El pasado 19 de octubre se cumplió un año desde el triunfo de los liberales de Justin Trudeau en las elecciones generales en Canadá, y la salida de un gobierno conservador encabezado por Stephen Harper que, contra viento y marea, se mantuvo en el poder por casi diez años.
Bajo los conservadores, poca fue la vigilancia sobre las acciones de las empresas mineras que operaban fuera de Canadá. Esto pese a un creciente coro de voces provenientes de organizaciones de la sociedad civil que señalaban que las acciones de las mineras canadienses en varios países de América Latina serían intolerables en suelo canadiense.
Tras un año de gobierno liberal, Jamie Kneen, coordinador de comunicaciones en el organismo canadiense MiningWatch Canada, Alerta Minera en español, ofrece un balance de lo que fue el primer año del gobierno de Justin Trudeau en lo que concierne a las operaciones de las mineras canadienses.
En conversación con Radio Canadá Internacional, Jamie Kneen explica que la influencia de las empresas mineras en el gobierno no ha declinado con el cambio de partido en el poder. Más aún, si bajo el gobierno de Harper eran las empresas petroleras las que tenían la atención del Primer Ministro, en la actualidad las mineras tienen una mayor atención.
Por otro lado, pese a la caída de los precios de los minerales, el sector minero canadiense mantiene activo y bien aceitado su equipo de cabildeantes activos en los pasillos del poder político en Canadá.
Todavía es temprano, dice Kneen, para ver cambios sustanciales en las políticas mineras del país. Él señala que hay proyectos de ley en proceso y por otro lado, con la adhesión de Canadá al Acuerdo de París para enfrentar el recalentamiento planetario, el actual primer ministro de Canadá, el liberal Justin Trudeau, tiene por delante una serie de importantes decisiones que tomar en lo que concierne a la explotación de los recursos naturales, dentro y fuera de Canadá.