Chile alcanzaría una capacidad de producción de 8,1 millones de toneladas de cobre, 300 mil menos de lo estimado el año pasado. Unos US$40.000 millones en proyectos de inversión están retrasados por falta de energía, alto costo y judicialización.
El retraso que evidencia el 40% de los US$ 110 mil millones que tiene el país en proyectos mineros afectará las metas de producción del cobre prevista hacia 2020.
La directora de Estudios y Políticas Públicas de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), María Cristina Betancour, reconoce que hacia fines de esta década, la capacidad de producción de la minería pública y privada llegaría a 8,1 millones de toneladas anuales de cobre. Son 300 mil toneladas menos frente a los 8,4 millones de toneladas de cobre al año que se prevía para esa fecha. Según analistas de la industria esa caída implica unos US$ 2 mil millones menos en ingresos por exportaciones, si se toma un valor del cobre de US$ 3 por libra.
Hoy, la industria local tiene una capacidad de 5,6 millones de toneladas, de las cuales Codelco aporta con 1,6-1,7 millones. “Dado que la cartera se ha estado retrasando hicimos una actualización. Estimamos nuevas fechas de puesta en marcha para los distintos proyectos. Con esto, la capacidad estaría aumentando a 8,1 millones de toneladas al 2020. Si es que la cartera se mantiene, podríamos llegar a las 8,4 millones de toneladas de cobre al 2022”, dijo.
La ejecutiva señala que entre los efectos que inciden en el retraso de los proyectos hay factores externos, como un suministro eléctrico a precios competitivos, la tramitación ambiental y de permisos, además de la judicialización. A ellos se suman, mayores costos de inversión y operación de los yacimientos, y la evolución del cobre. “Si un proyecto fue evaluado con un precio muy alto, al bajar el precio se torna poco rentable”, dice.
Indica que, a los precios actuales en el mercado -el cobre cerró en US$ 3,23 por libra el viernes y ayer no hubo operaciones en Londres-, los proyectos aún cuentan con margen de rentabilidad. “Esta disminución de precios tiende a sacar del mercado aquellos proyectos con costos más altos, más marginales. La información que tenemos es que los proyectos con costos más altos estarían en torno a US$ 2,5 por libra, entonces aún tendrían algún margen”, dijo.
Betancour señala que el principal desafío de las empresas es mejorar su estructura de costos e indica que la recaudación fiscal dependerá de la producción y de los precios. “El impuesto específico a la minería es cíclico. Recauda menos cuando cae la producción y hay un menor precio, es decir cuando el ciclo es menos favorable. Eso es lo que observamos ahora”, dijo.