Mexico

En México, 58 conflictos mineros: OCMAL

03/04/2021
Autor: Zósimo Camacho @zosimo_contra
El Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL) reporta 58 conflictos sociales vigentes en México causados por la minería. La mayoría detonaron en el sexenio de Felipe Calderón, aunque los más antiguos datan de 1980 y los más recientes de 2019.

De acuerdo con el mapa de la organización, en 20 entidades de la República Mexicana comunidades campesinas e indígenas están en conflicto con la industria extractiva. Las razones van del despojo territorial, al daño ambiental y el saqueo de agua. También presentan caso de criminalización de la protesta y persecución contra quienes se oponen a los proyectos.

Los estados del país con conflictos sociales activos a causa de la minería son: Puebla (nueve), Zacatecas (nueve), Sonora (cinco), Durango (cuatro), Oaxaca (cuatro), Baja California Sur (tres), Chiapas (tres), Guerrero (tres), Baja California (dos), Chihuahua (dos), Coahuila (dos), Colima (dos), San Luis Potosí (dos), Jalisco (dos), Estado de México (uno), Hidalgo (uno), Michoacán (uno), Morelos (uno), Guanajuato (uno) y Veracruz (uno).

De acuerdo con los registros de la OCMAL, México es el país de América Latina que más conflictos mineros presenta. En toda la región se cuentan 284 con 301 proyectos involucrados.

En número de casos, a México le siguen Chile, con 49; Perú, 46; Argentina, 28; Brasil, 26; Colombia, 19; y Bolivia y Guatemala, con 19 cada uno. Otros 12 países registran menos de 10 casos respectivamente.

En México, 58 conflictos mineros: OCMAL

Chile, Litio

Un Parque Nacional en grave peligro: Explotación de oro y litio amenazan el Nevado Tres Cruces

En Reportajes
16/03/2021
Ubicado en la región de Atacama, el Parque Nacional Nevado Tres Cruces está compuesto de distintos ecosistemas que lo categorizaron como tal en 1994. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para protegerlo del extractivismo. Proyectos de explotación de oro en las inmediaciones de su corredor biológico y de litio en el salar de Maricunga lo establecen como un territorio amenazado donde se transgreden los derechos de la naturaleza.
Por OLCA*, OCMAL** y RESUMEN


Laguna Santa Rosa, parte del complejo lacustre e hidrológico del Salar de Maricunga, y del Parque Nacional Nevado 3 Cruces

El modelo extractivista implantado en Chile ha conllevado el auge de conflictos socioambientales en distintos territorios del país, producto de no solo los gravísimos impactos en los ecosistemas, sino también por la nula participación vinculante de las comunidades. Así, la defensa de bienes comunes y la imperiosa necesidad de desarrollar una justicia ambiental han sido parte de las banderas de lucha que la población ha levantado frente al avance de distintos proyectos de intervención.

En este sentido, la minería ha tenido un rol central en el norte del país. La explotación, persistente y defendida bajo acuerdos público-privados, ha conllevado la vulneración de diversos ecosistemas, afectando la calidad de vida de las comunidades que los habitan y siendo estas mismas las que han visibilizado los nocivos efectos del modelo.

Ejemplo de aquello es a lo que se enfrenta el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, complejo ecosistema que se encuentra amenazado por la intervención de la minería del litio y el oro, siendo este último el que ya cuenta con antecedentes judiciales que lo vieron comprometido por su explotación, y que hoy se enfrenta a la resistencia de las comunidades en el salar de Maricunga.

Cerca de 60 mil hectáreas: el Parque Nacional Nevado Tres Cruces

Ubicado en la región de Atacama el Parque Nacional Nevado Tres Cruces es uno de los tantos ecosistemas presentes en la provincia de Copiapó. Según la información existente en su ficha de CONAF, se encuentra dividido en dos sectores que, en total, abarca 59.081,87 hectáreas; la parte norte contempla el sector de la laguna Santa Rosa, mientras que la sur la laguna del Negro Francisco, ambos reconocidos sitios Ramsar.

Ambos sectores se unen por un corredor biológico, que no se encuentra bajo protección en la legislación actual, por lo que ha sido un espacio intervenido directamente por el sector minero.

Bofedales, lagunas y fauna como 3 tipos de flamencos y las parinas forman parte de este gran ecosistema que posee el Parque Nacional y que convive con otros cercanos como lo es el salar de Maricunga, los volcanes Nevado Tres Cruces y Ojos del Salado. Así, el comprender la relación entre ecosistemas del mismo territorio se torna fundamental para contemplar las implicancias de los proyectos -en curso y latentes- que intervienen en este frágil territorio.


Al lado izquierdo Imagen referencial del Parque Nacional Nevado Tres Cruces, al lado derecho el parque con el Corredor Biológico que aún no es protegido (fuente: CODEMAA).

Para Roberto Vergara, presidente de la Asociación Guías de Turismo de Atacama, la situación en la que se encuentra el Parque Nacional es única en el país. En sus palabras, el espacio cuenta con «islas de terrenos privados, de mineras extractivistas, dentro de las hectáreas de protección y preservación de las especies nativas de esta zona y las especies migrantes«.

Esta situación es vital de comprender debido a que el Parque Nacional comparte la cuenca hidrográfica de la cual también forma parte el salar de Maricunga y las lagunas anteriormente mencionadas, según lo declara su plan de manejo fechado en 1997, tres años después de su creación.

Por ende, los proyectos que se emplazan en dichas «islas de terrenos privados», como también en el resto de la cuenca, afectan a la totalidad del ecosistema. A modo de ejemplo, Vergara reflexiona acerca de los proyectos de explotación del litio en Maricunga, los cuales, en sus palabras, van a «afectar directamente la zona sur del salar que es donde está la laguna«, comprendiendo como un «sistema en conjunto» la totalidad del territorio que contemplan las lagunas, los bofedales y el salar.

Sin embargo, no es una situación exclusiva del momento actual, sino que, indica Vergara, «la amenaza es real, constante y no es nueva«.

Kinross en la mira: la avaricia del oro

En el norte del país, espacio fuertemente intervenido por la minería, el oro es objeto del modelo extractivista desde hace décadas. Uno de estos casos se encuentra liderado por la empresa Kinross, compañía de capitales canadienses que se encarga de la extracción de oro en distintos lugares del mundo como Rusia, Ghana, Brasil y Chile.

Fundada en 1993, Kinross se instala en Chile considerándose como la empresa minera líder respecto a la explotación de oro a escala internacional. Compañía que, reiterativamente en su sitio web, señala que promueve un trabajo responsable y sustentable. Sin embargo, los antecedentes dan cuenta de lo contrario.


Kinross a escala internacional | Imagen: @KinrossChile

Actualmente la transnacional canadiense cuenta con tres proyectos que se vinculan, necesariamente, con el Parque Nacional Nevado Tres Cruces: uno en operación, otro en trámite y un tercero paralizado.

El primero de estos es conocido como «La Coipa», perteneciente a Minera Mantos de Oro y ubicado a 140 kilómetros al noroeste de Copiapó, cuyas actividades fueron suspendidas en 2013 debido al «agotamiento de sus reservas económicamente explotables». Sin embargo, en febrero de 2020 la empresa dio a conocer la reapertura de la explotación proyectando una producción de 690 mil onzas de oro.

La mina a cielo abierto está acompañada, a la fecha, del desarrollo de estudios de otros territorios adyacentes a «La Coipa» para su eventual explotación. Asimismo, se encuentra ubicada al noroeste del Parque Nacional Nevado Tres Cruces y, a la vez, del salar de Maricunga.

Esto es fundamental al momento de considerar la crisis hídrica que afecta al territorio. Ya en 2012, una investigación del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) señalaba que «el Salar Maricunga, reserva hídrica central para abastecer a la cuenca, está en este momento proporcionando su agua para satisfacer las necesidades industriales de la mina La Coipa», lo que da a conocer el aprovechamiento de bienes comunes en pos de la actividad económica.

Asimismo, la misma instalación provocó la contaminación del acuífero que le rodeaba tras la filtración de tranques de relave, escenario que comparte con que, en 2008, la minera Mantos de Oro fue «el segundo emisor más grande de mercurio en Chile«, contaminación que ha sido centralmente denunciada pero sin ser profundamente abordada por la política pública.


Ubicación de La Coipa (círculo rojo) a un costado de Salar de Maricunga y Parque Nacional Nevado 3 Cruces | Imagen: Google Maps, editada

Respecto a proyectos que no ha podido materializar -pero que se encuentra en trámite- existe «Lobo Marte», ubicado en la franja Maricunga a 160 kilómetros al este de Copiapó, y que busca explotar oro el lugar por cerca de 15 años de vida útil contemplados en su planificación, materializándose su construcción para el año 2025 pese a aún estar desarrollando su estudio de factibilidad.

Las alarmas se encienden, y aún se encuentran latentes, debido a la cercanía que este proyecto tiene con el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, donde tras la revisión de su mapa, señalado en su sitio web se visualiza en las cercanías del corredor biológico que, como se ha indicado anteriormente, no se encuentra bajo protección en la legislación actual, pero forma parte del frágil ecosistema.


Ubicación de Lobo Marte (círculo rojo) a un costado del Parque Nacional Nevado 3 Cruces | Imagen: Google Maps, editada

Sin embargo, el antecedente más conocido sobre Kinross, que afectó directamente al ecosistema del Parque Nacional, data del año 2009 y que mantiene, a la fecha, paralizada la faena.

Se trata de la Minera Maricunga, ubicada a 170 kilómetros al este de Copiapó y que comenzó sus faenas en 1996, siendo adquirida por Kinross la mitad de la operación en 1998, y el restante en 2007. Dos años después, en 2009, la compañía canadiense informó la desecación de un humedal que comprometía el Corredor Biológico Pantanillo-Ciénaga Redonda, el cual forma parte del sitio Ramsar que incluye la laguna del Negro Francisco y laguna Santa Rosa, pero que fue obviada por los organismos estatales, entre ellos la CONAF.

Sin embargo, fue en 2016 cuando el Consejo de Defensa del Estado (CDE) interpuso una demanda de reparación por daño ambiental respecto a los efectos que trajo «al ecosistema de la vega Valle Ancho, en particular, a su biodiversidad y componentes asociados«, siendo condenada por el Tribunal Ambiental de Santiago.


Minera Maricunga | Fotografía: Kinross Chile

El fallo dado por el Tribunal señaló que el motivo del daño -que secó parte importante del humedal altoandino- «radica en la extracción de aguas subterráneas, lo que a su vez significó el incumplimiento de sus resoluciones de calificación ambiental tanto respecto a los efectos que ello podía ocasionar en las vegas, como en cuanto a las medidas que debía adoptar ante impactos no previstos».

Pese a que la transnacional enfatizaba en la utilización legítima de los derechos de aprovechamiento de aguas, el Tribunal indicó que estos dejan de ser legítimos «cuando vulnera normas jurídicas o permisos vigentes«. En contraparte, el mismo Tribunal rechazó una segunda demanda interpuesta contra la minera, referido a su responsabilidad sobre la vega Pantanillo, la cual forma parte del mismo corredor. Pese a las pruebas presentadas, se declaró el plazo prescrito.

Así, la mina a tajo abierto se encuentra, bajo el concepto de la empresa, en una etapa de Paralización Temporal Parcial desde fines de 2016. Sin embargo, la etapa se considera de suspensión y busca acomodar sus obligaciones ambientales presentes en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA).

En conversación con Cesar Pizarro, jefe de la Sección de Conservación de la Biodiversidad del Departamento de Áreas Protegidas de CONAF Atacama, este explicó que «la desecación de vegas viene a ser algo super complejo porque hay una reacción en cadena, una vega de altura como Pantanillo va desencadenando un efecto a las vegas que están más abajo. Actualmente estamos monitoreando la situación».

Sin embargo, al consultarle si como CONAF tenían algún monitoreo de la extracción de agua por parte de mineras en el Parque Nacional, el representante de CONAF señaló que es la DGA la que está a cargo de ese monitoreo. Frente a la pregunta de si existían evidencias de que la Laguna Santa Rosa esté disminuyendo su área producto de la extracción de agua por las mineras, Pizarro respondió que aún no han podido llegar a conclusiones, y que están en un proceso de sofisticación satelital de su sistema de monitoreo para tener más datos al respecto.

Pizarro señaló enfáticamente en que estaban haciendo todo lo posible por proteger el Parque Nacional, sin embargo la conversación con él da cuenta de la poca capacidad fiscalizadora y de monitoreo que tiene la CONAF respecto a los cuerpos de agua y la intervención que realiza minera Kinross en la zona.


Ubicación de Minera Maricunga (círculo rojo) | Imagen: Google Maps, editada

Además de la condena del Tribunal de Santiago por la extracción indiscriminada de agua hasta secar los complejos ecosistemas -humedales-, en 2019 se dio inicio a la formalización de la transnacional luego que comunidades Colla presentaran una demanda por el delito de daño ambiental, llevándose a cabo en el Tribunal de Garantía de Copiapó.

Actualmente, la formalización se encuentra en un «proceso de conciliación» entre ambas partes, mientras que Kinross presentó, el mismo 2019, una demanda contra la comunidad Colla Río Jorquera por «actuar de mala fe». Ambos, procesos que mantienen la tensión en el territorio.


Pozos de extracción de agua de Kinross en pleno Parque Nacional

La supuesta transición: el litio en Maricunga

El salar de Maricunga es un ecosistema ubicado a 168 kilómetros al noroeste de Copiapó, siendo el salar más austral de Chile y cuya parte sur se encuentra dentro del Parque Nacional Nevado Tres Cruces, siendo incluida en el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado y formando parte de un ecosistema mucho más amplio y complejo.


(Fotografía: Salar de Maricunga | Fuente: visitchile.com)

Entendido como un espacio frágil, único y muy sensible a los cambios bajo los que puede ser sometido, Maricunga se encuentra hoy en la mira de tres proyectos que lo comprometen como parte de la clamada «transición energética» liderada por la alianza público-privada promovida por los gobiernos postdictatoriales.

Dos son los proyectos de extracción que apuntan a Maricunga como un ecosistema a intervenir. Uno de estos corresponde a Proyecto Blanco, liderado por la empresa Minera Salar Blanco S.A. que cuenta con capitales estadounidenses, chilenos y australianos, con una inversión de más de US$500 millones.

Las empresas que confluyen en este proyecto son Lithium Power International Limited (australiana), Minera Salar Blanco SpA (chilena) y Li3 Energy Inc (estadounidense), siendo representadas legalmente Cristóbal García-Huidobro Ramírez, presidente de Minera Salar Blanco (MSB), quien fue Director Ejecutivo de la Hidroeléctrica Totoral S.A. entre 2011 y 2015, mismo periodo de tiempo donde comunidades mapuche de Rupumeica, Curriñe y Maihue denunciaron malas prácticas de la empresa que presidia, señalando que «le ha ofrecido millones de pesos a la gente de la comunidad para que acepten la llegada del proyecto hidroeléctrico».

El proyecto en cuestión contempla tres fases de elaboración, proyectando una vida útil de 24 años y una producción de hasta 78 mil toneladas de metales al año, trabajando una superficie de 4.700 ha.

Para esto, considera la extracción de salmuera desde pozos utilizando 209 l/s dependiendo de la estación del agua, pudiendo aumentarla a 315 l/s, trabajando con bombas de pozo profundo de hasta 200 metros que permitirán su transporte hacia las instalaciones de homogenización y, posteriormente, evaporación.


Mapa referencial del proyecto | Captura de pantalla de recurso del SEA

Por su parte, el segundo proyecto de extracción se titula Producción de Sales Maricunga, liderado por la empresa SIMCO SpA donde convergen capitales chilenos y taiwaneses, representados legalmente por Alejandro Puelles Ocaranza en representación del Grupo Errázuriz, el cual se encuentra encabezado por Francisco Javier Errázuriz Ovalle, hijo del polémico político y empresario Francisco Javier Errázuriz Talavera («Fra Fra») vinculado a diversos casos de corrupción económica e incluso de trata ilegal de personas.

Como punto a considerar, es importante señalar que los mencionados ya cuentan con antecedentes sobre la vulneración de derechos de agua luego que en 2014 la Sociedad Contractual Minera Compañía de Salitre y Yodo Cala Cala, conocida como Cosayach, parte del grupo económico, fuera condenada, señalaron los medios, por mantener en funcionamiento 38 pozos habilitados «sin que tales acciones se encontraran amparadas en ningún derecho de aprovechamiento o título legítimo».

La inversión de US$350 millones contempla una superficie de más de 2 mil ha, proyectando la producción de 50 mil toneladas de metales en 24 años de vida útil. En este sentido, durante su fase de operación las salmueras extraídas se distribuirán: 130 l/s en piscinas de evaporación solar, 130 l/s en la planta de LIOH y 15 l/s de uso de agua industrial, provenientes del núcleo salino Maricunga.

Ambos proyectos, a la fecha, se encuentran frenados por diferentes recursos legales presentados por las comunidades de los territorios que se verán eventualmente afectados.


Mapa referencial del proyecto | Captura de pantalla de recurso del SEA


Corredor biológico que une el salar de Maricunga con la laguna Santa Rosa

En tercer lugar, Maricunga cuenta con un proyecto de exploración realizado por la Corporación Nacional del Cobre de Chile (CODELCO) titulado Exploración Salar de Maricunga que fue ingresado los últimos meses de 2020.

En este, CODELCO busca recolectar información hidrológica sobre el salar, la cual le permitirá evaluar los bienes comunes presentes en el ecosistema con proyección, específicamente, a la cantidad de litio existente.

Con una inversión de US$15 millones, la exploración se realizará a 171 km al noroeste de Copiapó, desarrollándose en 10 meses de vida útil y considerando, entre otras cosas, la construcción de 16 pozos, de una estación meteorológica y la realización de tres pruebas de bombeo.


Mapa referencial del proyecto | Captura de pantalla de recurso del SEA


Salar de Maricunga

Ecosistema(s) amenazado(s)

El Parque Nacional Nevado Tres Cruces es comprendido no sólo como un ecosistema en sí, sino como un articulador de estos. La biodiversidad, la relación de las comunidades con el territorio y las dinámicas propias de la naturaleza dan cuenta de una interconexión fundamental a comprender al momento de realizar proyectos de intervención, cuestión que el empresariado, a la fecha, no ha priorizado.

Y es que la fragilidad ecosistémica que busca proteger el Parque Nacional -mediante su categoría como tal- se ha visto abruptamente intervenida con anterioridad y hoy, nuevamente, está en la mira del modelo extractivista. Las «islas de terrenos privados», una delimitación flexible y la avaricia empresarial sobre el bien común del agua y metales del territorio son aspectos que ya son una realidad, de la cual se proyecta una intervención aún más profunda.

En ese sentido, Lesley Muñoz Rivera, integrante de la comunidad indígena Colla Comuna de Copiapó y del Observatorio Plurinacional de Salares Andinos, y Roberto Vergara, presidente de la Asociación Guías de Turismo de Atacama, concuerdan en un punto esencial: el comprenderlo como un sistema en conjunto.

Así, las comunidades -por ejemplo, Colla- han exigido la participación de las consultas amparadas por el derecho internacional bajo el Convenio 169 de la OIT, considerando que pese a que las instalaciones de los proyectos de litio se encuentren al norte del salar, una perspectiva ecosistémica empuja a considerar también sus efectos en la zona sur, considerando la relación que se genera en base a la cuenca del lugar, así como también se exige sobre los proyectos liderados por Kinross en el corredor biológico.


Ubicación de múltiples intervenciones en el ecosistema | Imagen: Google Maps, editada

Horizonte: justicia ambiental, derechos de la naturaleza y planificación ecosistémica

El intempestivo y constante avance del extractivismo en Chile ha significado el auge de una crisis socioambiental que ha afectado tanto a la naturaleza como a las comunidades que habitan los territorios.

Bajo una lógica de usurpación e intervención de los bienes comunes, el empresariado ha dejado gravísimas consecuencias y agudizado una crisis latente sin hacerse responsable de aquello y, en el mismo sentido, sin considerarlo para proyectos futuros.

Así, el auge de las resistencias en distintas escalas ha ido progresivamente tomando forma por parte de la población que se ha visto amenazada. Ante la nula consideración de los derechos de la naturaleza, son las comunidades las que han posicionado las problemáticas medioambientales en base al respeto irrestricto que se debe tener con los territorios, como también con las culturas, tradiciones, actividades y formas dignas de vida que se desarrollan en estos.

Como respuesta a un modelo extractivista que ha perdurado durante décadas, la agenda gubernamental -y privada- ha virado hacia una supuesta transición de carácter «verde». Sin embargo, dicha etiqueta promovida por el neoliberalismo ha mostrado ser solo la continuación y adaptación del modelo existente; una afirmación de la destrucción e intervención de los ecosistemas con fines económicos particulares.

El caso del Parque Nacional Nevado Tres Cruces da cuenta de aquello: una nula comprensión, tanto del empresariado como de la política pública, de la complejidad de los ecosistemas, que se aleja del horizonte de justicia ambiental que las comunidades han buscado instalar.

De esta forma, en la defensa de los territorios se ha enfatizado en la importancia de una planificación territorial con enfoque ecosistémico que contemple esta mirada amplia, profunda, vinculante y dinámica, con una planificación territorial con enfoque por cuenca hidrográfica; contraria a la mirada parcelada, tal como ha sido durante décadas, la misma que agudiza, sistemáticamente, la crisis socioambiental actual.

Al cierre de esta nota, se intentó tomar contacto mediante los correos que los titulares y representantes legales señalaron en sus fichas de los proyectos de litio. Sin embargo, no se ha tenido respuesta.

* Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales

** Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina

El presente escrito forma parte de una serie de notas de una investigación que se encuentra en curso titulada «MARICUNGA AMENAZADO: Ambición, extractivismo y resistencias frente al litio», la cual tiene como objetivo sistematizar la situación a la que se enfrenta el ecosistema del salar de Maricunga ante el avance de la explotación del litio en el territorio.
https://resumen.cl/articulos/un-parque-nacional-en-grave-peligro-explotacion-de-oro-y-litio-amenazan-el-nevado-tres-cruces

Chile

PASCUA LAMA SIGUE FUNCIONANDO PESE A LA CLAUSURA

02/04/2021
Aunque Pascua Lama es denunciado por muerte de especie vulnerable sigue funcionando. Pese a su clausura total, mantendría negociaciones con el SII.

El pasado 23 de marzo, la Asamblea Guasco Alto acompañada por su abogado y expertos, realizaron la primera visita de inspección a la empresa Barrick Gold. Pese a que el Primer Tribunal Ambiental falló a favor de la clausura total del proyecto Pascua Lama, la misma Asamblea denuncia que la empresa aún realiza sondajes ilegales. Al mismo tiempo, Barrick Gold y el SII estarían negociando pese al fallo.
Por Constanza Ulloa Millaguir
Fuente: OLCA

El hallazgo de una especie vulnerable muerta en la primera inspección a Pascua Lama

La Asamblea Guasco Alto realizó su primera visita de inspección a la empresa Barrick Gold por un acuerdo de conciliación al que llegó con el Consejo de Defensa del Estado (CDE) tras la destrucción de 0,6 hectáreas de vegas altoandinas y 3,18 hectáreas de llaretas.

En su visita, lo primero que encontraron fue una vizcacha muerta, una especie vulnerable que habita en las montañas principalmente en esa zona: “(…) fue sorpresivo para todos porque fue la primera imagen que vimos, estaba estirada y mojada”, asegura a RESUMEN Constanza San Juan, integrante de la Asamblea de Guasco Alto.


Pese a que la empresa se defendió de que los perros de crianceros son los responsables de la muerte de la especie, la Asamblea denunció este hecho al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) con la finalidad de esclarecer la real causa de su muerte, como también pedir información sobre posibles colonias afectadas en ese lugar: “(…) son parte de alguna de las exigencias que tenemos, ya que por ese lugar hay movimiento, pasan automóviles y camionetas de carga”, afirma San Juan.


Superintendencia del Medio Ambiente aún no ha dado respuesta ante la denuncia del sondeo ilegal

El 17 de septiembre de 2020, a través de la Superintendencia y el Primer Tribunal Ambiental, se clausuró totalmente el proyecto Pascua Lama. Sin embargo, desde noviembre del año pasado, la Asamblea Guasco Alto denuncia que la empresa se encuentra realizando sondeos en la cordillera nortina para proyectos futuros, contradiciéndose con el histórico fallo.

Desde el 26 de noviembre, la Superintendencia del Medio Ambiente solicita información a la empresa Barrick Gold sobre los posibles sondeos ilegales y hasta la fecha aún no ha habido una resolución: “Para nosotros, ellos debieron haber paralizado los sondajes en definitivo”, enfatiza San Juan.

Asimismo, explica el por qué no ha habido respuesta desde la Superintendencia: “Hay una presión muy grande que sigue estando viva, previos al anuncio del fallo, eso habla de que sigue aconteciendo lo mismo, haciendo pasar a llevar la vida de las comunidades”.

Las negociaciones entre Barrick Gold y SII para que la empresa siga funcionando

El pasado 23 de febrero, el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) realizó una denuncia hacia el SII (Servicios de Impuestos Internos), por ocultar información de las negociaciones con Barrick Gold. Esto se debe a la devolución anticipada del IVA sin pagar, acumulándose más de 800 millones de dólares.

Lucio Cuenca, director de OLCA, ante la negativa del SII en otorgarle información requerida a través de la Ley de Transparencia, realizó una acusación ante el Consejo de Transparencia. Por esta razón, conversando con RESUMEN, explica que el Consejo de la Transparencia le recomendó que vuelva a pedir información, luego que el Ministerio de Economía le confirmara que esa información la maneja el SII.

Cuenca asegura que la empresa posiblemente está negociando con el SII, debido a una noticia que apareció en economías y negocios de El Mercurio hace aproximadamente dos semanas: “(…) en esta noticia, Pascua Lama está reactivando la venta de electricidad desde el sistema interconectado central de Chile hacia su proyecto minero desde el lado argentino, es una situación bastante particular y que se debe a las negociaciones con servicios impuestos”.

De esta manera, el posible acuerdo consistiría en que Pascua Lama exporta a través de otras vías elementos que no fuesen mineral para compensar el adelanto: “Es una situación bien extraña que el SII tiene que aclarar. El SII sabiendo que hay un fallo de clausura total y definitiva tiene que resguardar el patrimonio estatal, en este caso, recuperar el dinero que adelantó a Barrick para retornar a las actas fiscales”, enfatiza Cuenca.

En la misma línea, el director del OLCA considera que la minería tiene muchos beneficios resguardados por la actual Constitución: “La minería está resguardada con beneficios en la Constitución y sus beneficios se han consagrado en el código de concesiones mineras y normas tributarias especiales para la inversión de la minería en Chile. Las empresas mineras que permite que paguen menos impuestos de lo que paga cualquier otra empresa”.

“Hay una pérdida patrimonial importante, están destruyendo territorios, están destruyendo fuentes de aguas, están afectando la vida de comunidades del norte de Chile y nadie se hace cargo”, cierra.

Pascua Lama sigue funcionando pese a la clausura

Chile, Litio

La urgente transición postextractivista en Chile: El caso de Maricunga y el Litio

25/03/2021
La crisis medioambiental ha sido utilizada por el empresariado y los Estados como una justificación para avanzar en nuevas formas de extractivismo bajo una «tonalidad verde». En este escenario, la eventual explotación del litio en el Salar de Maricunga da cuenta de la urgencia de desarrollar una transición postextractivista que irrumpa y trastoque el modelo actual bajo pilares como la gestión comunitaria y el ordenamiento ecosistémico, junto a la consagración y desmercantilización de los derechos humanos y de la naturaleza.
Por OLCA*, OCMAL** y RESUMEN
El avance de la agenda extractivista en Chile ha sido una constante histórica que se profundizó llegada la dictadura cívico-militar. A través de la instauración del neoliberalismo y la vulneración de los derechos de la población y la naturaleza. Todo para darle continuidad a la ganancia económica de un pequeño grupo de empresarios nacionales y transnacionales; cuestión que se ha reforzado en la postdictadura.

Sin embargo, la crisis medioambiental que azota a escala mundial producto de la violenta relación promovida por el modelo ha encontrado una no tan nueva presentación bajo la cual reordenarse. Con una «tonalidad verde», la elaboración de alianzas público-privadas han tenido como horizonte promover una supuesta «transición» hacia un modelo más «amigable» con los ecosistemas.

Contrariamente, ha sido bajo el mismo paradigma, que se ha impulsado la continuación y profundización del extractivismo planteando como objetos nuevos bienes comunes en materia minera y energética. En este sentido, lejos de alterar la estructura actual, solo se afirma la inseparable relación que existe con este modelo.

Tal es el caso del litio, metal utilizado, entre otras cosas, para la fabricación de baterías de dispositivos como computadores, celulares y autos eléctricos (electromovilidad), formando parte de las piedras angulares que buscan explotarse bajo esta agenda política impulsada por los gobiernos chilenos -más aún desde 2014 hasta la fecha-, proyectando la duplicación de su producción para 2025, para lo cual sería necesario intervenir territorios ubicados al norte del país que cuentan, además de la experiencia histórica de la explotación minera, con una crisis hídrica que se vería agudizada mediante la extracción de grandes cantidades de agua desde los salares altoandinos.

Este escenario ha puesto énfasis en la importancia de avanzar en propuestas que permitan dar término al modelo extractivista, dando paso a una transición hacia una nueva forma de relación con los ecosistemas. Así, el postextractivismo se instala como una opción y necesidad urgente, una que debe ser abordada multidimensionalmente y que, en el caso de la eventual explotación del Salar de Maricunga, presenta importantes aspectos a considerar en el debate público.

Salar de Maricunga


Mirar desde Maricunga

Ubicado a poco más de 160 kilómetros al noroeste de Copiapó en la región de Atacama, el Salar de Maricunga se levanta como un frágil ecosistema a una altura de cerca de 4 mil metros sobre el nivel del mar.

Con una biodiversidad donde abundan vicuñas, guanacos, flamencos, gaviotas andinas, bofedales y humedales andinos, la parte sur de Maricunga forma parte del Parque Nacional Nevado Tres Cruces, integrando una gran cuenca hidrográfica y, por ende, teniendo una férrea relación con otros ecosistemas que son parte del Sistema Nacional de áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) como la Laguna Santa Rosa y la Laguna Negro Francisco.

Pese a su fragilidad ecosistémica, Maricunga se encuentra actualmente amenazado por la explotación del litio propulsada por el empresariado nacional y transnacional. Al ser el segundo salar en importancia de reservas de litio luego del de Atacama, se ha colocado en la mira y generado la proyección, incluso, de proyectos a plazo en base a la mercantilización de los bienes comunes, cuestión respaldada por la agenda impulsada por el gobierno.

Actualmente, tres son los proyectos que amenazan con intervenir el salar sustentándose en el litio:

1. Una exploración liderada por CODELCO, cuyo objetivo sería recopilar información hidrogeológica, además de realizar una evaluación preliminar del metal presente en formato salmuera.

2. Una extracción (Producción Sales Maricunga) encabezada por SIMCO SpA en 2.202 hectáreas con una inversión de US$350 millones, buscando producir 5.700 toneladas anuales de carbonato de litio, 9.100 de hidróxido de litio y 38.900 de cloruro de potasio.

3. Una extracción (Proyecto Blanco) liderada por Minera Salar Blanco S.A. con una inversión de US$527.000.000, utilizando 4.700 hectáreas y proyectando la producción de 20.000 toneladas anuales de carbonato de litio y 58.000 de cloruro de potasio.

Sin embargo, el Salar de Maricunga cuenta con intervenciones previas como también con proyectos que se realizarían en la cuenca hidrográfica y/o en los ecosistemas con los cuales dialoga. Estos estarían principalmente relacionados con la explotación de oro liderados por las empresas Kinross y Fenix Gold. La primera, con antecedentes en el territorio por sus instalaciones «Minera Maricunga» y «La Coipa», explotaciones que ya han afectado gravemente al ecosistema completo como también a las comunidades, provocando, en el caso de la primera, la sequedad de humedales altoandinos y generando daños irreparables a la vega Valle Ancho ubicada en el corredor biológico Pantanillo-Ciénaga Redonda; concretamente, la extracción de agua subterránea por las faenas de Minera Maricunga secó el humedal del lugar, afectando a todo el ecosistema de la cuenca, incluyendo su biodiversidad. Asimismo, La Coipa presentó en 1994 la filtración de tranques de relave, contaminando el acuífero con mercurio e impactando al ecosistema completo; sin embargo, el hecho fue obviado por la política pública pese a la gravedad del hecho.

En este contexto, la misma transnacional canadiense busca instalar durante los próximos años su proyecto «Lobo Marte», el cual conllevaría faenas en las inmediaciones del mismo corredor biológico que une los dos polígonos del Parque Nacional Nevado Tres Cruces. Con un promedio de producción de 6,4 millones de onzas de oro, casi 2 millones más de lo que señalan en su propio sitio web, el proyecto se encuentra actualmente bajo un estudio de factibilidad, el cual espera terminar a fines de 2021, dando paso a su materialización mediante obras de construcción para el año 2025 y, su primera producción, para 2027, con una vida útil de 15 años en un ecosistema donde Kinross ya cuenta con historial respecto a graves daños medioambientales.


Ubicación de múltiples intervenciones en el ecosistema | Imagen: Google Maps, editada

De esta forma, el observar desde Maricunga la profundización del extractivismo mediante la mercantilización del litio permite comprender no solo los graves y notorios efectos en el ecosistema, sino también el modo en el que las comunidades se relacionan con este y cómo se torna fundamental una mirada ecosistémica de los conflictos socioambientales.

Y es que estos se han levantado por la resistencia en los territorios contra quienes buscan intervenirlos. En este caso, la eventual explotación del litio tiene como antecedente el peso histórico de la minería en el norte del país; uno en el cual nunca se ha considerado verdadera y vinculantemente a las comunidades.

Movimiento en ciernes: la defensa irrestricta

Es precisamente el peso histórico de la minería lo que abunda en el relato de quienes han apostado por resistir al avance de los proyectos de mercantilización del litio. Dicha situación, consideran, es una continuación del modelo extractivista y no una alternativa, como lo ha intentado mostrar tanto el empresariado como también el gobierno de turno, conceptualizando proyectos como «extraordinariamente importante».

De esta forma, existe una caracterización del movimiento en ciernes que se está constituyendo en defensa del Salar de Maricunga, el cual ha logrado frenar momentáneamente el avance de los proyectos de esta índole, entregando una experiencia nutritiva a considerar para la elaboración de un horizonte verdaderamente postextractivista.

Una de estas tiene relación con la composición de la resistencia, la cual se nutre desde su heterogeneidad. Esta situación, la cual se vive en su momento de ciernes, ha permitido la inclusión de distintas y distintos actores en la defensa del territorio, lo cual decanta en la convivencia de interpretaciones y relaciones que se tienen para con el ecosistema. Desde los pueblos originarios, las y los habitantes de las comunas hasta personas y organizaciones que desarrollan el rubro del turismo nutren el momento que viven los espacios de resistencia.

En esta línea, dicha composición también ha permitido converger múltiples visiones desde lo tradicional y social con el salar. La memoria que existe en las comunidades ha permitido, en este sentido, reconocer formas de relacionarse, e incluso proyecciones que no cuadran en el modelo extractivista, enfatizando en la importancia de que este sea superado.


Laguna Santa Rosa, parte del complejo hidrológico del Salar de Maricunga, y del Parque Nacional Nevado 3 Cruces

Asimismo, dicha convergencia de visiones y relaciones también reflejan la comprensión del entramado de ecosistemas que existe en el territorio. Lejos de una visión parcelada, el movimiento en ciernes ha sido capaz de identificar -a partir de sus conocimientos situados- lo fundamental que es la mirada ecosistémica de la problemática, contemplando no solo el Salar de Maricunga amenazado, sino que el resto de territorios como lo es el Parque Nacional Nevado Tres Cruces y el sitio Ramsar que se encuentra en el corredor biológico que une ambas secciones del Parque Nacional.

Es desde esta relación donde la mirada situada y el peso histórico del conflicto toma aún más relevancia. Pese a presentarse como proyectos -actualmente frenados institucionalmente-, las comunidades que se relacionan con el Salar de Maricunga ya conocen las consecuencias de la explotación minera en el territorio. En este sentido, la agudización de la crisis medioambiental aumentaría, indican desde los territorios, considerando que para la extracción de litio se recurriría a sacar grandes cantidades de agua para su posterior procesamiento, decantando eventualmente en graves consecuencias para la cuenca hidrográfica completa, de la cual forma parte Maricunga.

Este conocimiento situado, el cual nace desde los efectos de la minería del oro, boro y la explotación bajo la cual ya se encuentra el Salar de Atacama por la minería del litio, ha permitido consolidar una resistencia del movimiento que apunta profundamente a los derechos de la naturaleza.

De esta forma, no se reniega de lo «normalizado» que pudiera estar en el territorio la llegada de proyectos extractivistas; por el contrario, esto es utilizado como argumento para frenar su intervención.

Así es como, con estos elementos que centran la resistencia en la defensa de los ecosistemas comprendiendo no solo su fragilidad, sino también lo expuesto que han estado durante décadas al modelo extractivista que busca profundizarse bajo un supuesto «paradigma verde», las redes de organización en ciernes han construido un abanico de expresiones para poder frenar su avance.

Y es que la comprensión del momento por el que transitan es fundamental. Al no ser aún una problemática conocida ampliamente por la población (local ni nacional), las comunidades han avanzado en acciones profundas y a plazo, perspectivando la importancia de su crecimiento en número.

En este contexto, la heterogeneidad de actores/as que componen al movimiento han permitido el despliegue a través de distintas herramientas de movilización que abordan las vías con y fuera de la institucionalidad. La elaboración de acciones de protestas, el proyectar un turismo que tribute a exponer la problemática, la intervención en las instancias municipales y la elaboración de recursos para frenar los proyectos dan ejemplo de aquello: una multiplicidad de formas de resistencia, aún en forma muy primigenia, pero fortaleciéndose.

Esta caracterización del movimiento permite comprender y enfatizar en aspectos esenciales que se consideran desde las comunidades en búsqueda de alternativas al extractivismo. El caso de Maricunga representa, por ende, un fenómeno que transparenta la dinamicidad de la resistencia; aquella que, aún en ciernes, proyecta la importancia de que la población valide su relación con los ecosistemas, priorizando la existencia de estos por sobre una profundización del modelo.

Horizonte postextractivista: gestión comunitaria, perspectiva ecosistémica y justicia ambiental

Una verdadera salida del extractivismo es una tarea urgente y que parte de las comunidades la han asumido como tal. En este sentido, la construcción de un horizonte postextractivista está relacionado con un proceso de transformación que cumpla con diversas características que permitan establecer modificaciones estructurales y no cambios parciales o solo de conceptos.

Este escenario también ha intentado ser cooptado por las mismas matrices extractivistas del empresariado. En el caso de Maricunga, se logra observar un proyecto liderado Grupo Errázuriz (el mismo vinculado al proyecto de extracción «Producción de Sales Maricunga») que busca extraer «litio verde» bajo la premisa de generar litio sin extraer agua, para lo cual instalará una planta piloto; caso similar al proyecto liderado por SQM.

Sin embargo, una transición hacia el postextractivismo conlleva irrumpir profunda y medularmente las relaciones que existen actualmente con los ecosistemas. Para esto, el caso de Maricunga deja diversas orientaciones para abordar un proyecto que supere el modelo actual.

En primer lugar, es primordial avanzar en una planificación territorial con enfoque ecosistémico de forma transversal en múltiples territorios -no solo algunos-, teniendo en cuenta las características y dinámicas particulares que promuevan la elaboración de ordenamientos y tomen en cuenta los derechos sociales y los de la naturaleza mediante un uso racional de sus componentes. En este sentido, la situación que afronta el Salar de Maricunga vuelve a enfatizar en este punto mediante una mirada que pareciera ser considerada solo por las comunidades y negada por el empresariado, expresándose tanto en la parcelación de las consultas y participación ciudadana, como en el desarrollo de estudios incompletos sobre los ecosistemas que se verían alterados. Con un Estado que tampoco cuenta con las herramientas para contrastar los estudios presentados por las empresas.

Por otra parte, el crear espacios para que sean las mismas comunidades quienes elaboren la construcción de alternativas que vayan más allá del extractivismo es fundamental para una transición justa donde desde los territorios la organización sea percibida como un proceso vinculante.

Para esto, el dar término a los cerrojos institucionales, no solo de la dictadura cívico-militar sino también de la postdictadura, es una acción fundamental y a realizarse en un corto plazo. Tras el inicio del Estallido Social en Chile, se ha visibilizado aún más la urgencia de dar término a los cercos que prohíben cambios estructurales del modelo extractivista. Así, el proceso constituyente es comprendido como una oportunidad para abrir un debate nutrido desde las propias comunidades.

De esta forma, no solo se torna fundamental avanzar en los proceso de desmercantilización de los derechos sociales y la consagración de los derechos de la naturaleza, sino también proyectar cambios que se relacionen con la institucionalidad ambiental.

En este sentido, la transición postextractivista contempla un entramado diverso y complejo de fenómenos, donde la participación activa y vinculante de las comunidades que habitan y se desarrollan con los ecosistemas es fundamental. Esto conlleva, necesariamente, la elaboración de espacios de gestión comunitaria que tengan un importante grado de participación y no sean meramente consultivos, sino con una gran capacidad de incidencia.

Del mismo modo, la justicia ambiental es un aspecto que también urge en el proceso de transición, donde lejos de una mera «condena económica», el empresariado responsable de alterar los ecosistemas se haga cargo de los efectos que han traído consigo sus proyectos en los territorios. Asimismo, es fundamental que dentro de la misma planificación ecosistémica se consideren los antecedentes de quienes lideran los proyectos de intervención, ejercicio que actualmente es obviado y tomado solamente por las comunidades en resistencia.

A modo de ejemplo; en el caso de Maricunga dos líderes de los proyectos de extracción -Francisco Javier Errázuriz Ovalle y Cristóbal García-Huidobro Ramírez- cuentan con antecedentes respecto a condenas por usurpación de aguas y denuncias desde comunidades mapuche, respectivamente. Antecedentes que parecieran no considerarse de parte de los órganos estatales, los mismos que han facilitado el avance de sus proyectos de mercantilización del litio.

De este modo, la transición postextractivista en Chile está fuerte e intrínsecamente vinculada a cambios estructurales que posicionen el bienestar de los pueblos y la naturaleza por sobre la profundización del neoliberalismo. Lejos de ser un tránsito parcelado, el cambio debe ser estructural y vinculado a todos los territorios; solo una mirada ecosistémica, que contemple estos y otros tantos antecedentes en el debate, permitirá la salida del modelo en crisis.

Una «transición verde» que tenga al litio como su piedra angular para desarrollar la electromovilidad y las «energías renovables», pero que siga profundizando el extractivismo, la desigualdad social (donde los más ricos acaparan la mayor cantidad de energía y recursos) y la histórica subordinación colonial de los países pobres frente a las grandes potencias mundiales, no será ningún cambio a la crisis climática que vive el planeta.

De esta forma, el impulso de los países industrializados bajo una supuesta «transición verde» conlleva una profundización del extractivismo en los territorios, fenómeno donde Chile, y el litio, son un claro ejemplo de aquello. Lejos de lo que pudiera considerarse desde una perspectiva ecosistémica, dicho impulso pareciera ser justificado por el propio empresariado nacional y transnacional, presentándolo como algo fundamental para realizar una reorientación de la explotación de los bienes comunes en el actual contexto de crisis climática.

Así, vislumbrar este vínculo entre la falsa «transición» y la profundización del modelo extractivista, permite establecer una perspectiva crítica ante el avance de una amplia gama de proyectos que se presentan bajo esta etiqueta. La minería de tierras raras en las comunas de Penco y Santa Juana en la región del Biobío dan cuenta de aquello: una política que utiliza el concepto «verde» como máscara para intervenir los ecosistemas, vulnerar los derechos de la naturaleza y justificar el accionar extractivista.

Una salida a la crisis socioambiental podría tener sentido, cuando no solo se pongan por encima las soluciones desde el desarrollo tecnológico y del gran empresariado, sino que desde una participación activa de las comunidades, con un diálogo de toda la sociedad que busque crear una nueva forma de relacionarnos con nuestro medio ambiente, en donde la justicia socioambiental y el respeto de los derechos humanos y de la naturaleza estén al frente de la discusión.

Al cierre de esta nota, se intentó tomar contacto mediante los correos que los titulares y representantes legales señalaron en sus fichas de los proyectos de litio. Sin embargo, no se ha tenido respuesta.

* Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales

** Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina

El presente escrito forma parte de una serie de notas de una investigación que se encuentra en edición titulada «MARICUNGA AMENAZADO: Ambición, extractivismo y resistencias frente al litio», la cual tiene como objetivo sistematizar la situación a la que se enfrenta el ecosistema del salar de Maricunga ante el avance de la explotación del litio en el territorio.

https://resumen.cl/articulos/la-urgente-transicion-postextractivista-en-chile-el-caso-de-maricunga-y-el-litio

Latinoamerica

DESAFÍOS MATERIALES Y RETOS POLÍTICOS DE UNA TRANSICIÓN POST-EXTRACTIVISTA

05/04/2021
Desafíos materiales y retos políticos de una transición post-extractivista
Mientras las crisis ecológicas, sanitarias, sociopolíticas, económicas y existenciales se expanden y profundizan por todo el orbe, vemos que el extractivismo nuevamente pretende vestirse de salvador, ahora internalizando el discurso verde en formato 2.0, es decir energías renovables, electromovilidad y símiles, evadiendo la base del problema: la comprensión de la naturaleza como una materia prima, y del sur global, como su bodega.

Compartimos un informe del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales y del Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina sobre de cómo enfocar la frontera extractiva en la justicia climática
Fuente: OLCA
Si bien la mayor parte del mundo sufre en forma desproporcionada los impactos de la crisis climática y la del modelo extractivista, la responsabilidad por estas crisis interrelacionadas recae en el legado del colonialismo de los países industrializados del norte, en los excesos de los más ricos del mundo y en el poder de las grandes empresas.

Los compromisos de mitigación del cambio climático contraídos hasta ahora por los países industrializados del norte son totalmente insuficientes, no sólo en lo que respecta a la reducción de las emisiones sino también en cuanto a su incapacidad para abordar las causas profundas de la crisis: desigualdades e injusticias sistémicas e interrelacionadas. Esta incapacidad de tomar en serio la desigualdad y la injusticia puede observarse incluso en los modelos más ambiciosos de mitigación del cambio climático.

Centrándose en la minería de los metales, este informe se propone explorar las implicaciones sociales y ecológicas de esos modelos en las siguientes seis secciones:

1. Justicia climática, transición justa (con justicia): sitúa las contribuciones del informe dentro de la lucha más amplia por la justicia climática y ambiental, explica el razonamiento del enfoque del informe en la minería y hace hincapié en la dimensión social de las transiciones energéticas.

2. El extractivismo en las décadas venideras: analiza las proyecciones de la extracción total de recursos en las próximas cuatro décadas y plantea la preocupación por los impactos ecológicos relacionados con el aumento de la extracción de recursos.

3. El nexo entre la transición y la minería: examina las proyecciones de la oferta y la demanda de “metales críticos”. En esta sección se pone en su justa perspectiva el impacto de las tecnologías de energía renovable en la demanda de estos metales. Para ello se examina la proporción de usos finales que representan las tecnologías de energía renovable en relación con otros usos finales de los metales críticos.

4. Lavado verde (greenwashing), voluntad política y tendencias de inversión: expone la forma en que la industria minera atrae inversiones y justifica nuevos proyectos invocando la demanda proyectada de metales críticos y presentándose como un actor clave en la transición.

5. La minería de metales como fuente generadora de conflictos socio-ambientales: da una idea de la naturaleza sistémica y global de los impactos sociales y ecológicos de la minería de metales.

6. Ir más allá del extractivismo para promover una transición justa: abre la posibilidad de avanzar a través de diferentes vías; para ello analiza los desafíos materiales y los retos políticos de una transición post-extractivista.

Una_Transicion_Justa_es_una_Transicion_Post-Extractivista (https://noalamina.org/wp-content/uploads/2021/04/Una_Transicion_Justa_es_una_Transicion_Post-Extractivista.pdf)

Desafíos materiales y retos políticos de una transición post-extractivista

Argentina, Litio

Salta: Arena Minerals adquirirá un gran proyecto de salmuera de litio de alta ley

Arena Minerals Inc. firmó un memorando de entendimiento vinculante con LITH-ARG Acquisition LLC para adquirir el 100% del proyecto de salmuera de litio Sal de la Puna.
05/04/2021
Eduardo Morales, presidente ejecutivo de Arena, comentó: “La adquisición de Sal de la Puna es el primer e importante paso en la ejecución de nuestro modelo de negocio. El proyecto presenta muchas ventajas distintas que nos permiten ser optimistas sobre un cronograma de producción más corto, en particular una geoquímica favorable similar a aquellas en las que hemos trabajado en el pasado, cuerpos de salmuera previamente definidos y grandes extensiones de tierra. El proyecto tiene el potencial de definir un gran recurso de salmuera de alta ley que sea susceptible de producir productos de cloruro de litio (“LiCl”) junto con nuestro activo Antofalla, que se encuentra a solo 180 km al sur. Que Arena pueda adquirir un activo de tal calidad es un testimonio del departamento de la compañía tanto en su experiencia en litio como en su asociación recientemente anunciada con Ganfeng Lithium, un líder global en la industria ”.

Proyecto Sal de la Puna

El proyecto Sal de la Puna cubre aproximadamente 11.000 hectáreas de la cuenca Pastos Grandes ubicada en la región Puna de la provincia de Salta, a una altura promedio de 4.000 metros sobre el nivel del mar. El proyecto alberga una gran parte del salar Pastos Grandes adyacente y al sur del proyecto Pastos Grandes de Millennial Lithium (TSX.V: ML) de 12,700 hectáreas y el proyecto Pozuelos-Pastos Grandes de Litica, que comparte la parte norte del mismo salar. Litica es una subsidiaria de los principales productores de petróleo y gas de América Latina, PlusPetrol SA, que adquirió LSC Lithium en 2019 dándoles la propiedad de sus activos de litio en Argentina. El proyecto Sal de la Puna también se encuentra 50 km al norte del proyecto de Lithium X Energy Corp., que se vendió por US$265 millones en 2018.

Los operadores actuales han invertido aproximadamente US$22 millones en la propiedad, incluidos aproximadamente US$13 millones en obras completadas en Sal de la Puna durante los últimos 5 años. El trabajo incluyó la perforación de tres pozos, incluido un pozo de bombeo a unos 600 metros por debajo de la superficie, pruebas de bombeo, estudios sísmicos y geofísicos TEM. La perforación se llevó a cabo en una parte del Alma Fuerte, uno de los nueve concesiones controladas controladas en su totalidad por la compañía.

Con base en la perforación completada en 2018 y 2019, Centaur completó una estimación preliminar de recursos que cubre una sección de la parte sur del proyecto de salmuera de litio Sal de la Puna. La estimación resultó en un recurso de salmuera indicado de 500.000 toneladas de carbonato de litio equivalente y un recurso de salmuera inferido de 300.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (“LCE”). La ley de recurso promedio para ambas categorías se estimó en 450 mg/l Li. Se encontraron grados más altos dentro del acuífero, incluidos los resultados de una prueba de bombeo de 72 horas que promedió 533 mg/l de Li. El proyecto cuenta con extensos terrenos suficientes para la construcción de campos de pozos y estanques de evaporación.

Arena está tratando este recurso mineral como histórico. Una persona calificada no ha trabajado lo suficiente para clasificar esta estimación histórica como recursos minerales actuales y la compañía no está tratando la estimación histórica como un recurso mineral actual para el Proyecto Sal de la Puna. Arena planea realizar trabajos adicionales en la propiedad antes de completar una estimación actualizada de recursos minerales. La perforación anterior se centró en la parte occidental del reclamo Alma Fuerte, cubriendo solo una pequeña parte de los bloques del reclamo. Los estudios geofísicos han identificado cuerpos de salmuera potenciales más allá de los perforados. Como tal, la Compañía cree que el Proyecto presenta una excelente oportunidad para identificar un recurso significativo que se ajuste al objetivo de establecer uno o más activos, cada uno capaz de un LCE de 5,000 a 10,000 toneladas por año.

El MOU y la HOA

El MOU cede a Arena LITH-ARG el derecho de adquirir el 100% de Centaur Resources Holding Pty Ltd («Centaur»), que posee el 100% del proyecto de salmuera de litio Sal de la Puna. LITH-ARG tiene el derecho de adquirir Centaur de conformidad con un Acuerdo entre LITH-ARG y la empresa matriz de Centaur, Centaur Resources Ltd. («CRL») con fecha del 10 de septiembre de 2020 (la «HOA»).

Según el MOU, LITH-ARG acuerda ceder todos los derechos, títulos e intereses de la Asociación de Propietarios a Arena en contraprestación por el pago de Arena a LITH-ARG oa su dirección de (a) 49.345.314 acciones ordinarias de Arena (las «Acciones de Contraprestación» ) (b) 18.384.519 warrants de compra de acciones, cada uno de los cuales da derecho al tenedor a adquirir una acción ordinaria de Arena a un precio de US$0,16 por acción ordinaria durante un período de 24 meses después del cierre (los «Warrants de contraprestación») (c) pagos en efectivo de US$1,98 millones.

La Asociación de Propietarios (según lo asignado) dispone que Arena puede comprar a CRL todas las acciones de Centaur Resources Holdings Pty Ltd., una compañía holding australiana que a su vez posee todas las acciones en circulación de Centaur Resources PG SAS, la subsidiaria argentina y propietaria de las afirmaciones de salmuera de litio. CRL ha confirmado en el MOU que Arena puede comprar Centaur directamente en lugar de comprar este holding intermedio. La HOA establece que el precio de compra total restante para la adquisición es de aproximadamente US$14,4 millones. LITH-ARG ha realizado pagos iniciales según la HOA por un total de US$3,5 millones desde la firma de la HOA en septiembre de 2020.

Las transacciones contempladas por la HOA están sujetas, entre otras cosas, a la ejecución de un acuerdo definitivo entre Arena y CRL que reemplazará a la HOA, el cual debe ser completado antes del 24 de junio de 2021. Como parte de las discusiones sobre el acuerdo definitivo, CRL y Arena están considerando estructurar alternativas que reducirían el desembolso de efectivo por parte de Arena requerido para completar la transacción.

Las transacciones contempladas por el MOU y la HOA están sujetas a la recepción de las aprobaciones regulatorias correspondientes, incluida la aprobación de TSX Venture Exchange.

La información técnica contenida en este comunicado de prensa ha sido revisada y aprobada por William Randall, P. Geo, quien es una Persona Calificada según se define en NI 43-101. Como presidente y director ejecutivo de la empresa, el señor Randall no se considera independiente.

Acerca de Arena Minerals Inc.

Arena es propietaria del proyecto de salmuera de litio Antofalla en Argentina, que consta de cuatro reclamos que cubren un total de 6.000 hectáreas de la parte central del Salar de Antofalla, ubicado inmediatamente al sur del proyecto Antofalla de Albemarle Corporation. Arena ha desarrollado una tecnología de procesamiento de salmuera patentada utilizando reactivos de tipo salmuera derivados del proyecto Antofalla con el objetivo de producir productos de litio de grado de batería más competitivos.

Arena también posee el 80 por ciento de la propiedad Atacama Copper, que consta de dos proyectos que cubren aproximadamente 7.000 hectáreas dentro de la región de Antofagasta de Chile. Los proyectos se encuentran en altitudes bajas, dentro de campamentos mineros productores en áreas ricas en infraestructura, ubicadas en el corazón del principal distrito minero de cobre de Chile. Fuente: Bnamericas.com

Salta: Arena Minerals adquirirá un gran proyecto de salmuera de litio de alta ley

Argentina, Internacional, Litio

Argentina se convertirá en el segundo proveedor de litio para BMW

01/04/2021
Livent obtiene litio de un recurso de salmuera en el norte de Argentina / Cortesía de BMW Group

La automotriz alemana BMW firmó un contrato con la minera estadounidense Livent por USD 334 millones (285 millones de euros) para extraer litio del Salar del Hombre Muerto, en la provincia de Catamarca, en el noroeste de Argentina.

El acuerdo convertiría a Argentina en el segundo proveedor de litio de BMW a partir de 2022, detrás de Australia (tras haber firmado un contrato en 2019).

El Grupo BMW está centrada en acelerar su expansión de la e-movilidad y estima que en 2030, al menos la mitad de las ventas mundiales de la empresa procedan de vehículos totalmente eléctricos.

“Argentina ocupa un lugar privilegiado aportando el litio que necesitamos para alcanzar los objetivos que BMW Group se propuso”, dijo Alexander A. Wehr, presidente y CEO de BMW Group Latinoamérica.

La firma alemana asegura que Latinoamérica ocupa un lugar estratégico en el desarrollo de la electromovilidad para BMW Group.

En América Latina los vehículos híbridos y eléctricos ya representan un 10 % de las ventas totales; “de igual forma hemos desarrollado importantes iniciativas enfocadas en infraestructura como los corredores eléctricos de México y Brasil”, comentó el ejecutivo.

La minera estadounidense Livent suministrará el litio directamente a los fabricantes de células de batería del Grupo BMW a partir del año próximo. Livent emplea un método innovador, que enfatiza el uso sostenible del agua y minimiza el impacto en los ecosistemas y comunidades locales. La compañía también contribuirá con datos importantes al estudio de la minería de litio sostenible iniciado por BMW Group.
Estudio

BMW Group y BASF encargaron un análisis científico del uso del agua de diferentes métodos de extracción de litio en América del Sur a la Universidad de Alaska Anchorage y la Universidad de Massachusetts Amherst a fines de 2020.

El estudio proporcionará a las empresas una base científica para tomar decisiones más informadas sobre la minería sostenible de litio en América Latina. Los resultados del estudio deberían estar disponibles en el primer trimestre de 2022.

Argentina se convertirá en el segundo proveedor de litio para BMW

Argentina

Catamarca.Amenazas policiales y atropello de proveedor minero a vecinos de Andalgalá en lucha

Tras varios días de bloqueo informativo contra el avance ilegal de la minera canadiense Yamana Gold, este martes los asambleístas de El Algarrobo fueron agredidos con la complicidad de la Policía.

Valeria Foglia@valeriafgl | Editora de Ecología y ambiente
30/03/2021
Desde el 22 de marzo integrantes de la Asamblea El Algarrobo sostienen un bloqueo selectivo e informativo en los caminos de Choya y El Potrero. Allí impiden el paso de proveedores, trabajadores y directivos de la Minera Agua Rica, y a quienes circulan se les entrega un folleto en el que denuncian el avance de la empresa canadiense contra la ley de glaciares y las sierras nevadas del Aconquija. Uno de estos vehículos era conducido por alguien que luego se identificó como “proveedor de Minera Agua Rica” y que aceleró y embistió a quienes sostienen la asamblea permanente.

No era un desconocido para vecinos y vecinas, que participan del bloqueo junto a sus hijos pequeños. El vehículo ya había circulado a toda velocidad, con insultos y daños a los carteles que dicen «El nevado no se toca», «Andalgalá de pie» y «El proyecto Agua Rica es ilegal».

Tampoco había sido el primer “movimiento extraño” durante el día: vecinos de El Potrero les informaron que una camioneta repleta de insumos estaba apostada a 300 metros del camping municipal a la espera de trabajadores de la mina, que llegarían en vehículos particulares. Ese trayecto fue prohibido por el Ministerio de Minería en 2009.

En franca provocación a los vecinos, el sujeto mostró con orgullo su camisa con el logo de Yamana Gold y aseguró que “necesitaba dejar dinero en el proyecto avícola que es subvencionado por la empresa minera”.

Aunque los vecinos intentaron explicarle los motivos de su protesta e incluso le recordaron que el tránsito por ese camino está prohibido desde 2009, el proveedor les dijo que estaba apurado, por lo que pasaría de todas maneras, aun si tuviese que arrollarlos. «Puso primera, acelera a toda velocidad rompiendo el cono de seguridad que indicaba que la velocidad debía ser reducida, y salió raudamente embistiendo al grupo, en especial a dos compañerxs, arrastrando a uno de ellos 30 metros y dejando muy golpeada a la otra compañera. El compañero pasó por encima del capot, y como consecuencia de esta acción se rompe el parabrisas», relatan en Facebook..

Foto: Asamblea El Algarrobo

No contento con esto, según el relato de El Algarrobo el sujeto bajó del auto e intentó golpear al vecino que acababa de arrollar. Otro integrante de la asamblea debió frenarlo. Los policías que circulaban en patrullero en las inmediaciones pidieron refuerzos en lugar de asistir a los heridos o llamar a una ambulancia. Acusaron a El Algarrobo de infringir el derecho al libre tránsito e intentaron recabar los datos de los que protestaban.

De esta manera, a la embestida del proveedor se sumaron los aprietes policiales: un efectivo amenazó con detener a uno de los activistas para averiguar sus datos por no haber nacido en Andalgalá, mientras que a otros los amedrentó al decirles que sabe quiénes son y dónde viven. Los vecinos ya radicaron la denuncia.

La impunidad policial y el envalentonamiento de este proveedor se enmarcan en el rechazo que hiciera el juez Cecenarro al hábeas corpus preventivo en resguardo de la integridad física de los asistentes al bloqueo. Dicho fallo fue apelado por el equipo legal de El Algarrobo, por lo que la presentación se encuentra vigente hasta que se pronuncie la Cámara Penal de Apelaciones.

“No existe ni existirá paz social mientras estas empresas mineras continúen violando nuestros derechos humanos y ambientales, sin respetar la autodeterminación del pueblo de Andalgalá, que hace más de veinte años les exige que se vayan de nuestros territorios”, expresan, y hacen responsables a las autoridades por los actos de violencia.

“Estamos firmes y con la convicción de que defendemos el agua de todas las personas de Andalgalá, incluso de quienes atentan contra nuestra integridad. No tienen licencia social. Fuera Agua Rica de nuestro territorio”, concluyen.
https://www.laizquierdadiario.com/Amenazas-policiales-y-atropello-de-proveedor-minero-a-vecinos-de-Andalgala-en-lucha

Mexico

MÉXICO Y EL SAQUEO MINERO

26/03/2021
El negocio de la minería en México está sujeto a muchos impuestos y pagos de derechos de extracción. Sin embargo, además de la evasión y la elusión fiscales, las deducciones hacen que las mineras paguen pocos impuestos y que a veces, también, abusen del fisco mexicano.
Fuente: SinEmbargo.mx
México es una mina de oro para las mineras nacionales y extranjeras, no sólo porque esta actividad —sin considerar la extracción de petróleo y gas— produce una cantidad de dinero equivalente al uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, sino porque además, proporcionalmente, el Gobierno federal les devuelve seis de cada 10 pesos que pagan por impuestos (ingresos tributarios) y contraprestaciones por servicios públicos (ingresos no tributarios).

En los últimos cinco años, las empresas mineras —sin considerar las de petróleo y gas— le pagaron al Gobierno federal 189 mil 646 millones 500 mil pesos. Una cantidad equivalente, por ejemplo, al costo aproximado que tendrá la construcción de la Refinería de Dos Bocas en Tabasco. Pero en ese mismo periodo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) le devolvió a las mineras 111 mil 213 millones 400 mil pesos por deducciones de impuestos.


El gráfico incluye minería de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas, servicios relacionados con la minería y otros servicios relacionados con la minería no especificados. (FUENTE. SinEmbargo, con cifras de la SHCP. Mayores referencias en la tabla “Minería de impuestos”.)

Ello implica que en realidad, las mineras nacionales y extranjeras aportaron 78 mil 433 millones 100 mil pesos entre 2015 y 2020, o bien, una cantidad de dinero equivalente a uno de cada 20 pesos que produjeron por extraer recursos naturales que pertenecen a la nación mexicana.

Más allá de las mineras canadienses, que representan el 66 por ciento de las empresas privadas nacionales y extranjeras con proyectos mineros en México, según el registro vigente del Sistema Integral sobre Economía Minera (Sinem), la titular del SAT, Raquel Buenrostro Sánchez, ha dicho que además de no pagar impuestos y aparte de los casos de evasión y elusión fiscales, éstas fueron beneficiadas fiscalmente por administraciones anteriores.

Hay mineras —como la canadiense First Majestic Silver Corp— que “han acreditado impuestos en lugar de pagarlos”, ya que “abusando de la normatividad fiscal se les ha devuelto dinero”, explicó Buenrostro en febrero de este año, durante una entrevista con los periodistas Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado Gómez.

Un ejemplo de abuso fiscal está relacionado con los artículos 25 y 32 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR).

En ese sentido, una resolución de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), fechada al 18 de noviembre de 2020, indica que hay algunos contribuyentes sujetos al pago del derecho especial sobre minería, que “indebidamente” registran erogaciones (es decir inversiones en activo fijo y gastos o cargos diferidos) para hacerlas pasar por pagos preoperativos o costos y gastos de producción, para poder deducirlos.

“Justo hace poco, con otras organizaciones, empezamos a hacer un análisis más actualizado y lo que encontramos es que el aporte que hacen [las mineras] a las finanzas públicas es mínimo”, dijo en entrevista con SinEmbargo Beatriz Olivera, directora de la organización Energía, Género y Ambiente (Engenera).

Para la investigadora, además de que la aportación de las mineras “no es puntual, el Gobierno les ha regresado un montón de dinero” a través del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). En ese sentido, los datos de la Cuenta Pública de la SHCP indican que en el último lustro, el SAT erogó 48 mil 24 millones 100 mil pesos en devoluciones por IVA.
De acuerdo con la activista, lo anterior amerita que además de un apretón de tuercas a los incentivos fiscales que reciben las mineras, el Gobierno de México modifique la Ley Minera para obligarlas a rendir mayores cuentas, sobre todo en relación a la cantidad de minerales que extraen, la producción coligada y las utilidades que reflejan sus estados financieros.

El negocio de la extracción

El sector minero, es decir, aquél que incluye actividades extractivas de minerales metálicos y no metálicos, así como la obtención de gas y petróleo sin considerar servicios relacionados, aportó, entre 2015 y 2020, uno de cada 10 pesos recaudados por el Gobierno federal o el equivalente a la mitad (54.2 por ciento) del dinero producido por esta actividad económica en el periodo referido, de acuerdo con cifras de la SHCP y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).

Sin embargo, la mayor parte de este dinero —recaudado por el fisco— no provino del pago de impuestos por parte de mineras privadas, sino de la Empresa Productiva del Estado, Petróleos Mexicanos (Pemex).

Ello considerando que, entre 2015 y 2020, el 97 por ciento de los ingresos tributarios y no tributarios del sector minero derivó de la extracción de gas y petróleo, siendo que en ese periodo y de acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), entre el 98 y 99 por ciento del gas y petróleo a nivel nacional fue producido por Pemex.

*Cifras expresadas en mdp ajustadas a precio constante de 2020. ¹Incluye minería de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas, servicios relacionados con la minería y otros servicios relacionados con la minería no especificados. ²Incluye “¹” así como la recaudación neta por extracción de petróleo y gas. (FUENTE. SinEmbargo, con cifras de la SHCP. Mayores referencias en los apartados “Fisco y sector minero” y “Fisco y minería” de la tabla “Minería de impuestos”.)

Si descontamos la obtención de gas y petróleo, la actividad minera de metálicos y no metálicos—a cargo de 242 empresas privadas nacionales y extranjeras según el Sinem— aportó el 0.3 por ciento del dinero recaudado por el Gobierno federal, o el equivalente al 5.3 por ciento del dinero producido por dicha actividad extractiva.

Por un lado, las cifras oficiales indican que la recaudación fiscal minera es baja; y por otro lado, la normatividad aplicable refiere que la minería tiene una de las cargas impositivas más altas a nivel nacional, ya que es un rubro económico con múltiples impuestos sobre sus ingresos brutos, como por ejemplo, sobre sociedades (30 por ciento), regalías (7.5 por ciento) y especiales por tipo de extracción (por ejemplo el del oro y la plata del 0.5 por ciento).

Lo anterior supone que el potencial de ingresos que el país puede obtener por la recaudación de impuestos y contraprestaciones por servicios públicos está limitado por un amplio margen de deducciones fiscales.

De acuerdo con la directora de Engenera, Beatriz Olivera, el valor de las aportaciones fiscales de la minería como proporción del valor de la producción minero-metalúrgica —que en el último año fue de 5.7 por ciento— ha sido “insignificante” por años.

Aunque entre 2019 y 2020 la proporción se duplicó, al pasar de 2.8 a 5.7 por ciento, el nivel actual es inferior al del último año del sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando las aportaciones fiscales de la minería —sin contar petróleo y gas— equivalieron al 8.2 por ciento de su PIB.

Según la Cámara Minera de México (Camimex), la aportación fiscal del sector de la minería se está recuperando del decremento que sufrió “como consecuencia principalmente de los resultados desfavorables en la dinámica productiva”, sobre todo del ISR, en un contexto de desaceleración económica por la pandemia de COVID-19 a nivel nacional e internacional.

En la siguiente tabla es posible consultar la información utilizada para la elaboración de este texto, incluidas las variaciones de ingresos gubernamentales por tipo (tributario o no tributario) o por impuesto (IEPS, ISR, IVA, entre otros).

Minería de impuestos Ver https://noalamina.org/latinoamerica/mexico/item/45167-mexico-y-el-saqueo-minero
*Todas las cifras monetarias corresponden a millones de pesos corrientes.

¹Incluye minería de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas, servicios relacionados con la minería y otros servicios relacionados con la minería no especificados. ²Producción y servicios. ³Incluye IEEH, ISEDIP, accesorios e impuestos no comprendidos, así como los ingresos por concepto de automóviles nuevos. ⁴Incluye “¹” así como la recaudación neta por extracción de petróleo y gas. ⁵Incluye gas asociado y no asociado. ⁶Valor productivo de la extracción de petróleo y gas, así como de la minería, sin contar los servicios relacionados. ⁷Valor productivo sólo de la minería.

Nota: las sumas pueden no coincidir por redondeo. FUENTE. SinEmbargo, con datos de SHCP (https://bit.ly/38Vtf1c y https://bit.ly/3tCYC8S), INEGI (https://bit.ly/3lvT4Kp) y SIH-CNH (https://bit.ly/3cPDPIj).

Un caso icónico de lo adeudado

First Majestic Silver Corp es una minera canadiense que se estableció en México en 2004. Desde entonces ha sido denunciada en materia de derechos humanos, por violaciones y despojos en localidades mexicanas.

La empresa con sede en Vancouver, Canadá, cuenta con tres minas funcionales en el territorio nacional: la mina de oro y plata San Dimas, la mina de oro y plata Santa Elena, así como la la mina de plata La Encantada. Además, dicha compañía tiene ocho minas más en proceso de desarrollo.

De acuerdo con documentos de auditoría fiscal citados por la agencia noticiosa Reuters, First Majestic Silver Corp le debe al fisco mexicano cerca de 11 mil millones de pesos, o bien, 534 millones de dólares.

Hasta la fecha de esta publicación, el SAT solicitó a la minera canadiense el pago de 5 mil 500 millones de pesos (267 millones de dólares) correspondientes al adeudo de impuestos. El resto de los deberes todavía “no ha entrado en disputas formales”, indica Reuters.

La información disponible sobre el caso First Majestic refiere que el fisco mexicano busca procesar penalmente a la compañía extranjera por el delito de fraude fiscal relacionado con el esquema de precios.

Al respecto, la empresa ha dicho que “continúa buscando una solución amistosa de sus diferencias con el Gobierno de México” y que por ello, continuará en diálogo con las autoridades y “confiando en las vías legales disponibles bajo la ley mexicana y los acuerdos internacionales”.

El pasado 17 de marzo, el Presidente López Obrador dijo que en caso de incumplimiento, además de las consecuencias penales, First Majestic Silver Corp podría perder sus concesiones a nivel nacional.
“Ojalá nos ayude el Gobierno de Canadá para que se resuelva este asunto”, porque de lo contrario “vamos a actuar legalmente”, explicó AMLO, quien asimismo refirió que el Gobierno de México —por disposición legal— puede revocar las concesiones mineras a las empresas extractoras que incumplan con la normatividad vigente y los acuerdos suscritos con autoridades mexicanas.

Por Efrén Flores

México y el saqueo minero

Argentina

LA MEGAMINERÍA ES UNA AMPUTACIÓN ECOLÓGICA

29/03/2021
Investigador del Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), Eduardo Gudynas escribe a propósito del proyecto de zonificación en Chubut y de la calificación de “ambientalismo bobo” a quienes denuncian este tipo de minería.
La megaminería a cielo abierto siempre implica un impacto tan alto que debe ser calificada como una amputación ecológica. Es una pérdida irreparable. Y por esa razón, siempre es un negocio ruinoso.
Fuente: Tierra Viva
En el intenso debate argentino ante grandes emprendimientos extractivistas es muy frecuente escuchar defensas que usan dos tipos de argumentos. Por un lado, sostienen que la megaminería no produce impactos ambientales, o que si los hubieran, pueden ser controlados y manejados. Por otro lado, afirman que como serían negocios magníficos, vale la pena correr riesgos ecológicos porque de ese modo se aseguraría dinero y empleo.

Estos razonamientos recrudecieron con los intentos de relanzar la minería en Chubut. Aparecieron en medios de prensa, lanzadas por políticos y repetidos por periodistas, llegando al extremo de calificar como “ambientalismo bobo” a quienes denuncian ese tipo de minería. El mensaje era que sólo los bobos no aprovecharían el supuesto negocio minero, y únicamente los bobos no entienden que no habrían impactos ambientales.

Esas posiciones están profundamente equivocadas. En realidad, la situación es contraria: la megaminería a cielo abierto siempre implica un impacto tan alto que debe ser calificada como una amputación ecológica. Es una pérdida irreparable. Y por esa razón, siempre es un negocio ruinoso.

El concepto de amputación ecológica

La megaminería a cielo abierto no se caracteriza por impactos ambientales acotados y reversibles. Por el contrario, su efecto primario es tan extremo y radical que equivale a una pérdida total del patrimonio ambiental. La evidencia está frente a los ojos de cualquiera: son enormes canteras y cráteres donde se remueven millones de toneladas de suelos y rocas.

La ‘amputación ecológica’ es un concepto que se define como una remoción física de un ecosistema, que destruye no sólo el entramado biológico, como las especies vivas, sino también su base material. Expresa los casos de mayor impacto ambiental a la vez que son los de más alta irreversibilidad.

Esta es una situación muy distinta a la que ocurre con el aprovechamiento de recursos naturales renovables. Por ejemplo, en la agricultura si se manejan adecuadamente los suelos se pueden lograr cosechas cada año. Pero cuando se remueve todo el subsuelo en un sitio, como lo hace la megaminería a cielo abierto, ya no hay marcha atrás posible. En este tipo de explotación el daño se vuelve casi irreversible. Eso explica que amputación sea el término más adecuado porque ocurre un corte o remoción, y sus cicatrices son las enormes canteras a cielo abierto (1).

Existen múltiples ejemplos en América del Sur. Entre las mayores amputaciones están el enclave de hierro y bauxita de Carajás en Brasil, carbón en Cerrejón en Colombia, cobre en Chuquicamata y Escondida, o en Perú las minas de cobre y zinc de Antamina y de oro en Yanacocha. En Argentina hay varios ejemplos, como puede ser la explotación de oro y plata de Veladero en San Juan.

En todas ellas el volumen de materia removido es enorme. Por ejemplo, en la chilena Escondida se extraen 330 millones de toneladas por año y en Yanacocha son 180 millones de toneladas. Las canteras también son de grandes dimensiones, que pueden superar un kilómetro en algunos de sus ejes, y profundidades que pueden acercarse a los mil metros.

Impactos ambientales primarios y secundarios

En los abordajes convencionales sobre los impactos ambientales de la megaminería a cielo abierto, la lista de posibles efectos es muy larga. Incluyen, por ejemplo, la remoción física de las rocas, el uso de explosivos, afectaciones del régimen hidrológico tanto en la superficie como en las aguas subterráneas, emisiones de polvo, la posible liberación de metales pesados, drenaje de agua ácida, los riesgos con tóxicos como cianuro o mercurio, y así sucesivamente. También están los impactos por la acumulaciones de roca que no es utilizada (las llamadas escombreras) o por las represas de relaves, donde hay agua y lodo repleto de tóxicos como cadmio, plomo o arsénico. Al mismo tiempo, la infraestructura asociada a los enclaves también tiene consecuencias, como pueden ser represas para captar agua o las carreteras o ferrovías de acceso.

Resulta que la lista de efectos a evaluar es enorme. Se deben considerar las consecuencias en cada uno de ellos, si esos impactos pueden ser evitados, y cuando ello no es posible, estimar si son remediables o amortiguables. En la actualidad, la evidencia científica sobre la gravedad de esos impactos es abrumadora. Se los encuentra en miles de documentos y libros, preparados desde múltiples disciplinas. Eso es innegable, y hasta los propios empresarios mineros lo aceptan, y es por ello que tienen montada toda una industria de programas de remediación ambiental.

Por lo tanto, los académicos, periodistas, políticos o empresarios que afirman que la megaminería no tiene impactos ambientales están radicalmente equivocados. Algunos lo creerán sinceramente, ignorando toda esa evidencia; otros simplemente están alimentando una retórica en defensa de esos extractivismos.

Pero a la vez, esa lista de impactos se refiere a los efectos secundarios. Todos ellos derivan de una acción primaria que es la remoción de los minerales, o sea de la puesta en marcha de la amputación ecológica. Esta, en sí misma, tiene un impacto ambiental negativo que es drástico, de gran escala e irreversible. El ambiente original desaparece y en su lugar se crean, de un lado cráteres, y del otro, enormes cerros con las rocas removidas. Es un impacto radical y previo a cualquiera de los listados arriba. Al aceptar la amputación, lo que ocurre es que se comienzan a debatir los efectos ambientales derivados del acto de amputar el ambiente, tales como el uso de ciertos tóxicos o la liberación de polvo.

Eso explica que sostener que la megaminería a cielo abierto no encierra impactos ambientales es doblemente equivocado: se desconoce el impacto primario de la amputación ecológica y se menosprecian todos los efectos secundarios. También revela que centrar el debate sobre los efectos secundarios de alguna manera refuerza la trampa de ocultar la radicalidad de la amputación ecológica.

Navidad es una amputación ecológica

El proyecto minero Navidad, en Chubut, sin duda corresponde a una amputación ecológica. Implica una remoción de materia apabullante, que totalizará más de 500 millones de toneladas a lo largo de 17 años de operación. Cuando esté trabajando a todo ritmo, se extraerán 40 millones de toneladas por año, según la estimación de la propia empresa (2). Son más de 100 mil toneladas por día. Las canteras a cielo abierto estarán desplegadas a lo largo de más de 6 kilómetros. El paisaje original será reemplazado por los cráteres, que por ejemplo, en la proyectada cantera de Valle de Esperanza tendrá un eje mayor en el orden de un kilómetro, y sobre cada una se ubicarán cerros con las rocas desechadas.

El propósito es obtener plata, y en eso insisten los defensores y la publicidad; otros minerales asociados son cobre, plomo y zinc. El depósito es celebrado como uno de los más grandes del mundo y la empresa le dice a sus potenciales inversores que si toda sale bien obtendrá un total 275 millones de onzas de plata, o sea casi 7. 800 toneladas.

Al contrario de la publicidad, todo ese emprendimiento es una celebración de la ineficiencia. Es que la proporción de la plata en las vetas más destacas es de 150 a 163 gramos por tonelada. Aquí no hay un error: se deben extraer toda una tonelada de rocas para tener un poco más de 100 gramos de plata. El remanente, que es casi una tonelada, pasa a convertirse en roca o relaves sin valor. Para hacer todo más endeble, no toda la plata en esas rocas se puede separar. La propia empresa estima que se arrojarán 418 millones de toneladas de material no mineral o sin valor comercial.

Eso explica que las canteras a cielo abierto terminan siendo enormes, porque se deberán remover 500 millones de toneladas para separar unos pocos miles de toneladas de mineral valioso. Ese mismo explica que los cerros de escombreras también serán enormes. El resultado en Navidad serán cinco grandes cráteres, con casi toda la roca removida colocada a su lado. Eso es una amputación ecológica. No es posible retornar al ambiente original porque desaparecerá todo el entramado del suelo y el subsuelo. Es como si actuaran enormes sacabocados.

Asimismo, esto permite dejar en evidencia que tampoco existe un negocio donde todos ganan. La racionalidad económica del emprendimiento está en el valor de mercado de esos gramos de plata pero a la vez en no asignar un valor económico al resto de rocas y minerales extraídos. Deben ser considerados como desechos sin utilidad económica para que los análisis de costos y beneficios empresariales puedan terminar en una rentabilidad aceptable. Sin embargo, esos escombros, así como los cráteres tienen consecuencias económicas, como pueden ser el costo económico de contaminar suelos y aguas, y como eso existe en la realidad terminarán siendo asumidos por las familias locales, los municipios o la provincia. Si se asigna un valor económico a todo ese desperdicio, el costo económico de ese desecho es tan alto que derrumba la rentabilidad.

Una metáfora real

A pesar de todas estas precisiones, siguen siendo muchos los que consideran que el proyecto minero Navidad u otros deben ser llevados adelante por la expectativa de ganancia, e incluso hay quienes comparten esas ideas dentro de las comunidades locales.

Ante eso es posible retomar el concepto de amputación ecológica compartiendo una metáfora para explicarlo de otro modo. Si consideramos al país como un organismo, puede decirse que los promotores de la megaminería a cielo abierto plantean amputar un dedo en una mano de ese cuerpo nacional. Lo justifican diciendo, por un lado, que venderán esas falanges a cambio de un buen dinero que será utilizado por el resto del organismo nacional, y por el otro lado, proclaman que podrán manejar los impactos de esa pérdida. Pero en realidad se perderá el dedo, y esas evaluaciones de impacto ambiental lo que apenas podrían discutir es si se salpicará mucha o poca sangre, o si el vendaje será de uno u otro tipo (abordan los impactos secundarios pero aceptan el impacto primario). El razonamiento económico agrega que el dinero percibido por vender el dedo será tan pero tan jugoso, que el cuerpo nacional se podrá comprar una prótesis artificial, que dejaría la mano todavía en mejor situación. ¿O no es esto lo que prometen los planes de rehabilitación de minas clausuradas? ¿O no es ese el negocio que proclaman empresarios y políticos?

Eso apunta a evitar la discusión sobre el impacto ambiental primario que es la amputación de materia, para enfocarse en medidas de control y monitoreo de efectos secundarios, como la liberación de polvo o el manejo de las represas de relave. Esto, a su vez, permite emplear todo tipo de excusas, tales como sostener que un impacto ambiental, como la contaminación de un curso de agua, constituye un “accidente”, pero no una consecuencia inescapable a la propia esencia de esa minería. Entonces tampoco se discuten las amputaciones sino los accidentes.

Todo esto deja en claro que cualquier abordaje serio e independiente de intereses económicos particulares concluye que la megaminería a cielo abierto es insostenible. Deben abandonarse los eufemismos y comprenderse que estamos ante una amputación ecológica. La información sobre estas condiciones es esencial para que no se anestesie a la ciudadanía para insistir con nuevas amputaciones ecológicas.

Notas

1. El concepto de “amputación ecológica” se explica en más detalle en ‘Extractivismos. Ecología, economía y política de un modo de entender el desarrollo y la Naturaleza”, por E. Gudynas. Más informaciones en www.extractivismo.com

2. Navida Project, Chubut Province, Argentina: Preliminary Assessment, PanAmerican Silver Corp, disponible en: https://www.panamericansilver.com/assets/Operations-documents/2e445fea82/Navidad-Technical-Report.pdf

*Eduardo Gudynas es investigador en el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), en Montevideo. Sus últimos libros incluyen un texto sobre la teoría de los extractivismos, otro sobre las relaciones entre corrupción y extractivismos, y el más reciente, sobre derechos humanos y violencia en ese tipo de actividades. En las redes se lo puede seguir en twitter: @EGudynas

La megaminería es una amputación ecológica