Los más de 500 asistentes de 65 municipios de la Sierra Norte, representantes de movimientos en sus comunidades contra los “proyectos de muerte”, que se reunieron en el auditorio municipal de Tetela de Ocampo, enmudecieron cuando escucharon un dato que les pareció devastador: “Se necesitan demoler 18 toneladas de roca, millones de litros de agua y tóxicos para producir el oro necesario para un anillo”, manifestó Germán Romero, de presidente de la asociación Tetela hacia el Futuro.
Y agregó: “Las mineras no deben olvidar que, como hace 150 años, el 5 de mayo de 1862, nosotros defendimos el territorio nacional de los invasores extranjeros; así lo vamos a defender de quienes ahora atentan contra nuestros cerros, contra nuestro patrimonio natural, contra nuestra vida. No estamos en guerra, pero vamos a volver a luchar”.
El público, serrano que viajó hasta cinco horas en carretera y otras más a pie desde Ixtacamaxtitlán, Cuetzalan, Olintla, Hueytamalco, Zautla, Zoquiapan, Huitzilan, Xochitlán y Zapotitlán, entre otros, estalló en aplausos y expresiones de júbilo porque, por primera vez desde que inició el movimiento de resistencia contra la instalación de lo que llama “proyectos de muerte”, encontraron unidad de su lucha común.
Pero también, en la reunión efectuada este viernes en Tetela, pudieron ir más allá de las diferencias políticas y de organización, lo que les permitió unificar sus objetivos: la cancelación total de proyectos mineros, hidroeléctricas y termoeléctricas, así como ciudades rurales; cancelación de las consultas “amañadas” de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como proyectos de desarrollo a partir de las necesidades y opiniones de los pueblos de la Sierra Norte.
Durante más de seis horas los participantes que acudieron al encuentro con el comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas, Jaime Martínez Veloz, pudieron organizarse en y establecer una agenda común de trabajo, donde a la par de su rechazo rotundo a estos proyectos energéticos, también establecerán mecanismos de asesoría y apoyo para el desarrollo sustentable de esta región del estado.
Al mismo tiempo también ofrecieron un puente de diálogo con la administración federal, pues la presencia del comisionado les hizo “volver a creer en el gobierno”, pero también le advirtieron a Martínez Veloz: “Con usted o sin usted y contra usted vamos a seguir defendiendo nuestra tierra”, a lo que el funcionario sólo asintió con la cabeza.
Sólo hubo respuesta de la Federación, porque ningún representante del gobierno del estado estuvo presente, a pesar de haber sido invitado.
Sin embargo, en náhuatl y en totonaco, los representantes de las diferentes organización expresaron su rechazo a la Semarnat, a la que acusaron de colusión con las empresas mineras, pues hace unos días realizó una consulta en la que determinó que Tetela es el décimo municipio más pobre del país y que 80 por ciento de la población es pobre y analfabeta, por lo que la llegada de una minera “es nuestra salvación”, subrayó Raymundo García, de Serranos Unidos en Resistencia Indígena.
“Hay una infinidad de gente que está dispuesta a luchar por sus tierras, y el estallido social no lo ha considerado la Semarnat. Es un no rotundo. La Sierra Norte se está levantando y hay que hacer caso”, agregó Raymundo García, exigiendo una reforma a la ley minera que proteja el agua y el suelo de las comunidades indígenas y campesinas, lo que hizo arrancar largos aplausos y expresiones de apoyo. “No nos vamos a dejar”.
En tanto Alfredo Hernández, de Zoquiapan, recalcó que “indígena no es igual que ignorante o analfabeta”, y citó las algunas libertades fundamentales, como el derecho al agua y a la vida, de convenios internacionales como el 169 de la Organización Internacional del Trabajo.
Abundó que el gobierno federal y el gobierno del estado deben crear infraestructura carretera y de limpieza de ríos; “ese tipo de proyectos sí lo queremos y sí son bienvenidos”. Martínez Veloz volvió a asentir con la cabeza.
Rufina Villa, del Frente de Defensa de Cuetzalan, marcó la distancia del movimiento de resistencia serrano de los partidos políticos, advirtiéndoles que no pueden utilizar el rechazo popular a las minas como parte de sus campañas, pero destacando que sí es obligación de quienes sean electos gobernantes pronunciarse en contra de éstos pues así se lo demandan.
Y exigió: “Lo que queremos es nuestra autonomía y decidir qué hacer y cómo lo queremos hacer. Queremos nuestra autodeterminación para rechazar los proyectos de muerte”.