a cambio de 230 mil dolares para su administracion municipal, Rodrigo López y Bety Chica, alcalde y concejala del cantón morona, respectivamente, negociaron con la privada hidroabanico, en uno de los hoteles de la ciudad de macas, la construcción de la segunda fase de su proyecto hidroelectrico, pero el pueblo soberano ratificó su decisión de ser libre Macas, 10 de diciembre de 2006
Los 75 días con sus noches que Jimbitono resistió, parecen haber sido nada para el alcalde y cuatro concejales del cantón Morona.
Pese a la oposición de Germán Navarrete, Miguel Montenegro y Gabriel Awananch, el viernes pasado, en sesión extraordinaria del concejo, Rodrigo López, Bety Chica, William Jaramillo, Florencio Molina y Salvador Wisum, acordaron secundar a Hidroabanico en su propósito de construir la segunda fase de su hidroeléctrica.
Contravinieron así la voluntad de su pueblo y desconocieron el acta suscrita el 12 de noviembre entre el Gobierno nacional y las fuerzas vivas de la provincia de Morona Santiago.
El 12 de noviembre, Rodrigo López formó parte de la mesa directiva de la Asamblea ante la cual, José Serrano, ministro de Trabajo y Empleo, en su calidad de delegado de Alfredo Palacio, presidente del Ecuador, dispuso la suspensión inmediata y definitiva de la segunda fase de Hidroabanico. Es más, firmó el acta.
Esta incluyó puntos igualmente fundamentales como la suspensión inmediata de las actividades mineras en las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Anoche, López y Chica se presentaron en Jimbitono, pero la comunidad repudió la propuesta y se negó una vez más a negociar con la vida.
Esta infortunada acción de alcalde y concejala resquebrajó irreversiblemente su legitimidad ante los ojos de la opinión pública. Fueron calificados por la comunidad de voceros de Hidroabanico.
Además, Jimbitono advirtió que retomaría la medida de hecho, suspendida el 12 de noviembre, si prosiguen con sus desacatos y provocaciones. William Pinchupá, el catequista de la comunidad, afirmó que ahora son más libres no iban a hacerse esclavos.
En sus esfuerzos por convencer, López y Chica ofrecieron dos empleos, con cargo al presupuesto de la Municipalidad: el de policía ambiental a Geovani Hernández, presidente de Jimbitono, y el de cuidadora del parque de Jimbitono a doña Marujita Chacha, vocal de la directiva de la comunidad.
Don Geovani y doña Marujita les cantaron clarito que ellos nunca les habían pedido ningún puesto. Las negociaciones entre López y Chica, por un lado, y Hernán Flores y Edwin Terán, gerente y hermano del dueño de la hidroeléctrica, por otro, se habrían desarrollado desde el miércoles de la presente semana, rodeadas de un riguroso secretismo.
Cosa curiosa, el alcalde López y la concejala Chica aceptaron, como parte del trato, la inclusión de "las regalías que por ley le corresponderían a la Municipalidad si permitiera que Hidroabanico destruya el cantón y la provincia con su energía sucia", destacó Jorge Avila, operador turístico afincado en la ciudad de Macas.
Mañana lunes, en la sesión ordinaria del concejo municipal, la comunidad de Jimbitono y las fuerzas sociales de Macas demandarán de López y sus partidarios, la derogatoria del acto espurio. 150 mil dólares del total ofertado por Hidroabanico a la administración de López, por su apoyo a la segunda fase del proyecto, iban a ser destinados a la construcción de una planta de agua potable para Macas.
En agosto de 2004, López llegó a la alcaldía con la promesa de resolver definitivamente los problemas de abastecimiento de agua potable de la ciudad en seis meses. Dos años después, el desabastecimiento no solo persiste, sino que se ha intensificado. Según López, la planta de agua potable emplearía el caudal que Hidroabanico arroja después del proceso de generación.
Sin embargo, muchos sectores ciudadanos cuestionan la propuesta, porque las aguas turbinadas son contaminadas. "Si nosotros somos los dueños, no vamos a tomar los desperdicios", ha dicho el Padre Juan de la Cruz Rivadeneira, oriundo de la zona.
"El pueblo va a mantener el control sobre los recursos que le dan la vida",
dijo Mercedes Mancheno, representante del Comité en Defensa del Agua y la Vida de Macas.