Perú

Lucha indígena 78. El pueblo Quechua Cañari frente a la mina Candente

Compartimos con ustedes el editorial “Cañaris: Continuación de la guerra contra el pueblo” del último número de Lucha Indígena, publicación mensual correspondiente a febrero, y que tiene como director a Hugo Blanco Galdós.

Cañaris: Continuación de la guerra contra el pueblo
El ataque al pueblo de Cañaris ratifica que continúa la guerra de las empresas transnacionales contra el pueblo peruano que muestra su voluntad de defender su agua y su vida. Las empresas asesinas del medio ambiente utilizan a su servicio a los gobiernos, a las mayorías parlamentarias, al Poder Judicial, a la policía, al ejército y a los grandes medios de comunicación.

Humala, quien con cínica hipocresía pregonó en Europa que su prioridad era el agua, nos demuestra cada día que su especialidad es atacar en forma armada las cabeceras de cuenca, es decir las fuentes originarias de donde baja el agua que riega diversos valles.

Esa agua que hoy es utilizada por los pequeños campesinos para nutrir al pueblo peruano con alimentos sanos, a diferencia de la agroindustria que quita tierras y agua a los pequeños agricultores para cultivar para la exportación y para envenenarnos con transgénicos y sustancias químicas venenosas, super-explotando además a los obreros agrícolas.

Como no podía ser de otra manera, el gobierno y los otros sirvientes de las transnacionales, también se arrodillan ante la agroindustria. Wilfredo Pedraza, Ministro del Interior, anuncia que creará una fuerza especializada al servicio de las empresas transnacionales mineras depredadoras, en la guerra que llevan en todo el país contra la población peruana que defiende el agua y la vida. Por lo tanto la Guardia Civil debiera cambiar su lema “El Honor es su Divisa” por el de “El Servilismo es su Divisa”, el servilismo a las grandes empresas extranjeras.

El ejército nombra como jefe supremo de la justicia militar a Hugo Pow Sang, delincuente procesado por haber firmado el “acta de sujeción” legitimando el golpe de estado de Fujimori y avalando la impunidad del grupo Colina al servicio de la banda Fujimori- Montesinos.

Además tiene otro proceso por haber avalado dos compras a traficantes de armas en beneficio de Montesinos. Sin que fuera su competencia procesó en el fuero militar al coronel Fredy Rolando Tello. De antemano sabemos que será declarado inocente, pues el Poder Judicial, cada día más servil, no puede declarar culpable a un alto funcionario.

El Poder Judicial al servicio de los patrones mineros atropelló la ley disponiendo que los casos judiciales de Cajamarca se atendieran en Lambayeque y los del Cusco en Ica para que la gente pobre no puedan atender los juicios. No sanciona a Villa Stein que rebajó notablemente la pena a los asesinos del grupo Colina. Además ha determinado que el gran ladrón y asesino Fujimori esté “preso” en una extensa residencia, con los funcionarios de prisión bajo su mando.

La “democracia” para todos los sirvientes mencionados consiste en luchar a balazos contra la voluntad de más del 95% de la población, expresada ejemplarmente en el referendo en Cañaris. Los pobladores de Cañaris, así como los guardianes de las lagunas de Cajamarca, son el orgullo del pueblo peruano, ya que nos muestran que en nuestro país existe gente valiente, dispuesta a enfrentarse al gobierno, al parlamento, a la policía, al ejército, al poder judicial, con las manos vacías, armados sólo con la convicción de defender el agua y la vida, de defender la Patria y su naturaleza contra los sirvientes de voraces e inhumanas compañías extranjeras.

Este rol de nuestros defensores en primera línea, les da la tarea de impulsar la construcción de un frente de todos los peruanos que queremos defender nuestra naturaleza y nuestro pueblo contra la voracidad de las empresas que nos aplastan. Los de abajo somos más, si nos unimos triunfaremos. No hablo de la revolución, falta mucho para eso, hablo de dar pasos adelante como lo han hecho los pueblos de Bolivia y Ecuador.

La experiencia electoral nos demuestra que ese no es el camino. Los candidatos prometen maravillas y desde el primer día en el poder hacen lo contrario. Para lo que sirven las elecciones es para corromper a buenos dirigentes como lo vemos en el parlamento actual. Es con la acción directa del pueblo organizado que se logran cambios. Cito ejemplos: La reforma agraria se inició con la decisión de los campesinos de La Convención, Cusco, en 1962, de no trabajar gratuitamente para los hacendados y de que la tierra era de quien la trabajaba.

Naturalmente hubo represión, pero como no fueron capaces de hacer volver a los campesinos a la servidumbre, tuvieron que resignarse a legalizar la reforma agraria en la zona 6 años antes de la subida de Velasco Alvarado. Las rondas campesinas nacieron con la organización de los campesinos cajamarquinos para defenderse de los ladrones de ganado protegidos por jueces y policías. El gobierno de los ricos consideró delincuentes a los ronderos y los encarceló. Sin embargo como eran eficaces contra el abigeato, las rondas se extendieron. Los gobernantes, sirvientes de los ricos, se resignaron a declararlas legales. La ley de presupuesto participativo se vieron obligados a redactarla luego de que en Limatambo, distrito del Cusco, los campesinos pusieron un alcalde, Wilbert Rozas, quien cumplió con el compromiso de que no eran el alcalde y los regidores quienes aprobaban el presupuesto, si no la asamblea de los representantes de las comunidades y de la población urbana.

Desgraciadamente hicieron la ley en tal forma que es posible darle vueltas y no cumplirla. Por esas razones creemos que la tarea principal no es mandar al parlamento a compañeros que en muchos casos se corromperán ganando gigantescos sueldos o que sean una minoría que hace imposible aprobar leyes que favorezcan al pueblo. No llamamos a la abstención en las elecciones, esa será una batalla más, pero no creemos que sea la principal.

Por supuesto que nos interesa la unidad de la izquierda para las elecciones, entendiendo que un punto fundamental de su programa será la condena al servilismo a las transnacionales de los sucesivos gobiernos derechistas y el apoyo pleno a las luchas populares en defensa del agua y del medio ambiente en general. La principal actividad hacia el cambio en el Perú, es el fortalecimiento, la coordinación, la democratización y el apoyo a quienes están luchando, confrontando la muerte y la represión, por el agua y la vida.
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*Editorial del periódico Lucha Indígena, núm. 78. Recibido por cortesía de su director: Hugo Blanco Galdós. Sitio web: http://www.luchaindigena.com/