¿Por qué los habitantes del poblado de Tetlama, en Temixco, deben decir no a la apertura de la mina de plata y oro en su comunidad? De acuerdo con académicos especialistas en geología, hidrología, flora y fauna, una de las razones es por el uso del cianuro, una sustancia altamente tóxica que se utiliza para separar los metales de las rocas en las minas a cielo abierto. Éste un veneno poderoso que en pequeñas dosis y al mezclarse con el aire o agua, o al ser ingerido, mata lentamente a cualquier organismo o ser vivo.
En su primera etapa, a través de la sucursal Esperanza Silver de México, la minera canadiense Esperanza Silver Company pretende iniciar la explotación de 696.92 hectáreas, en terrenos de Tetlama, para llegar a 15 mil hectáreas al final del proyecto, el cual durará al menos 50 años, periodo equivalente a la concesión otorgada por el gobierno federal.
Según investigadores, la superficie es el doble de la Reserva Estatal Sierra Montenegro y circundará la zona arqueológica de Xochicalco, marcando un polígono entre Xochitepec, Alpuyeca, Temixco y Cuernavaca, comunidades que se encuentran a sólo muy pocos kilómetros de la zona del proyecto.
Con la puesta en marcha de una mina a cielo abierto, los daños al medio ambiente, cultura, salud y sociedad son irreversibles. Por ejemplo, en San Luis Potosí, el activista social Sergio Serrano, de Pro San Luis Ecológico, denunció que la minera San Xavier destruyó parte del Cerro de San Pedro, a pesar de que su pueblo está reconocido como zona de monumentos históricos, por poseer construcciones que datan de 1623.
El daño cultural al poblado y a San Luis Potosí fue irreparable. “A diario transportaban 16 toneladas de cianuro y 13 de explosivos. Nos prometieron un boom del desarrollo de empleos, pero no ha pasado nada; sólo hay comunidades más pobres y con problemas de salud”, declaró al periódico Octavo Día, de Baja California Sur.
En esa entidad, por medio de campañas en medios de comunicación y foros en defensa de la reserva de la biósfera La Sierra de la Laguna, la agrupación Ya Basta Los Cabos, A.P. logró que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negara parcialmente el permiso de uso de suelo y construcción concedido por el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento de La Paz. La lucha no fue fácil, a pesar de saber que La Sierra de La Laguna es receptora y filtra el agua de lluvia a los mantos acuíferos que surten de agua potable a las ciudades de La Paz y Los Cabos.
Ambos casos son una exposición sobre las manifestaciones por las que científicos, investigadores, activistas, comuneros y el Gobierno del Estado de Morelos insisten en que los habitantes de Tetlama, Temixco y Xochicalco no concedan el permiso a la empresa que devastará sus tierras para siempre, a causa de la tala de todos los árboles, migración de animales amenazados y sujetos a protección especial; así como la pérdida de la tierra fértil, dando paso a un paisaje apocalíptico.
Después de saber lo anterior, los defensores morelenses pidieron a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat y al gobierno federal, que encabeza Enrique Peña Nieto, que apoyen la propuesta de revocar las siete concesiones otorgadas a la minera y que decreten la zona concesionada como Área Natural Protegida.
El resto de los motivos los exponen más de 50 grupos integrantes del movimiento en contra de la apertura de la mina a tajo abierto en Morelos.
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Florencio Hernández