Redacción ContraPunto
Es un hecho: el presidente de El Salvador no dará permisos para que se realicen trabajos de explotación minera.
SAN SALVADOR – El presidente Antonio Saca aseguró que no concederá permisos de explotación minera a la empresa canadiense Pacific Rim en el proyecto El Dorado, departamento de Cabañas, por considerar que esta actividad acarrea serios riegos al medio ambiente y a la salud pública. La empresa canadiense, que alega haber invertido $77 millones de dólares en el país, está dispuesta a solicitar arbitraje al Banco Mundial el 9 de marzo, fecha en que termina el plazo para la concesión de permisos de explotación, por considerar que la decisión está violando los acuerdos estipulados en el CAFTA (Tratado de Libre Comercio con EE.UU., siglas en inglés) con Centroamérica. Sin embargo, el mandatario mantiene su posición a pesar de que, si perdiera la demanda, el Estado estaría obligado a pagar casi $100 millones de indemnización. “Prefiero pagar a darles un permiso”, aseguró el mandatario.
Según un estudio realizado por Oxfam, las consecuencias negativas de la minería en El Salvador serían: disminuiría la disponibilidad del agua, contaminaría los mantos acuáticos subterráneo con plomo, mercurio y cadmio, mediante un proceso denominado drenaje ácido, y amenazaría los ecosistemas por el uso sistemático del cianuro que requiere la actividad minera.Por su lado, Pacific Rim aseguró que el proyecto El Dorado sería el más avanzado en materia de medio ambiente en toda América, y significaría una importante fuente de empleos y desarrollo.
Según encuestas realizadas por la empresa, solo el 25% de la población está en contra de la explotación minera.La decisión de Saca se sitúa en medio del clima electoral. Desde los inicios de la exploración minera de Pacific Rim en 2002, la minería se convirtió en una medida impopular que tiene entre sus detractores a amplios sectores de la población y decenas de organizaciones comunales y ambientales.
Recientemente, estos grupos cuentan también con el apoyo de la Iglesia católica, como lo demostró Monseñor José Luis Escobar, el nuevo Arzobispo de San Salvador, quien recalcó desde su primera ceremonia como prelado la necesidad de rechazar y vetar los proyectos mineros “por el gravísimo daño que ocasionaría a las personas, plantas y animales”.
Incluso Thomas Shrake, director general de la empresa Pacific Rim, había atribuido la tardanza en la concesión de permisos de explotación de parte del Gobierno al temor de generar rechazo en la población por el impacto ambiental negativo de la minería, temor que se agudiza en estos tiempos electorales. “Creo que los motivos son más que todos políticos”, afirmó.