Mexico

Rudimentarias minas de carbón buscan producir más

Martes 2 de septiembre, 2008

Por Mica Rosenberg

NUEVA ROSITA, México (Reuters) –

Dos hombres descienden lentamente hacia el fondo de una mina en el norte de México montados en un cubo metálico, suspendido por un cable que trabaja con el viejo motor de una camioneta.

A unos 50 metros de profundidad, los hombres salen del cubo para internarse en un estrecho túnel, empuñando martillos y picos para extraer carbón.
Muchos mexicanos han explotado durante más de un siglo los llamados "pocitos" como éste en Nueva Rosita, pero con los elevados precios actuales de los energéticos, estas rudimentarias y peligrosas minas están trabajado a máxima capacidad.
Hasta un 14 por ciento de la electricidad del país se genera con carbón, mientras el resto se produce con combustibles más costosos como el gas natural o en plantas hidroeléctricas. Al menos cuatro plantas generadoras a base de carbón están en construcción y la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) está considerando adaptar algunas de sus plantas que operan con petróleo. La industria eléctrica quema unos 16 millones de toneladas de carbón al año, la mayoría provenientes de grandes yacimientos.

Los pocitos sólo aportan una pequeña parte, pero con la demanda en aumento, están tratando de extraer lo que más puedan. Los crecientes precios de los energéticos y las materias primas han impulsado técnicas de minería informales y peligrosas en muchos países pobres desde Honduras hasta Ghana.

En estados de México tradicionalmente mineros como el norteño Coahuila hay pocas opciones: arriesgar la vida en una mina o escabullirse por la frontera con Estados Unidos para trabajar ilegalmente en Texas. Y los precios de las importaciones también están al alza.

El carbón alcanzó en agosto los 200 dólares por tonelada en el mercado europeo, mientras que el precio por tonelada en Coahuila es de 64 dólares, una de las razones por las que el Gobierno mexicano quiere más.

MAS MINERIA MAS MUERTES
Más minería representa más trabajo y recursos para la gente de Coahuila, pero también representa más lesiones y muertes. El año pasado murieron tres personas en pocitos, y los mineros señalan que es raro que transcurra un año sin calamidades. "Cuando se junta el gas y truena, mueren todas las personas (…), si se abre y te cae una piedra de arriba te mata o te quiebra un brazo o una pierna," dijo Jacobo Rodríguez, de 39 años, quien ha trabajado en pocitos desde que tenía 15.

Una explosión de gas metano en el 2001 y una inundación en el 2002 dejó a 25 mineros de pocitos muertos, obligando al Gobierno a endurecer las medidas de seguridad. Pero la extracción de carbón es peligrosa inclusive en las grandes minas.

En febrero del 2006, 65 trabajadores fallecieron en un yacimiento propiedad de Grupo México en el peor accidente de la industria en más de cuatro décadas. Silverio Valdés, un funcionario gubernamental que compra carbón para las plantas generadoras, dijo que los pocitos podrían quedar fuera del negocio si no mejoran sus estándares tecnológicos y de seguridad.

Sin embargo, la comisión de electricidad ha solicitado a algunas minas medianas y pequeñas que eleven su producción. A diferencia de muchos, el pocito en Nueva Rosita está regulado. "Tu vez esto medio primitivo, medio artesanal, pero aquellas (sin regular) están de la patada," dijo Rubén Zertuche, uno de los supervisores del pocito.

"Por ejemplo no traen casco, no traen guantes, es mucho más rudimentaria la forma de trabajar de ellos," agregó. Desde finales del siglo XIX, los accidentes mineros han cobrado la vida de casi 1,700 personas en Coahuila. Los mineros ganan entre 3 y 6 dólares por cada tonelada de carbón que extraen a mano, más de lo que podrían ganar en otras ocupaciones.

Pero por la necesidad, muchas veces los mineros corren más riesgos. "Entre más saquen carbón, más van a ganar, entonces se meten en áreas donde ya no es seguro," dijo Gerardo Cárdenas, gerente de la Unión Mexicana de Productores de Carbón. "Una que está aquí en la región se da cuenta de que en vez de disminuir, hay más trabajando, se ven más pocitos," dijo por su parte Elvira Martínez, viuda de uno de los trabajadores que murieron en el 2006 en la mina de Grupo México.
(Traducido por Armando Tovar)