Mineros de la sección 17 de Taxco denunciaron que el derrame de agua mineral proveniente del interior de la mina La Concha, en la comunidad de El Frayle, ha producido enfermedades y también contaminación en la zona minera. Los árboles se están secando y no hay vida acuática en el afluente de Cacalotenango.
La descarga de agua mineral que desemboca en el río de Cacalotenango, ha ocasionado que los árboles de cedro se estén secando, y no hay vida acuática, denunciaron los obreros que se encuentran en la guardia en la bocamina.
Una bandera rojinegra decolorada, y varias máquinas paradas de gran tonelaje, dan cuenta de las condiciones en que se encuentra la mina a más de siete años de huelga.
A unos metros del acceso principal se localiza la bocamina, y en la entrada se localiza una virgen que fue colocada por los propios obreros. Abajo del nicho religioso, justo en el centro del arco de la entrada, hay un disco que menciona «Cuídate, tu familia te espera», mientras que en suelo se abre un riachuelo compuesto de agua de mina con suciedad que cruza una parte del área de estacionamiento y se va mezclando con un río que baja de la comunidad de Landa.
«Todos los días está saliendo el agua que viene de dentro de la mina y siempre se ha derramado, el problema es que nace, se sale, el agua arrastra el mineral y obvio todo eso es contaminación», dijo uno de ellos, Víctor Sánchez Silva, y continuó: «es que es agua contaminada que cuando no es tiempo de lluvias, cambia de transparente a amarillo».
El minero, que laboró como mecánico del equipo de mantenimiento diesel, dijo que aunque el agua se vea transparente está contaminada, «prueba de ello es que muchas personas se han enfermado».
Mientras los mineros cuentan lo que ocurre y denuncian la contaminación, apuntan hacia los tres camiones que tienen las llantas ponchadas y cuyo color de la carrocería cambió a óxido.
A un costado, se localiza un patio de jal minero de tonalidad gris, dijeron.
El cuarto de las regaderas está abandonado, y varias mascarillas y pedazos de suela de las botas que utilizaron los mineros, permanecen intactos en el piso.
En el área del cargado de baterías todavía aparecen varias pilas que, enfiladas, marcan los últimos días de labores en la mina La Concha, y los mineros continuaron hablando no sólo de la contaminación, sino de que en su momento, cuando la mina se cerró por una ocasión, se reabrió, se hizo una fiesta por parte de los de la empresa, porque encontraron una veta grande «que se dice que había oro de la más alta calidad, por lo tanto tenían que mezclarlo con tepetate para que la producción fuera mayor», como lo expresó el huelguista Sánchez Silva, quien dijo que la extracción así «la estuvieron haciendo por un tiempo y ya después no sabemos qué paso».