Chile

La inminente reestructuración del negocio de Glencore Xstrata en Chile

A poco más de un mes de que ambas compañías concretaran su fusión, continúa la incertidumbre sobre el futuro de la fusionada en Chile. No obstante, algunos despidos y diversas señales provenientes de la matriz anticipan una importante reestructuración.

Los 15 meses que duró el proceso de fusión de Glencore y Xstrata vino acompañado de un periodo de silencio propio de estas instancias hasta que China, el último país donde se tramitaban permisos pendientes, aprobó la operación. De ahí en adelante, Ivan Glasenberg, principal accionista de Glencore, tomó control de la nueva compañía como CEO y una serie de despidos, que afectó principalmente a ejecutivos de Xstrata, se desencadenó; Chile no fue la excepción.

A las medidas inmediatas de reducción de personal efectuadas en este corto periodo se agregaron diversas declaraciones de Glasenberg que permiten anticipar un giro más “comercial” que pone la alerta en unidades de menores márgenes y de uso de capital intensivo como las existentes en las faenas mineras de nuestro país. En este sentido, la principal incertidumbre –más allá de los despidos- es si se materializará una verdadera reestructuración del negocio en Chile que implique un repliegue de la compañía a nivel local. Al menos, esa es la inquietud que tienen algunos expertos y cercanos a lo que ha sido la fusión en nuestro país.

Señales adversas

El camino hacia la fusión fue extenso, pero una vez materializado, Glencore no demoró en desplazar a los directivos y principales ejecutivos de Xstrata, incluyendo al hasta entonces presidente, John Bond. Solo dos semanas después comenzaría el cese de gerencias medias en distintos países en un plan de tres meses que, de acuerdo a Glasenberg, significará un ahorro superior a los US$500 millones para la fusionada firma.

Si bien existe incertidumbre, el empresario ya ha dado otras señales claras de lo que viene. En su discurso habla de consolidar a la nueva compañía con “espacio para mejorar la eficiencia del grupo y optimizar la cartera combinada de activos y de crecimiento para el beneficio de todos los accionistas», según consigna Reuters. Junto a esto, si bien ha asegurado que se mantendrán los gastos de capital comprometidos hasta 2015, llegada esa fecha se reevaluarán los proyectos, asegurando que “si su mantenimiento es demasiado alto, podríamos tener que venderlos”.

Por otra parte, respecto a las vías de crecimiento y la deuda por US$30.000 millones registrada por Xstrata al 2012, ha indicado que “no se pueden hacer enormes compras en efectivo a no ser que los precios de los commodities repunten”, a lo que se agrega el interés declarado en países emergentes que presentan un mayor nivel de riesgo para la inversión, pero altos retornos como el Congo o Colombia. A esto se suman acciones concretas como el reciente anuncio de planes para ingresar al negocio de altos márgenes del GNL.

Futuro en Chile

La intención de abaratar costos fue manifestada fuertemente desde un principio, pero –según declaró Glasenberg– no se tocarían las operaciones y así parece haberse dado hasta el momento. En Chile, país que visitó y donde habría detectado una serie de duplicidad de funciones, se han efectuado varios despidos en la plana administrativa, aunque no en el número ni todos los nombres que han circulado en la prensa. Pero estos serían sólo los primeros pasos de un proceso que recién comienza a nivel global y que podría significar la reestructuración del negocio en nuestro país.

Conocedores del proceso indican que el ambiente de incertidumbre en Chile es generalizado “porque Xstrata estaba bien posicionado acá, pues el país era relevante para la minera. Pero para Glencore no está claro qué tan relevante es Chile y por ahí pueden tomarse algunas decisiones relacionadas a la pérdida de prioridad de los proyectos locales”.

En este sentido, la salida de algunos encargados de proyectos, así como la suspensión temporal de los mismos, es una señal importante del futuro que podrían tener las onerosas inversiones chilenas. Entre ellos destacan el proyecto binacional El Pachón, cuya inversión hasta el año pasado se estimaba superior a los US$4.100 millones, y la inversión que comprometería a la empresa el desarrollo de los proyectos de ampliación para Collahuasi avaluados en cerca de US$6.800 millones.

La venta de proyectos es una posibilidad manifiesta en este contexto, pero también lo sería en el ámbito de las actuales operaciones. Los problemas que viene arrastrando Collahuasi desde hace años sería un aliciente para una decisión como esta. Según una de las fuentes consultadas, frente a los inconvenientes que genera la multiplicidad de dueños y la falta de un controlador, “tal vez, sería una buena oportunidad para el resto de los socios ofrecer algo para comprar”. De esta forma, la gran inversión que necesitará la faena a futuro y el hecho de que en los últimos años no ha sido un gran activo para sus dueños distarían de los intereses de Glencore Xstrata. Asimismo, la fundición Alto Norte tampoco sería un gran negocio para el perfil más comercial que Glencore busca traspasar a la nueva firma.

Asociado a lo anterior está el problema de altos costos que registra la industria minera nacional y un escenario internacional de bajos precios para el metal rojo. Así, se sumarían dos factores, la menor importancia relativa que puede tener para Glencore las faenas de Xstrata en Chile y la situación de incremento en los costos que hace el país más caro para los inversionistas. Glasenberg ya declaró su interés concreto en Colombia, donde cuentan con presencia en el sector energético, por lo que el paso de la empresa a una situación más regional podría estar marcado por un repliegue en Chile, lo que tendría un impacto enorme a nivel local, según los expertos.