 años está al frente del proyecto sobre el terreno, explicó a Acan-Efe con su acento santeño que es natural de un pueblo de Tonosí, ubicado a dos minutos de Cerro Quema, y reconoció que «siempre ha habido contrarios» a la mina.
La canadiense Orla se hizo de la propiedad de Minera Cerro Quema S.A. hace unos años atrás, con todo el pasivo y activo histórico que arrastra, con enemigos formidables como el Frente Santeño Antiminería y el Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), que cabildean para que se les saque del lugar por un supuesto riesgo ambiental.
«La empresa ha sido muy responsable en esa parte del manejo ambiental, de la mano con las actividades que realizamos el grupo que ha estado en contra se ha ido diluyendo, porque la comunidad se ha dado cuenta del manejo ambiental que ha tenido por la reforestación, la calidad de las aguas y la educación», aseguró.
«Hace siete a nueve años atrás la relación con la comunidad no era muy buena, ya ahora los que trabajan aquí se relacionan muy bien con la comunidad, que ha aceptado el proyecto, sabe los programas sociales que se beneficiarán, han recogido más de mil firmas para solicitar al presidente panameño, Juan Carlos Varela, una respuesta para el proyecto por el impacto negativo que habrá si se va», dijo.
Sobre los riesgos de contaminación de aguas y de lluvia ácida, especificó que «todo proyecto, si es una empresa responsable, lo hace bien desde un inicio», y que la subsidiaria de la canadiense «siempre tuvo la responsabilidad de hacer estudios de prefactibilidad».
«Los tajos no van a ser profundos por el tipo de mineral que tenemos, el mineral está antes de los 40 a 110 metros de profundidad, o sea van a quedar sobre 200 a 400 metros de donde se encuentra el agua subterránea», aseguró, y reiteró que «el estudio (de impacto) lo califica como un proyecto viable social y ambientalmente».
Bustamante explicó que de los 120 millones de dólares a invertir durante la construcción y explotación de la mina se destinará «un alto presupuesto al aspecto ambiental», sin precisar cifras, aunque indicó que actualmente las medidas de protección ambiental reciben 2 millones de dólares de presupuesto anual.
La lixiviación, donde se comienza a extraer el oro, se hace con agua y cianuro, pero en un porcentaje tan bajo que se diluye al contacto con el aire, sostuvo.
Será en un sistema de circuito cerrado desde un pozo con un caudal de 27.5 metros cúbicos por hora desde donde se bombeará a un tanque en donde el líquido será purificado permanentemente, detalló. El oro no está en pepitas, es microscópico», aclaró.
De las 15.000 hectáreas de la concesión se impactará 480 hectáreas, de las cuales 30 hectáreas de antiguos potreros serán las ocupadas por la planta de procesamiento, las maquinarias y bandas de transporte desde los tajos a cielo abierto, para extraer a diario unas 10,000 toneladas de piedra que serán sometidas a lixiviación.
En el recorrido a las alturas de Cerro Quema, cubierto de una espesa bruma, Acan-Efe pudo constatar las columnas de humo de las quemas vecinas y el área boscosa de la mina donde manadas de monos gritaban, mientras los expertos advertían del riesgo de picaduras de serpientes, alacranes o arañas.
Bustamante enfatizó que «solo estamos proyectados para sacar oro y un cierto porcentaje de plata durante cinco años de beneficio de minerales y tres años y medio de cierre y postcierre», cuando fue cuestionado que la prospección menciona la posible presencia de minerales de cobre.
De 130 trabajadores, con una edad promedio entre 35 y 45 años, a inicios de año se ha reducido a 105 por la falta de los permisos por parte del Gobierno para comenzar a construir la mina.
Fuente:http://www.panamaamerica.com.pa/economia/como-el-cianuro-opositores-la-mineria-en-panama-se-evaporan-dice-empresa-1102762