Con 64 votos a favor, cero en contra y ocho abstenciones, el Congreso peruano aprobó la creación del Sistema Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (SENACE) el pasado 22 de noviembre. La propuesta ha sido aprobada sin mayores cambios sustantivos y el debate en las comisiones no ha permitido enriquecerla y corregir algunas fallas que se presentaron en el diseño inicial que venía del Ejecutivo.
¿La creación del SENACE ayudará a reducir los conflictos socio-ambientales tal como lo señalan algunos ministros? Dependerá de varios factores; sin embargo hay que reconocer que a estas alturas no hay remedio milagroso que pueda permitir que, de la noche a la mañana, los conflictos desaparezcan o disminuyan de manera sustantiva.
La primera reacción que genera el anuncio de la creación del SENACE es positiva y se debe saludar la iniciativa de comenzar a transferir la competencia de la aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) a un organismo técnico e independiente de los sectores que promueven las inversiones. Este es un primer paso para lograr una gestión ambiental independiente desde el Estado y así comenzar a recuperar credibilidad de las poblaciones.
Sin embargo, la ley aprobada en el Congreso, plantea algunas dudas que no han sido aclaradas y superadas. Por ejemplo, la propuesta establece que algunos Estudios de Impacto Ambiental podrán ser excluidos a propuesta de los sectores. El riesgo es que este artículo se convierta en una ventana abierta para que cada ministerio pueda solicitar la exclusión de algún EIA del ámbito de SENACE, por motivos que nunca faltarán, relegando los criterios de sostenibilidad ambiental.
Otros temas a considerar: el rol de los gobiernos regionales y locales en estos procesos de evaluación ambiental. ¿Se los va a seguir excluyendo de los procesos de toma de decisión sobre los proyectos que se implementan en las regiones? No hay que olvidar que el conflicto de Conga ha sido una muestra de la necesidad de involucrar previamente a los gobiernos regionales y de informar adecuadamente a las poblaciones.
Asimismo, una novedad importante es la implementación del mecanismo de ventanilla única, el cual ha funcionado en otros países del mundo en aras de promover la simplificación administrativa. Sin embargo, se espera que la búsqueda por simplificar los procedimientos administrativos no sacrifique la rigurosidad técnica que se requiere para una adecuada evaluación de los EIA.
Por otro lado, la creación del SENACE debe considerarse como una extraordinaria oportunidad para incluir a las Evaluaciones Ambientales Estratégicas (EAE) como instrumentos que deben ser implementados y evaluados por este organismo. No hay que olvidar que los EIA son hoy en día insuficientes y se necesita instrumentos complementarios como los EAE para medir los impactos acumulativos de varios proyectos en una determinada zona.
Es el momento de comenzar a construir en el país un sistema de evaluación ambiental que recoja los mejores estándares globales. La creación del SENACE puede ser un primer paso que deberá complementarse con otras medidas que se han ofrecido y que hasta ahora se siguen haciendo esperar.
Las políticas públicas en materia ambiental deben respaldarse en normas eficientes que contribuyan a una verdadera estrategia de desarrollo sostenible y por supuesto a la reducción de la conflictividad social en el país.
28 de noviembre de 2012
CON EL RUEGO DE SU DIFUSIÓN