El desarrollo de la industria minera en Chile tiene varios desafíos y entre ellos está el disminuir los costos de insumos estratégicos como agua y energía, los que año tras año se incrementan debido al descenso en la ley de los yacimientos y a factores geográficos que dificultan el transporte y transmisión. Sin embargo, la gran minería tiene dentro de sus planes la ejecución de una serie de proyectos para el abastecimiento de agua que cambiarán el esquema de consumo.
Miércoles 08 de Febrero de 2017.- Tras un difícil 2016 para el sector minero, los desafíos para llevar adelante la producción siguen firmes para este año y en ese aspecto, el consumo de agua y energía continúan siendo la gran piedra de tope para el sector debido a la necesidad de incrementar la utilización de estos insumos, sobre todo en la industria del cobre donde la caída en las leyes de los minerales hace necesaria una mayor cantidad de agua para obtener una tonelada de cobre fino.
En este escenario la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), entregó durante el mes de enero su informe de «Proyección del Consumo de Electricidad y Agua de la Minería del Cobre al año 2027», el que estima un consumo de agua total (continental y de mar) para la minería del cobre que llegaría a 20,1 m3/seg de agua en 2017, lo que representa un aumento de 22% respecto al año 2016.
De acuerdo a los datos de Cochilco, en los últimos 7 años el consumo de agua creció un 22%, basado ampliamente en el uso de agua de mar en las operaciones mineras.
Según explica el Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), Sergio Hernández, “esto es reflejo, en parte, del cambio de la matriz de producción, que se vuelca a los minerales de sulfuros, que deben ser procesados a través de flotación, proceso que es más intensivo en el uso de agua”.
Para este año, la comisión ha proyectado una reducción de un 17% en el consumo de agua continental respecto al 2016. En tanto para el caso del agua de mar se espera que al 2027 alcance el 46% del agua total requerida en la industria minera del cobre.
A juicio de Hernández, son cada vez más las mineras que se suman a la construcción de sus propias desaladoras o agua de mar directa. Un ejemplo de esto es Escondida, que con la puesta en marcha de su planta desalinizadora (EWS) contribuirá a disminuir considerablemente el uso de agua continental. La planta se estima que opere oficialmente este año con una capacidad de 2.500 l/s.
En cuanto a las proyecciones de consumo de agua por proceso, Cochilco sostiene que al 2027 el agua continental para el procesamiento de concentrados alcance el 78%, los cátodos el 3%, el agua en mina el 6%, la fundición y refinería el 5% y el ítem “otros” el 8%. En tanto, en agua de mar se espera que más de un 90% del agua proveniente de los océanos sea destinada al tratamiento de sulfuros para la producción de concentrados.
Consumo energético
En relación al consumo de electricidad esperado, se prevé que crezca de 21,9 TWh a 29,5 TWh en el período 2016 – 2027, lo que representa un aumento de 34,4%, a una tasa de 2,7% anual, esto considerando las probabilidades de materialización de los proyectos.
Al respecto, Hernández sostiene que “para satisfacer la demanda esperada de la minería del cobre, se requerirá agregar una capacidad de generación eléctrica de 1.093 MW en el próximo decenio, de las cuales 586 MW se estiman para el SING y 507 MW para el SIC”.
Además a futuro la concentradora seguirá siendo un importante consumidor de energía eléctrica y se incrementará en un 68% su demanda al 2027, respecto al 2016.
Con estas proyecciones, Portal Minero ha catastrado algunos de los proyectos mineros que se materializarán en Chile durante los próximos años y que incluirán dentro de su planificación, la construcción de plantas desalinizadoras como solución a la demanda de este vital insumo.
Infraestructura Complementaria Minera Los Pelambres: La iniciativa, propiedad de Antofagasta Minerals, actualmente se encuentra en tramitación ambiental y considera una planta desaladora y un sistema de impulsión de agua, esto como parte de un compromiso adquirido por la compañía a objeto de disponer de una fuente de respaldo de agua frente a potenciales escenarios de sequía que se puedan vivir en la provincia de Choapa, por otro lado se busca reducir el impacto de la mayor dureza del mineral futuro.
El proyecto tendrá una inversión estimada en USD 1.100 millones y la empresa ha señalado que una vez obtenida la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y los permisos sectoriales respectivos, se tomará la decisión de dar luz verde a la construcción.
Planta desalinizadora Spence: La iniciativa por USD 800 millones, es parte del proyecto Spence Hipógeno , a través del cual BHP Billiton pretende extender la vida útil del yacimiento mediante la explotación y procesamiento de reservas de sulfuros primarios, para esto minera Spence requerirá para su proceso de flotación utilizar aproximadamente 800 litros por segundo de agua de calidad industrial, la cual será provista por una planta desalinizadora que estará ubicada aproximadamente a 12 km al noreste de la localidad de Mejillones.
La planta tendrá una capacidad de aproximadamente 1.600 litros por segundo de agua con calidad industrial y será construida y operada en 2 etapas. En la primera de ellas, se producirá 800 litros por segundo de agua desalinizada y en una segunda etapa, se contempla expandir la capacidad hasta los 1.600 litros por segundo.
Planta Desalinizadora Distrito Norte: En un momento esta planta desalinizadora formó parte del proyecto Radomiro Tomic Sulfuros Fase II, pero debido a una serie de modificaciones realizadas por Codelco, finalmente se tomó la decisión de realizar un proyecto aparte que tuviera como objetivo abastecer parte de las necesidades hídricas del distrito norte. Para esto la Corporación ha señalado que se construirá una planta cuya capacidad nominal estimada sería de 1.600 litros por segundo lo que la convertirá en una de las plantas desaladoras más importantes del país. Se proyecta el inicio de la construcción durante este 2017.
Nueva Unión: Surgió en 2015 como una de las grandes iniciativas greenfield, que une dos importantes proyectos de cobre como son Relincho y El Morro, para combinar en una sola iniciativa con un costo estimado en USD 3.500 millones. El proyecto contempla la construcción de una planta desalinizadora cuya ubicación y capacidad será definida una vez concluido el estudio de prefactibilidad en curso.
Quebrada Blanca Fase 2: El proyecto de Teck busca explotar los sulfuros primarios que se encuentra bajo el depósito supergénico de sulfuros secundarios que actualmente se explota en Quebrada Blanca, también considera la utilización de agua de mar para el procesamiento del mineral sulfurado y para ello proyecta construir una planta desalinizadora que se ubicará al norte de Puerto Patache y producirá aproximadamente 865 litros por segundo.
Dominga: El proyecto de hierro y cobre, ubicado en la región de Coquimbo, cuya inversión está estimada en USD 2.500 millones, contempla una producción de aproximadamente 12 millones de toneladas anuales de concentrado de hierro y 150.000 toneladas anuales de concentrado de cobre durante una vida útil de 22 años. Para sus procesos considera la utilización de agua de mar y para ello construirá una planta desalinizadora con una capacidad de 450 litros por segundo.
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