Codelco anunció que inyectará US$1.000 millones en sus instalaciones para acomodarse al nuevo estándar.
La nueva Norma de Emisión para Fundiciones de Cobre y Fuentes Emisoras de Arsénico, que se espera entre en vigencia plena durante el segundo semestre de este año, implicará que las empresas que manejan fundiciones tengan costos de inversión y operacionales del orden de US$ 1.500 millones, según aseguran en el ministerio de Medio Ambiente.
Por empresas
En Chile existen siete fundiciones de cobre, cuatro son propiedad de Codelco (Chuquicamata, Potrerillos, Ventanas y Caletones) y las otras están en manos de Enami, Glencore-Xstrata y Anglo American, respectivamente.
Las actividades de fundición generan emisiones de contaminantes que tienen efectos en la salud humana y ambiental. Estas emanaciones incluyen arsénico (As), azufre (SO2), material particulado (MP), mercurio (Hg), plomo (Pb) y cadmio (Cd). Todas las emisiones de As provienen de las fundiciones de cobre.
Al controlar cuatro de las siete fundiciones existentes, Codelco será la firma que más gastará en la adaptación a la nueva normativa. Su presidente ejecutivo, Thomas Keller, confirmó que invertirán US$ 1.000 millones en mejorar sus instalaciones.
La operación que tendría que incurrir en menores desembolsos sería Chagres, de Anglo American, “porque es el mejor alumno”, dice Marcelo Fernández, jefe de la división de calidad del aire del ministerio del Medio Ambiente, quien explica que “Anglo ha hecho esfuerzos importantes en los últimos años y no tendrán que hacer grandes esfuerzos para cumplir con los estándares que exige la nueva norma”. El funcionario estima que Anglo debería invertir cerca de US$ 100 millones, y añadió que “distinto es el caso de Enami, donde el desembolso oscilaría entre US$ 200 millones y US$ 300 millones”.
En Glencore-Xstrata aseguran que inyectarán US$ 100 millones en Altonorte.
Norma estricta
La norma establece exigencias diferenciadas para fuentes existentes y nuevas. Para las primeras, se impone un límite máximo de emisiones de SO2 y As (en toneladas por año) en función de un 95% de captura y fijación, y se establece un plazo máximo de 5 años para su cumplimiento. Se calcula que con la norma de 95% de captura, la reducción de emisiones de SO2 alcanzaría un 53%, y la de As un 37%. En el caso de las fuentes nuevas, se establece un límite de emisiones más exigente, equivalente a 98% de captura para el SO2 y el As.
El subsecretario de Medio Ambiente, Ricardo Irarrázabal, destaca que “Las termoeléctricas, fundiciones y calderas representan el 80% de las fuentes de contaminación del aire en Chile, y esta norma establece límites claros para las fundiciones y beneficia especialmente a las comunidades cercanas a ellas”. En tanto, Fernández dice que “las fundiciones emiten hoy cuatro veces más de SO2 que todas las termoeléctricas”.