De Africa a Rusia, de Perú a China, las compañías mineras se enfrentan a un serio problema: los trabajadores que recogen las riquezas de la tierra están contrayendo sida y esto está dificultando las operaciones en un momento de auge en la demanda de minerales.
"La epidemia es extremadamente severa, es peor que lo que cualquiera de nosotros admite, hay muchos casos no diagnosticados que no son informados," dijo a Reuters Brian Brink, vicepresidente del área de medicina de las operaciones de la empresa Anglo American en Sudáfrica.
Brink afirmó que Anglo American, el cuarto mayor grupo minero del mundo, se dio cuenta de que tenía un problema en sus minas hace 21 años, cuando cuatro de sus 18.450 operarios en Sudáfrica dieron positivo en una prueba para detectar el virus. Más de dos décadas más tarde, con hasta un infectado de cada tres personas en algunas zonas y con Sudáfrica como el centro de la epidemia mundial, la firma dice que sus propias medidas de prevención fallaron.
"No detuvimos esta epidemia. De hecho, si tuviera que mirar atrás y calificar nuestro accionar, pienso que nos sacaríamos un cero," reconoció Brink.
A nivel mundial, la enfermedad ha causado la muerte de unos 30 millones de personas, el doble que la cantidad de bajas en la Primera Guerra Mundial. Pero los mineros están ansiosos por aprovechar las lecciones aprendidas en Sudáfrica para tratar de contener la oleada en otras partes.
El cuarto mayor productor de oro del mundo, Gold Fields, ha estimado que el costo total asociado al VIH es de alrededor de 5 dólares por onza de oro producido en Sudáfrica.
Los mineros -muchos de ellos trabajadores inmigrantes- arriesgan sus vidas a diario para ganar su dinero, de modo que el sexo sin protección parece un peligro menor.
"Esta es la naturaleza de nuestro negocio, atrae a trabajadoras del sexo. Ya sea que nos guste o no, no podemos esperar que no suceda," dijo Stella Ntimbane, coordinadora del grupo VIH/sida para Gold Fields en Sudáfrica.
En las usualmente inhóspitas zonas mineras, los trabajadores y sus comunidades dependen de los servicios provistos por su propia empresa. La pobreza contribuye al riesgo de infección y el virus crea un círculo vicioso, con un costo estimado en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,5 al 2 por ciento en los países más afectados.
En Europa del Este y en Asia central es donde el sida está creciendo más rápidamente y donde el número de personas que vive con VIH ha aumentado 20 veces en menos de una década, según Naciones Unidas.
En Rusia, el índice de infección se ha más que duplicado en dos años, hasta alcanzar a 1,2 millones en el 2005, y en la quinta mayor zona de minería de oro, Irkutsk, el índice es más de tres veces el promedio ruso, según mostraron datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En China, la ONU estimó que en el 2005 había 650.000 personas infectadas, un aumento del 23 por ciento en dos años.
TRABAJO CONJUNTO
En mayo de este año, expertos en salud de siete gigantes mineros se reunieron por primera vez en Londres, conformando un grupo pensado para idear una estrategia mejorada sobre cómo detener la propagación del sida. "Es un gran desafío que esta industria está crecientemente afrontando," dijo Richard Gaunt, jefe de operaciones y seguridad de Rio Tinto, con sede en Gran Bretaña.
Después de la confusión inicial y las disputas políticas, Sudáfrica ha reunido a todos los interesados y el Gobierno, la sociedad civil y comercial han elaborado un plan quinquenal para hacerle frente al VIH. Las firmas están atrayendo a los mineros a que se sometan a exámenes de VIH/sida ofreciéndoles premios, enviándoles unidades móviles de tratamiento al sitio donde operan las prostitutas y llenando la región con preservativos.
BHP Billiton -la mayor compañía minera del mundo- dijo que por cada dólar que invierte en capacitación, educación y programas médicos para VIH la rentabilidad es de cuatro veces su valor en cuanto a los beneficios como la recapacitación, ausentismo y productividad. Pero Neeraj Mistry, de la Global Business Coalition (GBC) en Nueva York, que consiste en 200 compañías que buscan combatir el sida, afirmó que los gobiernos también deben actuar: "En Rusia y Europa del Este vemos que los gobiernos están siendo un poco lentos."
Mistry dijo que el Gobierno de China estaba demostrando mayor sensibilidad ante el tema, habiendo aprendido la lección de hacer frente al letal síndrome agudo respiratorio severo (SARS).
"Las compañías que ahora están invirtiendo en China están trabajando en conjunto con el Gobierno por obtener una respuesta más amplia en sus estrategias," planteó. Tina Meng, gerente de desarrollo comercial para Anglo American en Pekín, dijo que "lo hacemos porque sabemos que si esta enfermedad se arraiga será realmente terrible, por supuesto, para los individuos y para la comunidad, pero también para las operaciones de la compañía."
(Reporte adicional de Eric Onstad en Johannesburgo, Lucy Hornby en Pekín, María Luisa Palomino en Lima y Robin Paxton en Moscú)