San Salvador Jueves 19 de Abril de 2007
Por Leonel Herrera
Diario Co Latino
Los proyectos de explotación minera metálica traen poco desarrollo y muchos daños ambientales, económicos y sociales, reiteró esta mañana CÁRITAS, la organización de apoyo comunitario de la Pastoral Social de la Iglesia Católica. Con esto ratifica la postura adoptada hace algunos meses por la Conferencia Episcopal –la máxima autoridad eclesial–, donde pide a las autoridades gubernamentales negar los permisos de explotación solicitados por varias compañías mineras.
"Consideramos que la minería es inconveniente para el país, debido a los daños que provoca", manifestó el Arzobispo de San Salvador, Monseñor Fernando Sáenz Lacalle, en aquella ocasión, hablando como presidente de la Conferencia Episcopal.
El director nacional de CÁRITAS, Luis Fernando Trujillo, afirmó esta mañana que próximamente se hará pública esa resolución oficial de la máxima autoridad eclesial, que constituirá un mandato claro que deberá ser acatado por todo el clero.
"Hemos organizado este evento para reforzar nuestras consideraciones y argumentar mejor por qué decimos no a la minería", planteó Trujillo, refiriéndose al foro público sobre los impactos de la minería metálica, realizado esta mañana.
En el debate participaron representantes de la empresa minera canadiense Pacific Rim, del Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio (CEICOM) y de las comunidades afectadas, especialmente de Cabañas y Chalatenango.
Érika Colindres, representante de Pacific Rim, defendió los proyectos de extracción de metales preciosos en San Isidro, Cabañas, y aseguró que la aplicación de controles efectivos evitará los daños temidos por las comunidades y ONG´s ecologistas.
Esta empleada de la compañía canadiense afirmó que utilizarán agua lluvia para no dejar sin el vital líquido a la población de la zona y que las aguas residuales recibirán tratamientos descontaminantes antes de ser lanzadas al río San Francisco.
Pero, quienes se oponen a estos proyectos advierten sobre daños irreversibles al ecosistema y a las comunidades, poniendo en grave peligro de escasez y contaminación de los recursos hídricos, debido al uso de materiales tóxicos como el cianuro.
CÁRITAS considera que son más los daños que los beneficios de la minería metálica. Estos proyectos traen poco desarrollo y muchos perjuicios, sostiene su director nacional, razón por la que la Conferencia Episcopal se pronuncia en contra.
Según investigadores de CEICOM, el agua contaminada por los residuos tóxicos de la minería arruina no sólo la salud de las personas, sino que perjudican las actividades de supervivencia de la población y generan conflictos en las comunidades.
Hasta hoy, el Ministerio de Economía ha otorgado más de 30 licencias de exploración a unas 21 compañías mineras canadienses, estadounidenses y australianas que pretenden extraer oro, plata y otros minerales preciosos del subsuelo salvadoreño. Y empresas como Pacific Rim están a la espera de los permisos de explotación.
Esto, ante el rechazo creciente de las comunidades afectadas y de organizaciones de desarrollo local, ambientalistas y religiosas que han incrementado sus protestas.
Incluso, entidades cercanas al Ejecutivo –como la Comisión Nacional de Desarrollo– proponen impedir la realización de estos proyectos porque son imcompatibles con el desarrollo del país y con la protección del medioambiente.
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