La minería es una actividad que ha traído grandes beneficios a la humanidad, está presente además en nuestra vida cotidiana pues gran parte de los productos que utilizamos contienen algún mineral. En México, este sector es estratégico para la economía y tan sólo en 2016 alcanzó casi el 2.9 por ciento del PIB nacional y genera más de 2 millones de empleos entre directos e indirectos, éstos últimos acaparan la mayor proporción.
De acuerdo con Forbes, México cuenta con condiciones favorables para el desarrollo de la minería, pues aproximadamente 70 por ciento del territorio tiene potencial extractivo; además, la ubicación geográfica, el acceso a mano de obra calificada y la certeza jurídica, estimulan el crecimiento en el sector, aunque su principal desafío está en darle sustentabilidad; no obstante, hay una serie de obstáculos a superar, en especial, aquellos ligados a los intereses económicos.
Lo laxo de las normas es tangible desde el punto de vista de las concesiones, el uso de recursos como el agua, la cantidad de conflictos relacionados con la minería y la falta de incentivos en el manejo de residuos.
De acuerdo con información de Contralínea, existen en el país más de 1 mil 600 concesiones en zonas declaradas como Áreas Naturales Protegidas (ANP) en las cuáles, en vez de restringirse la actividad industrial para preservar los ecosistemas y recursos naturales, se realizan actividades de exploración y explotación.
Con relación al agua, las empresas mineras se encuentran entre los mayores consumidores y además se estima que catorce empresas contaminaron los recursos hídricos de las comunidades donde se localizan, en tanto siete más monopolizaron el recurso de tal forma que las localidades cercanas están en riesgo.
Además, 38 por ciento de los proyectos mineros se ubican en zonas donde hay acuíferos sobreexplotados o con poca disponibilidad de líquido. Por ejemplo, en Zacatecas, la minera Peñasquito, propiedad de GoldCorp, ha agotado el agua ya que algunos pozos de ejidos de Mazapil se han secado completamente. Cabe resaltar que Zacatecas se caracteriza por su escasez de agua y no obstante eso, está entre los tres estados donde la minería extrae más líquido, aproximadamente 55.8 millones de metros cúbicos.
En lo que se refiere a conflictos, en la actualidad existen más de 100 conflictos derivados del otorgamiento indiscriminado de concesiones para megaproyectos sin consulta previa, y según El Economista, a eso hay que sumarle que entre 2010 y 2016, al menos 303 ataques contra activistas estuvieron relacionados con proyectos extractivos. Con relación al manejo de residuos está el caso de Grupo México, que ocasionó un derrame de 40 millones de litros de sulfato de cobre en el río Sonora, con impactos ecológicos fuertes para las localidades cercanas al afluente.
Mientras en Zacatecas, La Jornada (Nacional) refirió que en el municipio de Vetagrande, el 63 por de los niños tiene altos niveles de plomo y otros metales en la sangre, producto de los desechos de la minería, historia que se repite en muchos rincones del país por la falta de programas y monitoreo en la materia.
Con relación a lo anterior, cabe mencionar: México se encuentra entre los países que ratificaron el acuerdo de París para abatir el cambio climático, eso significa comprometerse a desarrollar los mecanismos necesarios para impulsar el desarrollo sustentable y la minería es un tema crucial a tratar, pues el sesgo evidente hacia la generación de ganancias, no justifica los daños sociales y ambientales que produce. El reto es enorme, pues lograr desvincular los intereses económicos privados será el primer paso para construir una política de desarrollo sostenible a largo plazo.
Fuente:http://ntrzacatecas.com/2017/06/13/el-extractivismo-es-reversible/