martes, 27 de noviembre , 2007
La mayoría de los conflictos sociales en Perú se originan en la expansión de la actividad minera, que genera impactos negativos en el medio ambiente por el uso desordenado y no sostenible de los recursos naturales, informó el Observatorio de Conflictos Mineros (OCM).
Esta actividad está generando serios problemas de contaminación del aire, del suelo y de las aguas, así como afecciones a la salud y alteraciones de diferentes ecosistemas, detalló José de Echave, en representación del OCM, en reunión con la prensa extranjera en Lima. Tales aspectos motivan actualmente "graves tensiones sociales en las zonas de influencia de la minería y han puesto en debate el tipo de crecimiento aplicado en el país en los últimos años". Según esta entidad, las disputas entre empresas mineras y las poblaciones campesinas representan más del 50% del total de conflictos sociales que se registran en Perú.
El OCM identificó cinco puntos en el país donde se presentan actualmente conflictos, entre ellos la minera cuprífera Majaz, de capitales chinos, y la aurífera Yanacocha, controlada por la empresa norteamericana Newmont, que realizan operaciones en el norte del país. El OCM, formado por las organizaciones no gubernamentales CooperAcción, Grufides y Fedepaz, provee información para establecer la dimensión de los conflictos mineros, dijo De Echave.
Actualmente el 55% de las comunidades campesinas en el país se ubican en zonas de influencia minera, de acuerdo a investigaciones del observatorio de conflictos. Para el OCM los conflictos muestran que las poblaciones perciben que la expansión de la minería las afecta y que las empresas ejercen fuerte presión para controlar y manejar recursos estratégicos. De Echave señaló que las poblaciones también señalan que el marco legal no les brinda los instrumentos para la defensa de sus derechos, por lo que consideró necesario que el gobierno construya una nueva legalidad que tenga en cuenta los derechos de los ciudadanos afectados por la minería.
EFE