Tegucigalpa, Honduras. (11 febrero 2008)
Unos 35 mil Kilómetros cuadrados del país han sido concesionados a compañías mineras que practican la actividad a cielo abierto y causan daños irreversibles a la salud, acusó el obispo de Copán, monseñor Luis Alfonso Santos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
"Según estudios publicados por el Banco Mundial, la minería en un país como Honduras produce corrupción en las autoridades, grave contaminación ambiental y convulsiones sociales de lo cual tenemos pruebas", declaró el sacerdote.
Añadió que acudieron a la CIDH, porque ni el Congreso Nacional ni el Poder Ejecutivo han querido escucharLES y toda manifestación pública ha terminado en represión armada, contra la gente pobre a quien no se le presta atención. Se ha comprobado- dijo- que el país no tiene capacidad técnica instalada para manejar las minas ni para hacer análisis de la contaminación y sólo en la ciudad de Santa Rosa de Copán más de 40 mil habitantes consumen agua cianurada.
Luis Alfonso Santos
Según el obispo, Honduras es signataria de más de 30 convenios internacionales, que están en el registro de la Cancillería, pero no se han cumplido sin importar que tienen relación con el derecho a la vida.
"Hemos acudimos a las autoridades por las heridas de bala que la policía produjo en ciudadanos humildes de nuestro país y no hemos tenido contestación a nuestras denuncia por violación de derechos ambientales y de la vida".
Dada la experiencia- indicó- se puede afirmar que la minería a cielo abierto y el uso de químicos tóxicos, cianuro y otros constituyen una amenaza a la vida humana y por ende un factor poderoso de riesgo. Como ejemplos, mencionó la mina de oro y plata de San Andrés, en Santa Rosa de Copán y Valle de Siria en Francisco Morazán.
Al respecto, expuso que 1995 y 1998 se efectuaron desplazamientos humanos forzados en las aldeas de San Andrés y Palo Ralo, respectivamente. "En el caso de la mina de San Andrés, hoy Yamana Gold, el 06 de enero del año 2003 descargó entre 300 y 500 galones de cianuro puro directamente al río Lara, justificando que había sido un error humano de sus empleados, lo cual provocó la muerte de toda la vida acuática del río y otras especies por envenenamiento"
Asimismo, en mayo de 2006 se tomaron muestras de ese río en cinco diferentes puntos y los resultados arrojaron la presencia de manganeso, causante de locura en las personas, plomo que se va a los riñones y arsénico arriba de los límites permitidos el cual causa aborto en las mujeres cuando toman el agua contaminada, apuntó monseñor Santos. Las actividades mineras han contaminado las aguas
"En diciembre de 2006 de nuevo se toman muestras y los resultados demuestraron la presencia de metales: aluminio, cobre, hierro y manganeso por arriba de las normas internacionales y el PH del agua con promedio de 8.60 y 8.80".
"Obviamente esto demuestra la poca seriedad y responsabilidad de estas compañías, ya que deberían de prever estos casos y tener alternativas de solución menos contaminantes".
Además, los habitantes de las comunidades manifiestan que la empresa realiza un mínimo de seis descargas al año en época de invierno y siempre lo hacen en horas de la madrugada. Otros casos- denunció- se dan en el Valle de Siria, departamento de Francisco Morazán donde opera la compañía Entremares, específicamente en la comunidad de Nueva Palo Ralo.
Ahí según estudios la mayoría de los habitantes tienen altos niveles de plomo y arsénico en la sangre, lo cual está provocando enfermedades poco comunes en los niños y niñas como estrabismo y el Síndrome de Berlín Hoffman que es la forma más grave de atrofia muscular espinal, lo cual se vincula al consumo de agua contaminada por la actividad minera, añadió.
"La compañía Entremares contrató al mejor médico forense que también es abogado en Honduras, Denis Castro Bobadilla y él avisó a sus colegas colombianos para que no aceptaran las muestras del Valle de Siria, diciendo que habían sido tomadas las muestras en una manera no técnico- científica", criticó.
"Eso es lo que hacen las compañías mineras, se las saben todas, tienen una respuesta para todo, entretanto se burlan de nuestro pobre país, destruyen el bosque con la mina a cielo abierto, contaminan la tierra y el agua con estos metales pesados". El obispo, finalizó que el 30 de noviembre de 1998, el Congreso Nacional abolió el Código Minero de 1968 que era mucho mejor y después aprobaron el decreto 292-98, actual Ley General de Minería, redactada a gusto de mineros extranjeros.
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