Habitantes de Loma Bonita, Los Compadres, Bóvedas y la propia cabecera municipal de Atotonilco de Tula padecen enfermedades respiratorias severas y sus viviendas y automotores sufren daños a causa de frecuentes lluvias y polvo tóxico de cal (óxido de calcio) que genera regularmente la compañía Calera Bertrán, denunciaron Rodolfo Rodríguez Paredes, delegado auxiliar de Atotonilco de Tula, y los colonos Guadalupe Huerta y Adrián Juárez Meza, entre otros.
Los denunciantes exigieron a los gobiernos estatal y federal que obliguen a la compañía a frenar las emanaciones tóxicas, que se han incrementado tras la ampliación de sus instalaciones, y la sancionen por incumplimiento de las leyes ambientales.
Advirtieron que de persistir la indiferencia de las autoridades federales y estatales, los vecinos y autoridades locales vamos a emprender acciones determinantes.
Al anunciar la formación de un movimiento ambientalista en la región, integrado por grupos de las zonas afectadas, Rodríguez Paredes precisó que la población de este municipio comienza a sufrir enfermedades graves como cáncer, afectaciones en vías respiratorias e irritación de ojos y garganta.
Durante un recorrido por la zona afectada, este diario pudo verificar que las emanaciones de cal se convierten en una lluvia de polvo blanco que cubre totalmente techos de casas y vehículos en muchos municipios a la redonda. El polvo produce cosquilleo en la garganta y tos.
Están envenenando el aire que respiramos, aseveró Rodríguez Paredes, tras afirmar que la empresa también ha contaminado el agua de la región.
El presidente de la Sociedad Ecologista de Hidalgo (SEHI), Marco Antonio Moreno Gaitán, advirtió que las empresas dedicadas a la minería y a la producción de cal y cemento generan en Hidalgo una contaminación alarmante.
El activista dijo que luego de revisar estadísticas de salud emitidas por gobierno estatal en 2014, encontramos que en un estado con 2 millones 800 mil habitantes hubo más de 890 mil consultas por enfermedades respiratorias agudas. Es una cifra verdaderamente alarmante.
Con tales datos, indicó, el gobierno del estado tendría que imponer una alerta sanitaria y emprender medidas preventivas para combatir la contaminación de las empresas en cuestión.
Es imperante, dijo, la intervención de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de la delegación de la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente (Profepa). La SEHI exige a las autoridades que Calera Bertrán; las cementeras Fortaleza, Cemex y Cruz Azul, y las mineras de Zimapán, Carrizal Manning y Minera Autlán queden fuera del programa de auditoría ambiental voluntaria y sean obligadas a verificar el cumplimiento de las normas ambientales.
Moreno afirmó que tal medida es urgente porque Hidalgo vive un desastre ecológico. Requerimos construir una estrategia para atender los problemas ambientales: basta de discursos, de acciones mediáticas, de acciones insuficientes.
Marco Antonio Rico Mercado, dirigente de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas, indicó que las empresas referidas generan un alto impacto ecológico, tras advertir que cuentan con la complicidad de las autoridades ambientales en el estado, ya que les entregan de manera permanente certificados que les favorecen, a pesar de los altos índices de contaminación, la deforestación e impacto en la salud de la población.
Rico Mercado afirmó que Fortaleza, propiedad de Carlos Slim, con instalaciones en Santiago de Anaya y Atotonilco de Tula, y Cementos Cruz Azul, de Guillermo Álvarez Cuevas, ubicada en Tula de Allende, son las que más contaminación generan.
Demandó que la Semarnat y la Profepa hagan públicos los resultados de las auditorías que les practican. Anticipó que en los próximos días vamos a emplazar a ambas instancias a hacer públicas en esta región las acciones que emprenden contra las empresas referidas para evitar la contaminación.
Es condenable, indicó, que el alto grado de infición generada por esas compañías y los costos sólo sean pagados por la población y el ambiente. Cementos Fortaleza sólo destina un millón de pesos anuales a la mitigación de los daños ambientales que causa; ese monto realmente es irrisorio en comparación con los daños que provocan y los recursos que obtienen.
Durante cuatro días La Jornada trató de comunicarse con los encargados de relaciones públicas de Calera Bertrán, pero nadie contestó el número 01 800 bertran (237-8726). También se hizo una solicitud en la dirección atencionaclientes@bertran.com.mx, pero no hubo respuesta.
Fuente:http://www.remamx.org/2017/03/mineras-y-produccion-de-cal-y-cemento-envenenan-hidalgo/