En los años 90, la tentativa de la multinacional Tvxgold de explotar los yacimientos de oro de Calcídica, una provincia en el norte de Grecia, chocó contra la feroz resistencia de los habitantes de la provincia. Para reprimir la lucha anti-minera de aquella época el Régimen de la Democracia impuso un toque de queda por las noches, prohibió las concentraciones y manifestaciones. También, los pueblos del noreste de Calcídica estuvieron durante varias semanas permanentemente rodeados por escuadrones de los llamados grupos antidisturbios de las fuerzas represivas, y cientos de personas fueron detenidas en una lucha que duró muchos años. Los habitantes de la provincia se resistieron con gran valor, organización e insistencia a la tentativa del Capital de destruir sus tierras, manifestando reiteradas veces contra la extracción de oro, levantando barricadas, atacando reiteradas veces a las fuerzas de la Policía, e incendiando y destruyendo las instalaciones de la empresa multinacional. Y al final la sociedad local salió vencedora.
Unos veinte años después la empresa multinacional El Dorado Gold, a través de su filial griega Oro Griego (Elinikós Jrisós) volvió a poner el punto de mira los recursos naturales del territorio del Estado griego, contando otra vez con el apoyo del Estado griego. El Capital trasnacional y local, desinteresándose de los impactos ambientales y en general de las consecuencias desastrosas que una extracción pueda tener para el ecosistema (unas impactantes imágenes aquí) y los habitantes de la provincia, compró por 11.000.000 de euros al Estado el derecho de explotación de 31.700 hectáreas en el norte de la provincia de Calcídica, con un contrato escandaloso firmado con el Estado griego, y tras la mediación de Pajtas, viceministro de Economía en aquel entonces y ex alcalde del municipio de Aristóteles al que pertenece la zona conflictiva.
En la época de la concesión de la explotación al Capital trasnacional el valor tan sólo de las minas en el mercado de valores de Toronto llegaba a los 2.300.000.000 de euros. El valor de las minas, según ha sido calculado por una agencia internacional seis meses después de su venta por el Estado griego alcanzaba los 408.000.000 de euros, o sea 37 veces más el precio de su venta por el Estado griego….Con esto no queremos decir que el Estado tuviera que negociar mejor la venta. Estamos totalmente reacios al proyecto minero por las razones que explicitamos más adelante y en general en nuestra página web. Simplemente queremos poner de relieve que uno de los papeles del Estado es servir a los intereses del Capital. En este caso el Estado griego, el siervo más fiel del Capital trasnacional, lo ha hecho de una manera totalmente descarada.
Es por lo menos curioso el afán del Estado griego por conceder lo más rápido posible e incondicionalmente la explotación de las minas a la multinacional, ya que no tendrá ningún beneficio de la concesión. De acuerdo con el Código de Minería, la riqueza mineral pertenece exclusivamente a las empresas que la explotan y no está prevista la otorgación de ningún derecho al Estado. Por eso la Troika se negó a aceptar las minas de Calcídica entre las garantías ofrecidas a ella en el contrato de préstamo firmado entre ella y el gobierno griego.
Unos datos más: 18 toneladas de oro extraído se necesitan para la fabricación de tan sólo un anillo de oro. 2 kilómetros es el diámetro de la mina abierta, la cual estará acompañada de estanques de residuos, donde serán “almacenados” los líquidos tóxicos. 300 hectáreas de bosque han sido y serán destruidos con el fin de llevar a cabo el proyecto de la extracción. Más de 200 millones de toneladas de tierra van a ser extraídas durante las obras, si hasta esta fecha habían sido extraídas 30 millones de toneladas de tierra, de las cuales las 20 millones de toneladas fueron extraídas después de 1927 por las empresas del capitalista griego Bodosakis. 15.000.000 m3 de agua se está bombeando al año en el área de las minas, superando el consumo anual de agua de toda la prefectura de Calcídica. 691.000 litros es el consumo promedio de agua por cada kilo de oro producido. Aparte del derroche de agua, las consecuencias que tendrá un posible accidente serán incalculables.
Con respecto a las aguas superficiales, es algo más que posible la creación de un déficit de agua y de una sequía en las tierras de la provincia, ya que con los bombeos que se realizan durante la extracción baja el nivel del agua de los pozos de riego. Como consecuencia de esto, además de la destrucción parcial de la zona forestal existente, la supervivencia del resto del ecosistema a un radio de varios kilómetros de la minería puede ser considerada extremadamente dudosa, si no imposible. La pérdida de agua en tales casos es debida al hecho de que, debido a la deforestación, el agua de la lluvia fluye sobre la tierra y no penetra las capas superficiales del suelo para llegar a las raíces de los árboles y enriquecer el acuífero, sino que prácticamente “se pierde”.
Con respecto a las aguas subterráneas, bajará su nivel debido a los continuos bombeos en los pozos alrededor de las extracciones superficiales, dando lugar también a fenómenos de introducción de agua de mar en los acuíferos subterráneos, y por consiguiente a su contaminación. Otros problemas causados a las aguas subterráneas son la rápida oxidación de los sulfuros metálicos y la contaminación de los estratos (capas) acuíferos, a causa de los flujos de líquidos ácidos generados por la introducción de aire y agua en las profundidades del yacimiento.
En cuanto a la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, esta se agrava principalmente de los metales y metales pesados, con consecuencias irreversibles. La contaminación de las aguas es aún mayor cuando el agua excedente entra de nuevo en el acuífero por los pozos, sin filtrarse y depurarse, entrando en contacto con la tierra, causando a continuación una contaminación permanente de las aguas subterráneas.
Los residuos de la extracción son fuentes de degradación ambiental continua, incluso en los casos en que no se vierten en depósitos no controlados. Los residuos son arrastrados por el agua de la lluvia y llegan al mar, mientras que una parte de ellos es absorbida por la tierra y se infiltra en el acuífero subterráneo contaminándolo. También es claro que el agua que se vierte en el mar tiene residuos metálicos peligrosos. Además, existe la posibilidad de que durante una tormenta estos materiales sean liquidados, cosa que es extremadamente peligrosa ya que puede causar deslizamientos de tierra.
En cuanto a los residuos líquidos de las instalaciones mineras, aunque en teoría dentro de estas últimas se tiene que conseguir el reciclado del agua completo, en la práctica no se puede garantizar por completo la protección de los ríos/arroyos, ya que siempre hay fallos y en las aguas de las minas los límites del arsénico, del fósforo y del pH (potencial de hidrogeniones, medida de acidez o alcalinidad de una disolución) son más altos que los permisibles.
Con respecto a la toxicidad de las sustancias (compuestos) usadas, ellas tienen que ser controladas y gestionadas así que no se viertan en los ríos, contaminándolos. Es indicativo que durante el procesamiento del mineral para la recuperación del compuesto cobre – oro se utiliza una sustancia tóxica (xantato isopropílico de sodio), la cual permanece en el ecosistema como residuo, acompañando a los demás residuos a su vertedero.
En este punto, queremos señalar que estos efectos son mucho mayores en el caso de fenómenos meteorológicos extremos (por ejemplo, tormentas) o de actividad sísmica intensa. La posibilidad de que estas condiciones especiales aparezcan es bastante alta, ya que esta zona geográfica se caracteriza por fuertes lluvias e inundaciones, mientras que a la vez es una zona sísmica activa con una falla como la de Stratoni. Y el hecho de que esta falla causa terremotos de hasta 7 grados Richter (1932), hace que la ubicación de las instalaciones mineras en esta zona esté fuera de toda lógica y que sea rechazada con criterios científicos.
Al mismo tiempo la empresa minera extrae galena y sulfuro de zinc en las minas de Stratoni y de Olimpiada, en la misma provincia, y traslada estos minerales a los almacenes de la empresa Balkan Logistics, situados en la zona industrial de Tesalónica. Según la misma empresa minera los metales almacenados son “tóxicos y peligrosos” y por consiguiente su lugar de almacenamiento tiene que cumplir con unas condiciones específicas y austeras de protección del medio ambiente y de salvaguardia de la higiene y la seguridad de los trabajadores.
El “Observatorio de Actividades Mineras” ha presentado una denuncia contra la empresa minera, por tratar ella estos minerales tóxicos como si fueran materiales inertes. En el llamado Estudio de Impactos Ambientales redactado por la empresa minera, no existe ninguna condición de protección del medio ambiente y de los trabajadores. Según el Observatorio desde hace varias décadas los minerales son acumulados no en almacenes sino bajo una techumbre al lado del mar y a poca distancia de la plantilla.
El jueves 12 de septiembre de 2013 en la provincia de Calcídica se produjo un “accidente” tóxico preanunciado. Un camión que había sido contratado por la empresa minera Oro Griego (filial de la multinacional El Dorado Gold) para transportar condensado de arsenopirita desde las minas de Stratoni y Olimpiada a la zona industrial de Tesalónica, se averió y paró en un área de servicio de la carretera nacional. A causa de un desplazamiento de carga una buena parte de ella se vertió en la carretera.
El sábado 5 de octubre de 2013 en el puerto de Tesalónica el capitán de un buque de carga de la compañía naviera MSC se negó a cargar contenedores de la empresa minera Oro Griego (Elinikós Jrisós) que contenían condensados de arsenopirita, por haberse detectado en algunos de ellos fugas de estos productos tóxicos.
El miércoles 11 de diciembre de 2013 en el puerto del Pireo se detectaron fugas en contenedores de la empresa minera Oro Griego (Elinikós Jrisós) que contenían condensados de arsenopirita. Los contenedores estaban cargados en el buque de carga Ravena que estaba amarrado en el puerto comercial de Atenas, el Pireo, el mayor puerto en el territorio del Estado griego.
En concreto, cuando ya se habían cargado en el barco 28 de los 128 contenedores de la carga, se detectaron en algunos de ellos fugas de estos materiales tóxicos y peligrosos en estado líquido. Los contenedores se descargaron en el puerto de Tesalónica y se trasladaron a espacios que usa dicha empresa minera para el almacenamiento de estos productos tóxicos. Como se ha mencionado en otra entrada nuestra, el transporte y el almacenamiento de estos productos tóxicos y peligrosos se realiza sin el cumplimiento de las condiciones previstas.
Al Capital trasnacional y al Poder no les importa nada de todo lo anteriormente citado. El 10 de octubre de 2012 el Ministerio de Medio Ambiente ordenó al Servicio Forestal de Arnea, Calcídica la tala de todos los árboles del bosque de Skuriés, donde la empresa minera Elinikós Jrisós, vitrina y títere de la multinacional El Dorado Gold, pretende instalar una minería de oro. La orden del Ministerio, según la misma fuente, concierne a 327 hectáreas en Skuriés y a otras 86 hectáreas en una zona vecina para la construcción de depósitos de vertidos tóxicos.
La obra destructiva que está promoviendo la empresa Elinikós Jrisós (Oro Griego) (cuyo principal accionista es el grupo de empresas Ellaktor del capitalista Bóbolas, y como hemos mencionado anteriormente es una filial de la empresa multinacional canadiense El Dorado Gold) en el noreste de Calcídica prevé la instalación de una minería de oro y cobre, la creación de nuevas fábricas de minerales sulfúricos y de producción de ácido sulfúrico, la creación de vastas cuencas de depósito de desechos tóxicos en unas zonas que ya llevan décadas sufriendo la actividad minera, mientras que en la localidad Skuriés se prevé la apertura de un enorme cráter de 700 metros de diámetro y de 220 metros de profundidad, en el corazón del monte Kákavos, para extracciones de oro y otros minerales.
Al mismo tiempo, la empresa minera “Oro Griego” admite descaradamente que financia a la Policía. Según lo que se lee en la página web de la empresa, una parte de las ganancias se destina a servicios públicos y a las fuerzas de represión del Estado, mediante un apoyo económico y logístico a cualquier nivel (combustibles, neumáticos, mantenimiento de vehículos e.tc.)”.
En la actualidad, en unas condiciones de desmantelamiento de la sociedad con el memorándum y las llamadas medidas de austeridad impuestas al pueblo, las actividades mineras en Calcídica y en el resto del norte de Grecia constituyen solamente una parte de una ofensiva generalizada que están realizando los grandes intereses económicos y un conjunto de fuerzas políticas, que pretenden vender los recursos naturales y las infraestructuras públicas del país, hipotecando el futuro de toda la sociedad y desinteresándose de las personas, de su vida y de sus esperanzas. Por todas estas razones los medios desinformativos pertenecientes al capitalista griego Bóbolas jamás tocarían una historia de la cual su patrón gana mucho (muchísimo…) dinero. Por el contrario, apoyan todo lo que puedan el proyecto desastroso de la instalación de la mega-minería, sirviendo a los intereses de sus patrones.
Lo que está sucediendo y está siendo planificado, no sólo en el noroeste de Calcídica, sino también en otras partes del territorio del Estado griego, forma parte de una ofensiva coordinada del Estado y del Capital, cuyo fin es el pillaje desenfrenado de la naturaleza, la privatización y comercialización (mercantilización) de la riqueza pública y natural, y la explotación aún más intensiva y despiadada de los oprimidos. Si les dejamos alcanzar sus objetivos, lo que viviremos será la destrucción extensa e irreversible de todos los ecosistemas (montañas, bosques, ríos, lagos y mares), el desmantelamiento y la desarticulación de las sociedades, la esclavitud, el totalitarismo, la barbarie y la muerte.
Frente a esta barbarie y el terrorismo estatal y paraestatal están luchando los habitantes de los pueblos del noreste de Calcídica y los solidarios con su causa. Es una lucha justa y al mismo tiempo difícil, dado que frente a ellos están las fuerzas de represión estatales y paraestatales, los mercenarios de la empresa y la llamada “Justicia”: cientos de luchadores (mayores e incluso menores de edad) están acusados de delitos menores y mayores, varios habitantes (hombres, mujeres y niños) han resultado heridos en las numerosas agresiones de la Policía y de los bravucones de la empresa minera,
La lucha de los habitantes de Calcídica nos concierne a todos y a todas. Es una lucha por la protección del medio ambiente, por la vida digna de miles de habitantes de la provincia, y por la dignidad de toda la sociedad. Es la lucha por la vida contra la muerte que conlleva la barbarie del capitalismo. Por eso, pedimos a todos los colectivos, los medios contrainformativos y los individuos que luchan por los mismos ideales, difundir las noticias concernientes a esta lucha y solidarizarse con ella en el modo que ellos lo consideren adecuado.
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