Colombia

¡No es de forma, es de fondo!: Los reparos de la ANLA y el rechazo del COA a la AngloGold Ashanti

Después de las elecciones realizadas el 27 de octubre del presente año, la empresa sudafricana AngloGold Ashanti inició una fuerte campaña mediática en diferentes medios de comunicación nacional, intentando mejorar la cuestionada imagen de un proyecto que ha carecido de legitimidad, caracterizándose por ser un modelo impositivo que ha vulnerado  -desde hace más de 10 años-  el derecho a la participación efectiva de la comunidad, agudizando la división social, interfiriendo en decisiones municipales, militarizando el territorio y estigmatizando al movimiento social.

Mediante su estrategia mediática ha intentado demostrar las “buenas prácticas mineras” bajo su política de “responsabilidad social empresarial”, intentando ocultar la fuerte oposición que lleva más de diez años y que se ha expresado de diversas formas en el suroeste de Antioquia, como han sido las vigilias por la defensa del territorio, la travesía por el suroeste de Antioquia:

Un abrazo a la montaña, los encuentros regionales de economías indígenas y campesinas, los encuentros regionales de mujeres y de jóvenes, los cabildos abiertos, los Consejos de Concejales, acuerdos municipales, iniciativas de consulta popular, entre otras acciones más.

Esta estrategia mediática intensiva le apuesta a mejorar la imagen corporativa en su proceso de licenciamiento social y ambiental. El pasado 29 de noviembre Minera Quebradona radicó ante la Agencia Nacional de Licenciamiento Ambiental (ANLA), el estudio de impacto ambiental (EIA).

Para el 10 de diciembre  la ANLA le devuelve la solicitud a la empresa minera manifestando tres reparos:

1. No presentó información completa para los permisos de captación de aguas superficiales,vertimientos, ocupación de cauces, aprovechamiento de materiales de construcción, aprovechamiento forestal, entre otros.
2. La geodatabase no está debidamente estructurada.
3. Faltó certificado actualizado expedido por el ministerio del interior de la presencia o ausencia de comunidades étnicas o territorios colectivos en el área de influencia. Consecuentemente un vocero de la empresa emite concepto, en el periódico El Colombiano, manifestando que esta devolución es de forma y no de fondo.

 

Sin embargo, desde el Cinturón Occidental Ambiental –COA– queremos reiterar que más allá del concepto de la ANLA, persiste un problema de fondo y no de forma. El proyecto Quebradona de AngloGold Ashanti ha sido un modelo que nunca fue construido con la gente, ni ha sido aceptado por el suroeste de Antioquia, tampoco es producto de las necesidades nuestras, ha dividido comunidades e interfiriere persistentemente en la posibilidad de continuar la construcción de proyectos de vida propios.

Durante estos 10 años de movilización permanente contra el proyecto minero, desde los rincones de las montañas y ríos, continuamos fortaleciendo y articulando proyectos de vida que son producto del sentihabitar de los pueblos indígenas y campesinos, de mujeres, hombres, niñas, niños, jóvenes y abuelos en la edificación del Territorio que nos soñamos.

Como el conflicto es de fondo y no de forma, nos oponemos al proyecto Quebradona porque en estas majestuosas montañas le apostamos a la construcción de Territorios Sagrados para la Vida, propuesta que nace de la articulación regional y que se erige a partir de la tradición campesina y la cultura Embera, desde prácticas productivas y culturales de la economía familiar campesina, los sistemas agroecológicos, los circuitos económicos solidarios, los trapiches comunitarios, la gestión comunitaria del agua, los sitios sagrados, las zonas de protección y el patrimonio cultural y ambiental.

Como nuestras luchas son de fondo y no de forma, continuamos conquistando espacios para consolidar los procesos de participación social efectiva y afectiva, que trasciende hasta más allá del infinito, que no se limita a las listas de asistencia. Este proceso se estructura desde los cabildos comunitarios, consultas autónomas, mandatos populares, círculos de mujeres, audiencias autónomas, planes de vida comunitarios, entre otros procesos más.

 

El movimiento social se fortalece cada vez más

Continuaremos defendiendo nuestros mandatos populares, entre ellos, su declaratoria como actores no gratos para el suroeste de Antioquia. Desde las escuelas agroecológicas, las escuelas de sustentabilidad, la polinización del territorio, las escuelas de arte y cultura, desde la pedagogía de la madre tierra, las fincas escuelas, las cátedras del territorio, las casasmadre del territorio, las salas patrimoniales, desde los medios de comunicación comunitarios y alternativos, desde las mesas de concertación social: plan de vida comunitario… continuaremos nuestras resistencias, ratificando permanentemente que estamos construyendo nuestros planes de vida comunitarios y autónomos.

NO PERMITIREMOS QUE NOS ARREBATEN LA POSIBILIDAD DE DECIDIR CÓMO QUEREMOS VIVIR.

LARGA ES NUESTRA LUCHA Y CADA VEZ SOMOS MÁS

 

Fuente:https://www.contagioradio.com/no-es-de-forma-es-de-fondo-los-reparos-de-la-anla-y-el-rechazo-del-coa-a-la-anglogold-ashanti/

Mexico

Hay 15 millones de mexicanos con sed, pero 70% del agua la tienen refresqueras, mineras y lecheras

Especialistas de la UNAM y la UAM, así como activistas de la a coordinadora de Planeación del Centro Para la Sustentabilidad Incalli Ixcahuicopa, plantearon los diversos conflictos que vive la población mexicana para acceder al derecho humano al agua.
Para explicarlos, se remontaron a la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la promulgación de Ley de Aguas Nacionales, que no contempló el acceso al agua como un derecho humano en la Constitución.

Aunque el agua es de titularidad pública, está “de facto” en manos de grandes empresas en México, las cuales controlan buena parte de su uso amparadas por una Ley que no contempla el derecho humano a este recurso. Además de esto, un 10 por ciento de la población mexicana no tiene acceso al agua potable, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

De acuerdo con expertos consultados por Efe con motivo del Día Mundial del Agua, desde 1992 un 7 por ciento de –mineras, embotelladoras, lecheras– controlan el 70 por ciento de las concesiones del agua, cuya escasez afecta a los ciudadanos más vulnerables.

El coordinador del área de Derechos Humanos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Rodrigo Gutiérrez, explicó que para entender las desigualdades hay que conocer el derecho humano al agua, que incluye obligaciones para el Estado y las empresas.

Por derecho, el agua debe tener un flujo constante y continuo, estar limpia y en condiciones óptimas, estar físicamente accesible, ya sea en el hogar del ciudadano o a una distancia mínima.

También el agua debe ser fácil de obtener desde el punto de vista económico y el ciudadano debe tener acceso a información exacta sobre la situación del líquido en el país, pero no siempre sucede en México.

Además, el agua tiene que distribuirse de forma equitativa a todos los sectores de la población, algo que tampoco termina de cumplirse como es debido en el país. Tampoco sucede.

Tomando esto en cuenta, Gutiérrez entiende que en México, “en general”, se está violando el derecho humano al agua.

Para afirmar esto se basa en la citada desigualdad a la hora de distribuir el agua, pues a menudo no se sabe “qué cantidad de agua se tiene ni qué calidad”.

Además, algunas familias que viven en condiciones de pobreza tiene acceso a agua una vez cada 8 días, o deben gastar el 15 por ciento de su salario para obtenerla.

A esto, el coordinador del programa de sustentabilidad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Pedro Moctezuma, agregó en entrevista con Efe que 10 millones de mexicanos no tienen acceso al agua.

TLCAN Y LEYES DEL AGUA

Para entender cómo se llegó a esta situación es necesario remontarse a 1992, cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que el año pasado fue reemplazado por otro pacto denominado T-MEC y que está pendiente de su ratificación.

El TLCAN, entre Estados Unidos, Canadá y México, establecía que el acceso al agua es un componente importante para las inversiones.

Ese mismo año se creó la Ley de Aguas Nacionales (LAN) en la cual no se contempla el derecho humano al agua pues todavía no este no aparecía en la Constitución.

Se dio un proceso opaco en torno a la entrega de concesiones bajo el principio de que el agua pertenecía al primero que la solicite.

Sobre este contexto, los oligopolios empresariales vieron una gran oportunidad.

“Esa ley concibe al agua como un recurso que hay que distribuir, pero todos esos elementos que contiene el derecho humano al agua nunca fueron contemplados”, asegura Gutiérrez.

En aquel entonces, el agua “era concebida casi como un recurso infinito que había que llevar de un lado a otro sin tomar en cuenta las necesidades de las personas ni de la naturaleza”.

La coordinadora de Planeación del Centro Para la Sustentabilidad Incalli Ixcahuicopa (Centli) de la UAM, Elena Burns, indicó a Efe que el objetivo de la ley anterior fue “crear un mercado del agua”.

“Las concesiones fueron objetos de compra y venta con la idea de que el agua quedara en manos de los que podrían hacer un uso más productivo y rentable de ella”, precisó.

En 2012 se incluyó en el articulo 4 de la Constitución el derecho humano al agua y se dio a los legisladores 365 días para publicar una Ley General de Aguas, algo que finalmente nunca sucedió.

Moctezuma va más allá y habla del llamado “huichicoleo del agua”, que se da a través de desviación ilegal del recurso a grandes empresas.

El huachicoleo es una palabra que en México alude al robo y venta ilegal de hidrocarburos, ahora extrapolado a la distribución del recurso hídrico.

“Estas empresas tienen a pozos clandestinos”, sostiene el especialista.

No obstante, identificar a esas empresas beneficiadas resulta sumamente complicado: una empresa puede dividirse en cientos de filiales.

Gutiérrez considera esto como “el gran problema para monitorear a las empresas”.

“Las grandes multinacionales del agua tienen una cantidad increíble de empresas diversificadas”, asegura.

Sobre este escenario se ciernen dos imágenes contrapuestas: en la localidad de Alpuyeca, en el estado de Morelos, la gente tiene agua una vez a la semana durante tres horas.

Enfrente, un gigantesco campo de golf se riega diariamente con agua potable.

“Como este caso hay cientos en el país, ahí descubres cómo las concesiones están siendo otorgadas a actores que hacen mucho dinero con el agua”, concluye.

UN 10% NO TIENE ACCESO A AGUA POTABLE

En un boletín, el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (ISS) de la UNAM, Manuel Perló precisó que son entre 12.5 y 15 millones de personas las que sufren la falta del recurso en el país latinoamericano.

La falta de agua potable se da principalmente en áreas rurales, pero también en las zonas marginadas de las grandes ciudades.

“Esas personas padecen problemas de salud y de higiene ligados a la falta de agua. Tenemos una deuda con ellos”, señaló.

De las personas que sí reciben el líquido, alrededor del 30 por ciento no lo obtiene con la cantidad ni la calidad suficiente.

“El derecho al agua se encuentra en nuestra legislación, pero no se cumple”, recordó.

Fue en 2012 cuando se incluyó en la constitución el derecho humano al agua y se dio entonces a los legisladores 365 días para hacer una Ley General de Aguas, algo que nunca se hizo.

El doctor en planificación urbano-regional destacó que en territorio mexicano los recursos hídricos están distribuidos de forma desigual.

“La mayoría están en el sur-sureste, pero en el centro y norte, donde se encuentra la mayor cantidad de población y la economía, hay menos”, expuso.

Esto influye en la compleja infraestructura para llevar agua a algunas zonas del país.

El especialista apuntó también que de los 653 acuíferos en México, 105 están sobreexplotados.

Los acuíferos son fuentes subterráneas de las que se extrae el líquido a través de pozos y bombeo, que pueden estar a diferentes profundidades: de 50 a 300 metros.

“Pero se les extrae mucha más agua de la que pueden captar de forma natural, y el número de acuíferos sobrexplotados ha aumentado en los últimos años”, apuntó.

En 1975 solamente 32 estaban en esa condición, en 2018 la cifra aumentó a 105.

Al respecto, Perló recomendó potenciar una política de reutilización del agua. En el país solo se trata la mitad del líquido, cuando lo ideal sería hacerlo en un 90 por ciento.

El consumo promedio es de 322 litros por persona al día, además, el 40 por ciento del agua se pierde en fugas.

La captación de agua de lluvia podría ser una buena solución para la escasez que sufren algunos grupos poblacionales.

“En lugares con parques públicos se puede captar agua de lluvia. Estos espacios no deberían depender solo del agua que reciben del sistema general de distribución, sino que ellos mismos deben captar, almacenar y utilizar el recurso para su propio uso”, propuso.

 

Fuente:https://www.sinembargo.mx/22-03-2019/3554451

Internacional

El Poder Popular en Rumania detuvo un proyecto minero. Ahora la Corporación está demandando por miles de millones de dólares.

Activistas de justicia ambiental rumanos y estadounidenses se manifestaron en Washington, DC, ante una audiencia del tribunal del Banco Mundial sobre un caso presentado por Gabriel Resources, con sede en Canadá.

Recientemente, un grupo colorido se reunió frente a un edificio del Banco Mundial en el centro de Washington, DC para defender una comunidad a 5.000 millas de distancia en Rumania. La mayoría nunca se había conocido, pero cuando cada uno señalaba a ella o su letrero dibujado a mano, eran sonrisas y asentimientos. Y antes de que lo supieras, estaban cantando consignas juntas como si hubieran hecho esto antes, incluyendo una en el idioma rumano: «Uniti Salvam Rosia Montana».

Varios ciudadanos rumanos se unieron a la manifestación por activistas del Centro de Derecho Ambiental Internacional, el Instituto de Estudios de Políticas, Earthworks, la AFL-CIO y otras organizaciones de justicia ambiental de Estados Unidos. Todos se habían unido para defender un lugar llamado Rosia Montana.

Ubicada en la región montañosa y rica en recursos de Rumania, Transilvania, Rosia Montana es una hermosa ciudad con una historia que se remonta a 2000 años atrás. Este lugar, sin embargo, tiene una importancia inefable que va más allá de su importancia histórica. Hoy, es un ejemplo inspirador de cómo un grupo de obstinados agricultores locales luchó por sus hogares, su comunidad, sus tierras y su patrimonio cultural ante el asalto de una empresa minera canadiense, Gabriel Resources.

Esta corporación quería destruir a Rosia Montana convirtiéndola en la mina de oro a cielo abierto más grande de Europa, lo que representa una grave amenaza ambiental debido al uso de cianuro tóxico. Fue David contra Goliat. Gabriel tenía el dinero, tenía conexiones con los niveles más altos del poder y controlaba los medios de comunicación de Rumanía a través de contratos publicitarios millonarios. En Rosia Montana, libraron una guerra, comprando infraestructura comunitaria vital, como tiendas, el dispensario local, etc. para cerrarlos. También ofrecieron dinero para casas y dividieron la comunidad, enfrentando a los miembros de la familia.

Muchos locales cedieron. Pero un grupo de propietarios se resistió. Para ellos, un hogar y raíces significaban más que cualquier dinero en el mundo. Se unieron, organizaron una campaña poderosa y demandaron para bloquear permiso tras permiso. Y cuando bloquearon la propuesta de la mina en todos los rincones legales, los accionistas de Gabriel se impacientaron y se volvieron aún más desagradables. Presionaron a su socio en crimen o empresa conjunta, el gobierno rumano, para aprobar una ley para acelerar la mina. Aquellos que se nieguen a irse podrían ser rápidamente expropiados.

Afortunadamente, la lucha de 15 años de los lugareños no pasó desapercibida. Se había extendido de boca en boca y luego, a través de las redes sociales. En 2013, cuando el gobierno propuso esa ley ilícita, cuando todo parecía oscuro y sombrío, una nación entera inspirada en la terquedad de la resistencia de Rosia Montana acudió a su apoyo.

Para los árbitros, Rosia Montana se trata de dinero, dinero y nuevamente dinero.

Cientos de miles salieron a las calles hasta que el gobierno retrocedió. Juntos ganaron. Este momento, conocido como «el otoño de Rumania» fue equivalente a una revolución, a un despertar nacional. La gente, joven o vieja, urbana o rural, se dio cuenta de que si luchan juntos, pueden ganar juntos. El lema que acuñó este momento es «Uniti Salvam Rosia Montana!» – unidos salvamos a Rosia Montana.

El 13 de diciembre, los árbitros del CIADI se reunieron para lo que bien podría ser su última audiencia antes de anunciar su fallo en la primavera del próximo año. Es muy probable que Gabriel esté utilizando esta demanda para presionar al gobierno rumano para que llegue a un acuerdo de solución antes de este fallo, que podría incluir la iluminación verde de la mina de oro.

Fuente:https://inequality.org/research/romania-mining-icsid/?fbclid=IwAR1lR6Eg8ew5eUMunLhaUDcXxxWvHJSLRkHyLgTzzrqYkp9Z15tErEDlrGM

Perú

Perú. El viejo cuento de “Agua Sí, Oro También” otra vez

Durante esta semana, nos sorprendió un artículo escrito por el conocido político y ex gobernador de Ica, Fernando Cillóniz, denominado “Agua sí, oro también”, el cual trata de recolocar en el debate la idea que solo la gran minería salvará al país, y que las resistencias y cuestionamientos de la gente, solo son radicalismos y manipulación de peligrosos antimineros.

El artículo se centra en “analizar” el caso Cajamarca,  a partir de la presencia de Minera Yanacocha y su aporte.  Es casi surrealista la forma como Cillóniz describe la supuesta época de oro y bonanza de Cajamarca- que dice haber conocido-  ubicándola entre el 2012 y los años siguientes.  Dice entonces que en aquella época,  Yanacocha llegó a producir tantas onzas de oro y había tanto dinero en Cajamarca, que se construían escuelas, hospitales, carreteras, reservorios, plantas de tratamiento de agua, etc., etc., etc.  Pero no queda ahí su relato, habla de los grandes bosques de pino que se sembraban,  la ganadería y la industria lechera que prosperaban, y la agricultura y la pisicultura que crecían de mano de “su” minería. Solo la faltó decir que la leche y la miel manaban por los campos.

Este artículo no debiera pasar de ser una anécdota, por la falta de rigurosidad mínima con la que escribe, proporcionando de manera ligera una serie de datos que solo con un poco de memoria y un primario googleo, se puede establecer que son falsos. No señor Cillóniz, el 2012 no era la época de la bonanza minera donde todo florecía,  fue la época del peor conflicto enfrentado con esta actividad, el conflicto Conga, que nos dejó 5 muertos y decenas de heridos.  No, esa no fue la época del boom y mayor producción de oro, el descenso progresivo de la producción y por tanto del canon minero, se verifica mas bien en esta etapa, concretamente del 2010 para adelante, y tiene que ver con el agotamiento de las reservas mineras y la intensa explotación sufrida por las vetas de alta ley.  Conforme a los propios datos del Ministerio de Energía y Minas, el año récord de producción de oro por Yanacocha fue en el 2005, cuando registró un volumen de 3 millones 333 mil 088 onzas troy, pero, para ser precisos la bonanza no era para los cajamarquinos, pues conforme a cifras del INEI, ese mismo año la región entraba en el primer quintil de pobreza, ocupando el cuarto lugar. En el 2012 ciertamente Yanacocha declaró las cifras más altas de inversión, pero ojo, la inversión de capital que hizo no fue para la construcción de escuelas, hospitales o sembrar árboles; fue para la construcción de Conga, su nueva mina que luego quedaría paralizada al evidenciarse los impactos que generaría y que no habían sido informados a la población.

Efectivamente, este artículo entonces no debería de pasar de ser solo una anécdota, de no ser porque tiene una clara finalidad: seguir afianzando el falso mito sobre el rol del extractivismo minero en el país, maximizando sus supuestos beneficios, tratando de ocultar los graves impactos a nivel ambiental y social que ha generado, e invisibilizando las serias distorsiones económicas que causan.

Que Cajamarca está en una etapa de desaceleración económica por las bajas recaudaciones que ahora tenemos, es cierto, sin embargo, la razón de ello, es la poca responsabilidad que se tuvo promoviendo una política extractivista en esta región, volviéndola dependiente de la minería, convirtiéndola en un enclave, que implicó que los esfuerzos se concentraran en privilegiarla, deprimiendo así las actividades tradicionales como la agricultura y ganadería.  Prueba de ello es que Cajamarca habiendo sido una de las cuencas lecheras más importantes de país antes de los 90, pasó a ser rebautizada abrupta y arbitrariamente como “Cajamarca región minera”, lo que causó un progresivo abandono de las políticas a favor de la agricultura, la ganadería o la forestación.

Los grandes beneficios tributarios, cambiarios y administrativos ofrecidos a la minería, hacían imposible que otras actividades económicas pudieran competir con la misma, y lo que es peor, los privilegios de esta actividad, que por ley fue calificada de Interés público y Necesidad Nacional [1], permitían que se desarrolle no solo sobre territorios tradicionalmente dedicados a la producción, sino sensibles ambientalmente, como las zonas colectoras de agua; aquello es lo que generó los conflictos, las resistencias, que aún subsisten en la región, sobre todo en la zona rural afectada que considera que el único “legado de la minería” fue dejarlos sin agua y contaminados.

Depender de una sola actividad económica, cuyo crecimiento y rendimiento depende de los mercados internacionales, es la forma más endeble y peligrosa de sustentar una economía, pues cuando las condiciones internacionales cambian, la economía interna cae estrepitosamente sin posibilidad de contrarrestar el efecto con otras actividades; es la “enfermedad holandesa” de la que hablan los economistas.   Esto es lo que está pasando en Cajamarca, años de extraer mineral, años de otorgar beneficios a la gran minería, sobre todo tributarios, años de deprimir a otras actividades económicas sostenibles, solo ha traído más riqueza para las trasnacionales, más miseria para Cajamarca, ahora ubicada en el primer lugar de pobreza en el país. La forma de distribución de los recursos recaudados en canon, sumada a sus restricciones legales y la falta de capacidad de gestión, no sirvieron para construir una sola carretera de envergadura, un solo hospital de primer nivel, o impulsar alguna otra actividad productiva.

Y como una cachetada a la pobreza de Cajamarca, este 5 de diciembre último, el gobierno publicó mediante decreto de urgencia la ampliación por 3 años más de un beneficio para las mineras, la devolución del IGV e Impuesto de Promoción Municipal.  Es decir en lugar de exigirles más inversión social o responder por los grandes daños ambientales provocados, les devuelve dinero, supuestamente para que sigan invirtiendo.

Así no podemos seguir promocionando esta actividad como la gran oportunidad de desarrollo, la evidencia no solo nos muestra lo contrario -por más que el señor Cillóniz y otros personajes nos quieran hacer creer en cuento-  sino que así como se promociona es una amenaza para los pueblos y sus modos de vida. Y en Cajamarca lo sabemos muy bien.

 

Fuente:https://kaosenlared.net/peru-el-viejo-cuento-de-agua-si-oro-tambien-otra-vez/?fbclid=IwAR1bQRQxyK_MqAzkIbVTEJjDHxS6sfaiZ5bnxtA57A3FTuHz6IoQhOJFn4U

Argentina

«El precio de caminar sobre lo que otros codician»

Hay quienes elegirán dar cuenta de este escenario desde el análisis de variables macroeconómicas entre tantas otras, otras elegimos hacerlo desde la marca en el cuerpo del lugar que nos toca en la HISTORIA. Así podremos dar cuenta de lo que implica para nuestras vidas sentir el embate de un nuevo proceso colonizador, la dolorosa marca del asedio del extractivismo depredador en nuestro cuerpo social.

La historia del pueblo chubutense en la defensa de los bienes comunes naturales, nuestra casa común, reconoce entre sus hitos la lucha contra el basurero nuclear en Gastre en la década del 90, y el movimiento No a la Mina que desde Esquel se extendió a toda la provincia, país y otros lugares del mundo, en plena vigencia por estos días.

En su metodología pacífica y asamblearia de resistencia confluyen las cosmovisiones ambientalista occidental y de Pueblos Originarios que habitan el territorio. Se basa en la presencia en el espacio público, el estudio y difusión comunitaria de aquello por lo que se resiste, en el ejercicio de la autodeterminación de los pueblos: los emprendimientos mineros a gran escala de extracción metalífera y de radioactivos mediante el uso de sustancias tóxicas.

Como habitantes de esta tierra hemos experimentado a lo largo de estos años varias arremetidas del lobby minero, al compás de escenarios de crisis socioeconómica, en consonancia con los vaivenes de la vida institucional y política de la provincia y el país.

El año 2019 transcurrió con una creciente conflictividad social tras el incremento de toma de deuda por parte del gobierno y crisis económica, en el contexto de iguales condiciones a nivel nacional. Su consecuencia fue la imposibilidad de pago de salarios a todos los sectores de trabajadorxs estatales activos y pasivos, incumplimiento de acuerdos paritarios, paros, toma de instituciones, escuelas sin clases por casi cinco meses, represión, muerte de dos docentes en el contexto de las protestas, e incendio de la casa de gobierno y la legislatura provincial.

Un escenario similar se había vivido el año previo, pese al cual y tras una aparente recuperación de las cuentas públicas, el gobernador Mariano Arcioni fue reelecto en junio. Inició su mandato con imposibilidad de pagar salarios en tiempo y forma, hecho que muchos ciudadanxs entienden como una estafa electoral, que conlleva además, el deterioro aún mayor de la credibilidad en las instituciones y la democracia, abonando una profunda crisis institucional.

La respuesta desde diferentes voces gubernamentales fue que había que “aguantar hasta diciembre al cambio de gobierno nacional”; pues a diciembre hemos llegado en similares condiciones y la propuesta de solución es el desembarco del extractivismo a la provincia.

Diciembre

El último acto legislativo de lxs diputadxs salientes fue la aprobación de la Ley de Ministerios que además de un incremento exorbitante de salarios para la planta política, creó el Ministerio de Hidrocarburos y Minería, quitándole a último momento la palabra “Minería” por la fuerte presencia de las asambleas en la legislatura, pero conservando intactas las características de ese ministerio. Luego de una vigilia de todo un día de las asambleas comunitarias en toda la provincia, esa noche hubo represión y detenciones a las afueras de la legislatura.

Algunas de las preguntas que amplios sectores de la ciudadanía se hacen son quiénes sostuvieron, y por qué fue sostenido el gobierno de Mariano Arcioni, o cuál fue el rol que jugaron las dirigencias sindicales de los gremios estatales, atravesadas por intereses político -partidarios, en un período signado por la campaña electoral.

En este sentido es llamativo que el primer paro ambiental en la historia de la provincia fuera convocado sólo por CTA Autónoma. También vale preguntarse qué rol jugaron los otros poderes del estado, ante la pasividad de diputados y poder judicial, ejecutivos y concejos de cada municipio.

Ambos años fueron signados por la amenaza latente y cada vez más concreta desde el gobierno nacional de Cambiemos de avanzar con la explotación megaminera en el territorio chubutense. Así fueron noticia durante 2018 el encuentro Macri-Putin en la cumbre del BRICS y sus intenciones de exploración y explotación de uranio en Chubut.

También lo fue la presencia del ministro de energía y minería de la Nación, Juan José Aranguren, quien se reunió con intendentes de diferentes comunas para reabrir el debate minero, con particular interés en el proyecto Navidad (Plata, cobre y plomo) de la transnacional Pan American Silver. Pero resulta que en ese momento como en la actualidad permanece en vigencia la legislación provincial que prohíbe la minería metalífera a cielo abierto y con cianuro en todo el territorio provincial.

¿Crisis de diseño?

En este contexto de crisis socioeconómica e institucional padecemos una vez más el asedio de las corporaciones megamineras. Excede a este análisis profundizar en los determinantes del fracaso de la administración del Estado, pero hay un concepto que se hizo popular en asambleas y mesas familiares, el de “crisis de diseño”, aquella generada para meta-propósitos que exceden el interés común de quienes habitamos esta tierra. Porque lo cierto es que la megaminería sigue sin lograr mayoritariamente la licencia social que requiere para instalarse en territorio chubutense.

En este sentido es oportuno repasar el concepto de “capitalismo del desastre” doctrina formada bajo los presupuestos políticos, económicos y sociales desarrollados por el padre de la escuela de Chicago Milton Friedman, cuyo principal objetivo es desmantelar los restos del estado de Bienestar y promover a nivel global el modelo neoliberal. Postula que detrás de toda tragedia es posible ver una oportunidad, como lo es aprovechar el trauma colectivo para promover e implementar las reformas necesarias para la operación de capitales privados.

Su estrategia política es la “doctrina del shock”, la que orienta los procesos de reconstrucción implementados como respuesta -en este caso la profunda crisis socioeconómica e institucional- abriendo apetitosas oportunidades de negocios a los promotores del “capitalismo del desastre”. Es posible encontrar respuestas aquí, como también es posible pensar que se trata de una cruel y macabra coincidencia, o simplemente entender que son las características del sistema capitalista en su estadío actual.

En tiempos en que varios de los “países centrales” reconfiguran sus matrices energéticas y productivas, prohibiendo agrotóxicos y apostando a las energías limpias y renovables (a costa de extractivismo en otras regiones del mundo), en estas tierras “de la periferia” se apuesta a las centrales nucleares, al extractivismo, al monocultivo transgénico y los agrotóxicos, reafirmando nuestra condición de primarización económica y dependencia. Dichas políticas tienen continuidad e incluso profundización a lo largo de los últimos gobiernos en sus alternancias de aparente diferencia ideológica, que al menos en el tema que nos convoca no es tal.

Basta para ello, haciendo un rápido paneo de los medios de comunicación, observar los dichos de campaña y las primeras acciones del nuevo Gobierno, que en medio de la “algarabía del cambio”, con sobrados fundamentos en muchos aspectos, avanza sobre los territorios codiciados por los emprendimientos megamineros.

Ya durante la campaña electoral el ahora presidente Alberto Fernández había expresado la necesidad de “educar a la población en los beneficios de la minería”, la respuesta de la UACCH (Unión de Asambleas de Comunitarias de Chubut) fue decirle que hace años que estudiamos el tema, y entregarle el libro que al respecto se elaboró colectivamente en 2018: “Hablemos de Megaminería”.

Ya electo, las designaciones de Juan Cabandié en el Ministerio de Ambiente, sin trayectoria en el tema, y de Alberto Hensel al frente de la Secretaría de Minería de la Nación -quien fuera ministro de minería de San Juan durante los desastres ambientales de derrame de cianuro en la localidad de Jáchal, en el emprendimiento minero de Barrick Gold– no auguran un futuro promisorio para los territorios en conflicto por el asedio de las transnacionales mineras.

El flamante secretario Hensel ha declarado a la prensa que “a la deuda pública hay que pagarla y eso se paga con actividades económicas…entre ellas se incluye la minería.” Los mensajes son para las provincias de Chubut y Mendoza con sus leyes 5001 y 7722 protectoras del ambiente, también para la ley de glaciares por sus “imprecisiones” respecto al ambiente periglaciar, y para un marco de seguridad jurídica para Vaca Muerta –y su fracking- y la explotación de litio en el norte del país. Todos territorios en conflicto por falta de licencia social para la actividad, e incompatibilidad con la coexistencia de comunidades de Pueblos Originarios y sus derechos constitucionales.

La ley de glaciares tantas veces cuestionada, debería ser política de estado en la preservación de los hielos continentales, fuente preciada de agua en el actual contexto de riesgo creciente de ese bien por el calentamiento global.

El pueblo dice

El gobernador de Chubut en recientes declaraciones manifestó que “la provincia está capacitada para desarrollar sus recursos naturales con el debido control que requiere cualquier actividad extractiva”. El pueblo no confía en sus palabras, en una provincia donde tan sólo dos años atrás el fallecido gobernador Das Neves hacía alusión a coimas y sesiones legislativas vergonzosas relacionadas a la presión del lobby minero. Dato de esta realidad fue la interacción de un lobbysta minero que telefónicamente se comunicaba con el diputado Muñiz durante el tratamiento de la Ley por Iniciativa Popular, relacionada a la prohibición de megaminería, iniciativa que había llegado a la legislatura avalada por más de 13.000 firmas ciudadanas. En ese tiempo Arcioni era vice gobernador y se desarrollaba en la oficina contigua al despacho del gobernador la causa más escandalosa de corrupción de la provincia, la causa Embrujo, que desembocó en importantes condenas para los funcionarios involucrados en octubre de este año.

El pueblo de Chubut informado no le cree cuando hay la suficiente cantidad de evidencia de desastres ambientales que alcanzaría para la decisión política de aplicar los principios preventivos, precautorios y de sustentabilidad de la Ley General del Ambiente (N° 25675) de la Nación.

Echar mano a la explotación megaminera para pagar deuda y asistir a las poblaciones más vulnerables implica sacrificar algunos territorios con sus habitantes para que otros vivan mejor, y satisfacer la renta de capitales transnacionales a los que nada les importa nuestra vida. El escenario parecería indicar que somos parte de los territorios y habitantes a sacrificar.

El Artículo 41 de la Constitución nacional dice: “Todos los habitantes gozamos del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo”

También nos asisten los derechos humanos a la SALUD, la VIDA y a vivir en PAZ. Estamos ante la confrontación de dos paradigmas irreconciliables, es la voracidad depredadora de los capitales que arrasan con todo a costa de nuestras propias vidas, o es una forma de organización a la medida de la dignidad humana y en armonía con la naturaleza. Es función de nuestros gobiernos superar el dilema en pos del buen vivir de todxs.

Como PUEBLO aspiramos a ejercer nuestros DERECHOS y OBLIGACIONES.

PARAFRASEANDO A LAS UACCH: “O SE ESTÁ CON EL PUEBLO EN CONTRA DE LAS MINERAS, O SE ESTÁ CON LAS MINERAS EN CONTRA DEL PUEBLO”.

 

Fuente:https://noalamina.org/argentina/chubut/item/43307-el-precio-de-caminar-sobre-lo-que-otros-codician

Chile

Multan a minera Cardenilla por daño ambiental en Valparaiso

Tras constatar una serie de irregularidades, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) multó por más de $5.247 millones de pesos chilenos (aprox. 6,9 millones de dólares) a la Sociedad de Exploración y Desarrollo Minero, a cargo de Mina Cardenilla, ubicada en la comuna de Catemu, en la región de Valparaíso.

 

La proyecto se emplaza dentro del sitio prioritario para la conservación de Cordillera El Melón y su faena se centra en la explotación de cobre sobre cielo abierto, para una producción de 15 mil toneladas mensuales de mineral, durante una vida útil de 7 años.

Sin embargo, cuando se fiscalizó la instalación de la faenas por parte de la SMA, el servicio agrícola y ganadero y Conaf se encontraron serias irregularidades, entre ellas nueve infracciones, incluyendo el cargo de elusión al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, con las cuales se formularon cargos contra la empresa en 2018. Por ocho de ellos se aceptó un Programa de Cumplimiento (PDC).

Frente a la elusión al Sistema de Evaluación Ambiental, se siguió adelante con el proceso de sanción, debido a que realizaban faenas sin tener los permisos pertinentes de la autoridad ambiental.

Según detalló el SMA, entre las obras y acciones que se ejecutaron fuera de lo aprobado, se encuentran las de operar al menos seis meses más del tiempo autorizado y extraer más de 1,4 millón de toneladas brutas de manera ilícita durante dicho periodo; y ampliar la cantera de extracción de mineral en caso 8 hectáreas sobre lo autorizado.

También crearon dos nuevos sectores de extracción mineral (Lumbrera Norte y Lumbrera Sur) con sus respectivos caminos afectado las áreas de vegetación nativa, entre otras materias, según explicó el director de la SMA, Cristóbal de la Maza. De la Maza insistió en que para el país es prioridad el respeto por el medioambiente, de ahí que sean inflexibles a la hora de cursas estas millonarias multas.

Los antecedentes ya fueron derivados al Consejo de Defensa del Estado para que evalúe la necesidad de entablar las acciones judiciales que correspondan.

Tras la notificación de esta sanción, la empresa puede pagar su multa a la Tesorería General de la República, o bien, reclamar de ilegalidad ante el Tribunal Ambiental de Santiago, esto en un plazo de 15 días.

La multa es la más alta cursada por la SMA y la más alta para una única infracción.

 

Fuente:https://noalamina.org/latinoamerica/chile/item/43313-multan-a-minera-cardenilla-por-dano-ambiental-en-valparaiso

Internacional

Declaración Pública Cumbre de los Pueblos

DECLARACIÓN PÚBLICA

Entre el 2 y el 7 de diciembre de 2019, centenares de organizaciones, hombres, mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes, comunidades migrantes, campesinos, campesinas, trabajadores, trabajadoras, jóvenes, niñas y niños provenientes de Chile, América Latina y el mundo hemos sido parte del hito principal de la Cumbre de los Pueblos, en la Universidad de Santiago de Chile.

En medio de una ciudad y un país en estado de rebeldía frente a un sistema neoliberal injusto y depredador, y frente a un Estado violento y abusador, la Universidad pública, cumpliendo a cabalidad su rol, nos ha abierto las puertas para debatir en torno a la crisis planetaria y sus múltiples expresiones sociales y ambientales, nacionales o territoriales, a compartir nuestras luchas, nuestras denuncias y demandas, y a imaginar juntas y juntos otro mundo posible.

Más de 40 actividades en sala -paneles, talleres, cabildos, conversatorios y otros formatos- autogestionadas por las organizaciones participantes, dos espacios permanentes -la Carpa de las Mujeres y la Aldea de la Paz-, actividades artístico-culturales y los paneles y plenarias centrales de la Cumbre de los Pueblos acogieron la activa participación de alrededor de 1500 compañeras y compañeros acreditadxs.

A partir de la fraterna experiencia vivida y compartida durante estos 5 días, las organizaciones de la Cumbre de los Pueblos declaramos lo siguiente:

1. Reiteramos nuestro compromiso con los pueblos de Chile y otros países latinoamericanos que se han levantado contra las injusticias estructurales, la usurpación y privatización de bienes comunes, la precarización social, la violencia estructural contra las mujeres, el racismo sistémico, y la vulneración de derechos del sistema neoliberal; y exigimos justicia en los casos de muertes y violaciones de derechos humanos con que los Estados han respondido ante estas movilizaciones.

2. Respaldamos la demanda de los movimientos sociales y las asambleas territoriales que exigen en Chile una verdadera Asamblea Constituyente, conformada íntegramente por ciudadanos y ciudadanas sin privilegios para los partidos políticos, que considere paridad de género y cupos significativos para pueblos indígenas.

3. No concebimos un proceso constituyente generado según las reglas de un sistema político-electoral que ha sido uno de los pilares del modelo neoliberal chileno, y cuya clase política ha dado una nueva demostración de subordinación a los intereses empresariales, al aprobar en la Cámara de Diputados la llamada ley “anti-saqueo”, que incluye artículos que criminalizan abiertamente la legítima protesta social.

4. Apoyamos las aspiraciones de las organizaciones y comunidades de Chile de instaurar una constitución política dotada de los principios de la plurinacionalidad, el feminismo, y el reconocimiento de los derechos de la naturaleza.

5. En el marco de las negociaciones climáticas en la COP25 de Madrid:

Condenamos la mantención de la presidencia de la COP en manos del Gobierno de Piñera, responsable de asesinatos, torturas, violaciones, mutilaciones, heridas, vejámenes, detenciones arbitrarias y otras violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado.

Rechazamos el impulso de falsas soluciones al cambio climático, que profundizan la crisis y robustecen el modelo que la genera, como los mercados de carbono, la hidroelectricidad y otras energías de base corporativa, los sumideros a base de monocultivos de árboles y agrocombustibles, la energía industrial a partir de biomasa forestal, la incineración, la geoingeniería y la fractura hidráulica o fracking.

Demandamos la toma de medidas efectivas para evitar la captura corporativa de las negociaciones, así como para que las grandes corporaciones y países más contaminantes reduzcan de manera radical sus emisiones de gases de efecto invernadero y paguen por los daños y perjuicios causados, fundamentalmente en los territorios más vulnerables.

Llamamos a dar mayor visibilidad a la migración climática y promover políticas migratorias con enfoque de derechos humanos.

Llamamos a impulsar de manera efectiva la transición justa y las soluciones verdaderamente sustentables, fuera de los mercados y el extractivismo, basadas en la soberanía territorial, en las prácticas, culturas y economías locales, en condiciones de trabajo y vida dignas, así como en el intercambio solidario entre pueblos y comunidades.

6. Rechazamos el impulso del extractivismo por parte de los gobiernos y organismos internacionales, en colusión con el poder corporativo, que concibe todos los territorios como potenciales zonas de sacrificio, y avanza destruyendo ecosistemas, desplazando comunidades o afectando sus estilos de vida y economías locales; incluyendo el fomento y el subsidio a la minería metálica o no metálica, las plantaciones forestales, la agroindustria y la ganadería convencional, la que carga también con una gran dosis de crueldad hacia los animales.

7. Reivindicamos y hacemos nuestras las demandas de pueblos indígenas y afro-descendientes, especialmente por la desmilitarización de sus territorios -en particular del Wallmapu-, la devolución de sus tierras ancestrales y el ejercicio pleno de sus derechos políticos, sociales y culturales.

8. Citando a la declaración de la Carpa de las Mujeres, “reivindicamos la economía feminista como una estrategia de resistencia y transformación para la vida de las mujeres y sus comunidades, como una forma de reconocer y valorizar los saberes, el trabajo doméstico y de cuidados que sustentan la vida y que, en este sistema capitalista, recae en las mujeres.”

9. Celebramos la fortaleza y participación activa de jóvenes, niñas y niños en los espacios de la Cumbre y reconocemos el rol protagónico que han asumido en denunciar la crisis y en promover cambios estructurales.

10. Demandamos la desprivatización del agua en Chile, la protección efectiva e integral de los glaciares, la recuperación de tierras para los y las campesinas y el impulso en los territorios y en las políticas públicas de modelos agroecológicos, libres de transgénicos y pesticidas químicos, basados en la soberanía alimentaria y en la recuperación e intercambio de productos y semillas, así como priorizando la conservación, regeneración y restauración ecosistémica.

11. Demandamos políticas y promovemos iniciativas comunitarias orientadas a generar ciudades más justas y amables, armonizando la relación ciudad-campo, desprivatizando los servicios básicos, impulsando una planificación territorial ampliamente participativa, implementando modelos de basura cero y sistemas de movilidad urbana sustentable.

12. Demandamos la transformación radical de los modelos energéticos, con criterios de soberanía, suficiencia y solidaridad, mediante sistemas de generación distribuida basados en fuentes limpias y diversas de base comunitaria.

13. Rechazamos la firma de tratados de libre comercio e inversión que benefician a las corporaciones, vulneran derechos sociales y atentan contra las economías locales y la soberanía alimentaria. Demandamos el retiro definitivo del TPP11 del parlamento.

14. Llamamos a construir movimientos y articulaciones latinoamericanas e internacionales, integrando organizaciones de justicia ecológica y climática, feministas, pueblos indígenas y afrodescendientes, migrantes, campesinos trabajadores, jóvenes, niños y niñas, para detener el modelo privatizador de bienes comunes y levantar paradigmas alternativos como el buen vivir y otras que surgen desde las cosmovisiones de los pueblos.

15. Finalmente, citando la declaración de la Aldea de la Paz, “nos invitamos a la cocreación colectiva de una forma de relacionarnos con la naturaleza y también de una forma consciente y amorosa de relacionarnos entre nosotros mismos. (…) Entendimos la necesidad de incorporar los derechos de la naturaleza y de todos los seres vivos que sustentan el tejido planetario, como constituyentes de nuestras vidas y de las leyes de los pueblos.”

CUMBRE DE LOS PUEBLOS 2019

Santiago, 7 de diciembre de 2019

“SALVEMOS LA TIERRA, CAMBIEMOS EL SISTEMA”

 

Fuente:http://www.radiotemblor.org/?p=16419&fbclid=IwAR1Cr6943xVvH6AyZ6UpGEtKxkJFma0ebiVmrtzdWSOOEG2pnoq0bDjPI7Q

Internacional

Explotación infantil por el cobalto, en el Congo

Los cinco gigantes tecnológicos del mundo —Apple, Alphabet (propietaria de Google), Dell, Microsoft y Tesla— fueron demandados por presuntamente haber sacado provecho del uso del trabajo de menores en minas de la República Democrática del Congo, informó este 15 de diciembre un comunicado de International Rights Advocates.

 

Según la demanda, las empresas «ayudaron e instigaron el uso cruel y brutal de niños pequeños» en las minas de aquel país para extraer cobalto, «el componente clave de todas las baterías de ion de litio recargables usadas en dispositivos electrónicos que estas compañías producen».

La querella fue presentada por International Rights Advocates en representación de 14 familiares de menores que fallecieron o resultaron gravemente heridos en el trabajo en minas, así como de otros niños.

El documento detalló que los infantes trabajaban en minas que pertenecían a la firma Glencore.

Esta empresa vendía el cobalto extraído a la compañía Umicore, que, por su parte, lo suministraba a los mencionados gigantes de las tecnologías. Al mismo tiempo, un menor afectado señaló que trabajaba en una mina de la empresa Congo Dongfang Mining, que es una subsidiaria de la compañía china Zhejiang Huayou Cobalt.

«En vez de dar un paso adelante para ayudar a estos menores con una porción insignificante de su riqueza y vasto poder, estas compañías no hacen otra cosa que beneficiarse del cobalto barato extraído por niños a los que robaron su niñez, su salud y, para demasiados, sus vidas», reza la publicación de International Rights Advocates.

En respuesta, desde Glencore precisaron en un comentario para The Guardian que «no toleran ninguna forma de trabajo infantil, forzado u obligatorio».

La República Democrática del Congo es uno de los países más ricos en recursos naturales como uranio, cobalto, diamantes, coltán y oro. Más de la mitad de todo el cobalto del mundo se extrae en este país africano.

El cobalto es el componente fundamental de las baterías de ion de litio, que son las encargadas de alimentar los teléfonos móviles, coches eléctricos, computadoras portátiles y otros dispositivos modernos de los que se benefician millones de personas en todo el mundo.

A principios del 2016, el informe ‘This Is What We Die For’ (‘Es por esto que morimos’), de la ONG Amnistía Internacional y la organización Afterwatch, concluyó que tanto adultos como menores, algunos de ellos de tan solo siete años, trabajan en condiciones deplorables en áreas mineras artesanales de la República Democrática del Congo.

Los menores entrevistados dijeron que trabajaban hasta 12 horas al día en la mina, llevando pesadas cargas, para ganar entre uno y dos dólares diarios.

En el informe se denunciaba también que Apple, Sony y Samsung, líderes de la industria electrónica, probablemente utilizan piezas fabricadas mediante el uso de trabajo infantil.

 

Fuente:https://noalamina.org/mundo/africa/item/43316-explotacion-infantil-por-el-cobalto-en-el-congo

Argentina

10 falacias del discurso prominero en Chubut

Transcribimos a continuación el artículo que Sebastián Sayago escribe para El extremo sur en el día de hoy.

 

Sabemos que desde hace años diferentes sectores intentan habilitar la minería a cielo abierto a gran escala o, más sencillamente, la megaminería. Esta actividad extractiva se caracteriza, entre otras cosas, por el uso continuo de grandes cantidades de explosivos, el consumo de millones de litros de agua diarios y también por el uso de elementos contaminantes.

Estos sectores promineros constituyen un lobby. Puntualmente, un grupo heterogéneo conformado por empresarios, funcionarios del gobierno, dirigentes sindicales afines, periodistas y personajes grises que se especializan en hacer de puente entre los empresarios y la clase política.

La unidad de este grupo radica, por supuesto, en la comunión de intereses. La megaminería le llenaría el bolsillo a todos ellos.

Este lobby sabe que la megaminería es una modalidad más del capitalismo extractivista y que generaría un saqueo sin precedentes en la provincia. Claro que no lo reconocen públicamente. Al contrario, con el fin de legitimar el negociado, desarrollan un discurso simplificador y falaz, reproducido una y otra vez por sus diferentes portavoces: cámaras mineras, funcionarios, intendentes y jefes comunales, diarios y portales de noticias.

Asumen que, por repetida, una mentira puede ser tomada como verdad o algo parecido.

Enumeraré diez falacias del discurso prominero. Seguramente, las y los lectores podrán reconocerlas en las declaraciones de prensa y en las noticias promovidas por el lobby.

1. «LA MEGAMINERÍA ES LA SOLUCIÓN A LA CRISIS PROVINCIAL»

Una manera de convencer a la ciudadanía acerca de las múltiples bondades de esta actividad es afirmar que el pago de regalías permitiría equilibrar las cuentas provinciales, que se encuentran en claro déficit.

Sin embargo, por ley nacional, las regalías tienen un tope del 3%. Pan American Silver, por el Proyecto Navidad (uno de los yacimientos de plata más grandes del mundo todavía sin explotar), pagaría por mes al Estado apenas 45 millones de pesos, lo que equivale apenas al 1,6% de la masa salarial de la provincia. Es decir, casi nada.

Hay que tener en cuenta, además, que las empresas mineras cuentan con muchísimos subsidios y ventajas impositivas, por lo que prácticamente no dejarían un peso.

Para terminar de dimensionar el aporte de la megaminería, pensemos que, en este momento, la deuda de la provincia es de 1.000 millones de dólares (es decir, 60 mil millones de pesos).

Ver artículo publicado en El Extremo Sur: www.elextremosur.com/nota/22363

2. «LA MEGAMINERÍA ES UNA GRAN FUENTE DE TRABAJO»

El lobby minero asegura que la actividad genera muchos puestos laborales y podría resolver el flagelo del desempleo que desde hace años afecta a la provincia, sobre todo en la Meseta y en el Valle.

Sin embargo, como ya está probado y debidamente documentado, la mayor ocupación se da solamente durante la etapa de instalación de los yacimientos. Una vez que estos ya están organizados estructuralmente, requieren muy poca mano de obra, por lo que tampoco es una solución real en este aspecto.

Según la CEPAL, en la región el empleo directo oscila entre 0,5 y 1 por cada millón de dólares de inversión, en la fase de exploración. Teniendo en cuenta que Pan American Silver prometió realizar una inversión de 1.000 millones de dólares, el máximo de empleos directos apenas llegaría a 1.000.

Para tener una referencia que permita hacer una estimación, actualmente, la cantidad de desocupados y subocupados en Chubut ronda las 20 mil personas.

Veamos un ejemplo. En 1993, La Alumbrera prometió crear 10 mil puestos de trabajo directos, pero en realidad no superó los 1.500. Entre 2003 y 2014, en Catamarca, el porcentaje de empleo en el rubro de minería y petróleo fue del 5,4%, detrás de los rubros 1) servicios, 2) comercio, 3) construcción y 4) agricultura, ganadería y pesca. Es decir, muy poco para una actividad que entraña tanto peligro, para el ambiente y para el propio empleado (la Organización Internacional del Trabajo la considera una actividad de alto riesgo).

Consideremos, además, que la megaminería actúa como un imán. Concentra subsidios y el desarrollo de comercio asociado (pymes, restaurantes, multirrubros, whiskerías, casinos) e inhibe y obstaculiza el desarrollo de emprendimientos vinculados con otras actividades productivas (ganadería y agricultura, por ejemplo). Es decir, hay empleos reales y oportunidades a futuro que se pierden.

3. «LA MEGAMINERÍA SUPONE LA DIVERSIFICACIÓN DE LA MATRIZ PRODUCTIVA»

El lobby minero asegura que la megaminería permitirá diversificar la matriz productiva, ya que la extracción de sustancias metalíferas sería una novedad para la provincia. Sin embargo, desde una perspectiva más amplia, supone la profundización del histórico modelo extractivista. Con la salvedad de que el negocio para el Estado y el pueblo chubutense es mucho peor que el del petróleo: aporta menos empleo, menos regalías y más contaminación.

El verdadero desafío de la diversificación productiva consiste en fomentar alternativas que salgan del extractivismo: 1) ganadería, agricultura y pesca, 2) turismo, 3) cooperativas comunitarias, 4) industrias limpias (o con tecnología no contaminante) e industrias con bajo impacto ambiental.

Cambiar el modelo económico supone también salir del cortoplacismo extractivista, tan adictivo para las gestiones políticas que planifican sus logros a un plazo de tres o cuatro años.

El territorio ocupado por la megaminería resulta literalmente arrasado y la contaminación por aire y por agua impide el desarrollo de alternativas productivas sustentables. Por lo tanto, en vez de ser un paso hacia la diversificación es un paso hacia la profundización de la matriz extractivista y exportadora.

Chubut es la provincia con mayor ingreso por regalías petroleras del país y está fundida. El problema reside principalmente en la administración del Estado. Si continúan en el gobierno gestiones como los que tuvimos y tenemos, por más plata que genere la producción económica de todos modos seguiremos endeudados y en crisis. No solo no planifican adecuadamente a largo plazo (mediante una verdadera ampliación de la matriz productiva), sino que además malgastan el rédito del extractivismo cortoplacista.

4. «LA MEGAMINERÍA ES SEGURA, NO CONTAMINA»

El lobby minero intenta instalar la idea de que es posible una minería segura, pese a que hay que usar toneladas de explosivos diarios y sustancias altamente tóxicas (cianuro, mercurio, ácido sulfúrico) y producir diques en los que se almacenan residuos contaminantes.

Juran que no habrá derrames y que el viento patagónico no transportará por el aire el denominado «polvillo tóxico» (arsénico, cadmio, plomo, mercurio, uranio, cesio), compuesto por partículas venenosas, algunas de ellas radioactivas.

El lobby dice también que, si la gente tiene dudas, el Estado puede realizar rigurosos controles. Lo repite, incluso, teniendo la certeza de que el Estado provincial es totalmente ineficiente y de que está en manos de gestiones fáciles de corromper. Las empresas mineras tienen ganancias anuales de miles de millones de dólares y la provincia está quebrada y atravesada por múltiples denuncias de corrupción de muchos de sus funcionarios.

Mientras algunos hablan de adoptar el «exitoso» modelo sanjuanino, conviene recordar que el año pasado la Justicia Penal de esa provincia condenó a funcionarios de la Secretaría de Ambiente y Minería de la Nación y de San Juan por incumplimientos, falta de control y otras irregularidades al encubrir el envenenamiento del agua por derrame de cianuro, ocasionado por Barrick Gold en la mina Veladero. El daño había afectado a varios ríos hasta llegar al Jachal, con desembocadura en Mendoza y San Luis.

Esta falacia se ve respaldada por el cliché de la «contaminación constitutiva»: En la región petrolera siempre sufrimos la contaminación de la industria hidrocarburífera, y sin embargo así progresamos, nos desarrollamos y generamos riquezas que benefician a otras regiones. ¿Por qué oponerse a que otros se contaminen también, si eso resulta beneficioso para la gente?

Demás está decir que ese cliché contiene varios desaciertos. La megaminería provoca una contaminación mucho más nociva que la actividad petrolera convencional y genera muchísima menos ganancias para el Estado que ésta. Por último, la solución no debería apuntar a insistir con la contaminación. «Mal de muchos, consuelo de tontos».

5. «QUIENES PROMUEVEN LA MEGAMINERÍA QUIEREN UNA DISCUSIÓN RACIONAL»

A través de sus diferentes portavoces, el lobby minero dice públicamente que aspira a un debate racional, reflexivo, maduro y democrático en torno a la posibilidad de habilitar la megaminería.

Sin embargo, hace todo lo posible para que eso no sea así. En primer lugar, actúa directamente sobre los funcionarios de turno; los visita en sus oficinas o los invita a lujosos eventos o a visitas a grandes empresas, con los gastos pagos. Es decir, en esta comunicación, puentea a los ciudadanos de a pie.

En segundo lugar, estigmatiza a quienes se oponen, tratándolos de «dogmáticos», «prejuiciosos» e «ignorantes».

En tercer lugar, evita discutir con las organizaciones sociales y las instituciones científicas y académicas que, con razón fundada, han manifestado su rechazo a la actividad.

Si leemos la prensa amiga del lobby, comprobamos que la gran mayoría de las noticias y de las declaraciones reproducidas corresponden a personajes alineados con el negocio minero. No hay pluralidad de opiniones, no hay debate democrático: hay monólogo.

Si focalizamos la atención en las operaciones en la Legislatura, vemos que en repetidas ocasiones se ha intentado aprobar el nefasto Proyecto de Zonificación Minera sin tener en cuenta la opinión de los pueblos originarios de la Meseta ni la de expertos en ambiente, economía y cultura que advierten sobre los peligros que conlleva. Solo se menciona la opinión de los especialistas que son empleados directos o indirectos de las empresas mineras (es decir, de la parte interesada).

No hay discusión racional porque para que esta sea posible debe haber actores dispuestos a comprender al otro, a respetar su identidad y su modo de vida.

Ocurre que el lobby minero no quiere entender ni respetar a nadie: lo único que quiere es emprender cuanto antes la producción para obtener de la manera más rápida y económica su ganancia. No puede respetar el modo de vida de los pobladores originarios porque sus intereses son opuestos. El lobby necesita que ellos no estén más ahí, que desaparezcan, salvo que acepten convertirse en mano de obra barata.

6. «QUIENES PROMUEVEN LA MEGAMINERÍA SON PACÍFICOS Y SINCEROS»

El lobby minero presenta a sus instituciones y representantes «oficiales» como «pacíficos y sinceros». Afirma que la violencia y las mentiras están del otro lado, de los que se manifiestan en las calles, en la Legislatura, los que organizan marchas y otras actividades públicas.

Sin embargo, no fueron pocas las veces en que vecinos y vecinas ambientalistas que se manifestaban en paz, fueron atacados por patotas gremiales que defendían los intereses mineros. También fueron reprimidos por fuerzas policiales en la Legislatura el jueves de la semana pasada. Y no solo eso: hubo detenidos que sufrieron torturas, con modalidades inadmisibles en democracia.

En Internet hay publicados videos de todo el mundo que prueban el tipo de violencia a la que pueden llegar «los brazos armados» del lobby minero.

«Violencia es mentir», reza una vieja canción de los Redondos. Si es así, los profetas de la minería hacen de la violencia un culto. Por ejemplo, el año pasado, realizaron convocatorias para recolectar CV en Trelew, Madryn y varios pueblos de la Meseta con la promesa de que todos los interesados iban a ser tomados en cuenta cuando se iniciara la explotación minera.

Esa fue una actividad fraudulenta porque hasta el día de hoy la megaminería está prohibida. Lo hicieron en un contexto de alta desocupación, sabiendo que muchas de esas personas, que llegaron desesperadas, no iban a poder trabajar en la industria; aun si llegara a habilitarse.

7. «LA MEGAMINERÍA EN CHUBUT ESTARÍA ACOTADA A UN TERRITORIO BIEN DELIMITADO»

El lobby minero insiste con la idea de que la megaminería es la solución para la Meseta, una región que fue sistemáticamente relegada por las diferentes administraciones del Estado provincial.

Continuamente envía a intendentes y jefes comunales a pedir la aprobación de la zonificación minera en nombre de «la Meseta». Una de las falacias es que el proyecto de zonificación pretende habilitar la megaminería en el 64% del territorio de Chubut, es decir, en la mayor parte. No es la Meseta, es la provincia entera.

El alcance territorial sería mayor, porque el río Chubut atraviesa toda la región, desde la Cordillera hasta la zona de Rawson, y su cauce no se detiene por un límite trazado en un mapa. Además de la contaminación de los acuíferos, los fuertes vientos patagónicos extenderán la contaminación aérea al resto de la provincia y más allá.

Por esta razón es que los estudios de impacto ambiental que han elaborado las organizaciones ecologistas y las instituciones científicas son invisibilizados por el lobby minero, que tiene como principal argumento la creación de fuentes laborales. No dice cuánto ganarían las empresas ni hasta dónde llegaría la contaminación. Y la prensa prominera, por supuesto, no pregunta.

8. «LA MEGAMINERÍA ES UNA ACTIVIDAD SUSTENTABLE»

La frase «minería sustentable» es un oxímoron, una contradicción en sí misma. Sobre todo si la minería dinamita el suelo, utiliza millones de litros de agua por día, usa sustancias tóxicas (como el cianuro) y tiene que almacenar «de alguna manera» los enormes desechos que genera. Una actividad predatoria y contaminante no es sustentable.

Se sabe que la etapa de «cierre de mina» es particularmente conflictiva porque las empresas dejan los residuos en un lugar que queda devastado y desaparecen rápidamente, con las arcas repletas, en busca de otro destino donde continuar el saqueo.

Las actividades verdaderamente sustentables son aquellas que no consumen recursos naturales y que no agreden el medio ambiente. Justamente, aquellas que la megaminería impediría que se desarrollen en el territorio ocupado.

Cuando escuchemos que, para convencernos, repiten la frase «minería sustentable», entendamos que nos quieren tomar por estúpidos.

9. «LA MEGAMINERÍA ESTÁ APOYADA POR LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN»

Es falso que la megaminería cuente con el apoyo de la mayoría de la población y también que quienes se oponen sean una minoría.

Si fuera cierto que hay una mayoría prominera los candidatos de los partidos mayoritarios llevarían la consigna de la megaminería en sus campañas y lo cierto es que nunca lo han hecho. Al contrario, todas sus plataformas electorales evitaron mencionar este tema específico porque temen perder el apoyo de sus votantes. Si quienes se oponen a la megaminería fueran una minoría, como afirma la prensa prominera, los políticos no tendrían nada que temer.

Al no levantar la bandera de la megaminería en sus campañas, la ciudadanía tiene todo el derecho de exigirles que no la habiliten. Es un tema muy conflictivo y de gran relevancia social. Si quisieran innovar deberían anticiparlo debidamente, para que la gente decida respaldarlos con su voto o no.

Cuando Mariano Arcioni estaba en campaña, dijo que este tema no estaba en la agenda, que no era momento de hablar de eso. Lo mismo había dicho en su momento Martín Buzzi, aunque luego, como quien clava un puñal por la espalda, pretendió aprobar un marco regulatorio para la actividad. Posteriormente, en la bochornosa sesión de la Legislatura de noviembre de 2014 (foto del diputado Gustavo Muñiz mediante), promovió una ley que apuntaba a derogar la prohibición que pesa contra la megaminería.

Carlos Linares, el principal candidato opositor a la gobernación, fue más allá y cambió radicalmente su discurso: dijo que él nunca había estado a favor de la megaminería.

Ningún político que quiera obtener el respaldo de la mayoría de la población en Chubut se ha manifestado o se manifiesta prominero.

10. «LA MEGAMINERÍA ES INEVITABLE»

Finalmente, como si pudiera ver con precisión el futuro, el lobby minero predice que la megaminería es inevitable, que es algo indetenible. Como la muerte.

Habitamos un territorio rico en minerales y esa situación nos condena, así como el oro y la plata condenaron a los pueblos originarios en tiempos de «la conquista». Dicen que nuestro destino está escrito en esa sustancia metalífera que duerme en la tierra, a la espera de que vengan ellos y la saquen a la luz.

Nos niegan el derecho de soñar con energías limpias, con el uso de los ríos y los acuíferos para la agricultura, la ganadería, la pesca, el turismo.

Según ese lobby no podemos aspirar a desarrollar actividades sustentables, a disfrutar de la naturaleza, de ese bien común. Debemos limitarnos a aplaudir, mientras nos saquean y contaminan; o bajar la cabeza, resignados, traicionados por el gobierno que finalmente consiga vendernos.

Pero la Historia también es otra cosa. No es solo derrota, saqueos y vergüenza. Los pueblos también pueden tomar la decisión de proteger su dignidad y construir enormes arcos de solidaridad para defender lo que es de todos y para proyectarse hacia un futuro mejor, hacia una sociedad más justa y racional.

Desde 2003, año en que el 82% de los votantes de Esquel dijo «No a la mina», Chubut le está demostrando al lobby que el futuro puede ser distinto, que puede ser mejor, que en ningún lado hay escrito un destino de saqueo y sacrificio.

Ojalá los gobernantes valoraran esta actitud y ayudaran a la construcción de ese otro mundo.

LA INFORMACIÓN ES PODER

Para finalizar, comparto dos libros que tratan con mucho rigor el riesgo y las mentiras asociadas a la megaminería:

Hablemos de megaminería, manual de educación y difusión elaborado por la Unión de Asambleas de Comunidades Chubutenses (UACCH): https://noalamina.org/hablemos-de-megamineria

15 mitos y realidades de la minería transnacional en Argentina, guía para desmontar el imaginario prominero elaborada por el Colectivo Voces de Alerta: https://herramienta.com.ar/sites/default/files/15_mitos_y_realidades_de_la_mineria.pdf

Leamos, compartamos la información, analicemos, discutamos, apoyemos a quienes están luchando por el bien de todos. Participemos.

Sebastián Sayago es Docente e investigador en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

 

Fuente:https://noalamina.org/argentina/item/43301-10-falacias-del-discurso-prominero-en-chubut?fbclid=IwAR3k9GsUjz6T0pjcVzdLH2FaiKNWgMUyP8HaHHiFuNXMXV4Um_3FA6jLWuE

Mexico

Ley Minera… permiso para el despojo

En cualquier país del mundo aspiramos a tener marcos regulatorios, leyes, normas, etc., que sean prominentes generadoras de mejores condiciones de calidad de vida en su sentido amplio, pero sucede que, en el caso de los bienes naturales; la conservación, la protección, la restauración y el buen manejo y aprovechamiento de los mismos, desde hace décadas son parte del lenguaje jurídico, de derechos y de un rebasado discurso de desarrollo sustentable, que ha sido avasallado por la imposición global de una política decidida para sí misma hacia la mercantilización de la naturaleza.

Actualmente las consecuencias y agravantes que todos vivimos y que han empeorado de manera acelerada durante los últimos 50 años, no hay duda alguna que se deben a causa de la ponderación del enfoque neoliberal, la tecnología de “vanguardia” acompañada por ciencia, científicos y tecnócratas de corte comercial, y la homogeneización del consumo que a nivel planetario se dinamiza literalmente desde la leche que consumimos proveniente de sistemas de producción depredadores de los bienes naturales, los cuales, además de crear dependencia económica y suplantar sistemas productivos y de gobernanza locales, durante los procesos de competencia comercial crean despojo y desplazamiento forzado de la población.

Así es como actualmente nos encontramos al inicio de la 4T, y así se encuentra el resto de las naciones de Latinoamérica y del mundo, quienes prácticamente al mismo tiempo transitamos por cambios constitucionales y reformas estructurales que en su conjunto retrocedieron y desregularizaron leyes y reglamentos abonando a la degradación de los derechos colectivos, el abandono del estado en sus funciones sociales, incrementando las asimetrías durante las relaciones de competencia y la productividad basada en el enfoque comercial, apostando a la descampesinización y en consecuencia al abandono del campo que no sólo se relaciona con la pérdida de soberanía alimentaria, sino también al abandono de estructuras sociales y debilitar las resistencias contra el embate de las empresas que desean bienes naturales relacionados con la acumulación por despojo, lo que a su vez generó la aglomeración poblacional en zonas urbanas para convertirlos en centros de consumo masivos y homogeneizados creando una alta dependencia de servicios privados.

Esta política tiene décadas que se elabora y se instrumenta desde las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) encabezadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por mencionar los más comunes, quienes envían a sus órganos operadores que deben paliar el proceso de despojo utilizando marcos regulatorios amigables, menos violentos, de buen comportamiento, pero que al final funcionan como administradores del despojo, al mismo tiempo que regulan los conflictos, tal como sucede con organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras instancias que proponen y disponen marcos normativos algunos audaces, otros deprimentes, pero cualquiera que sea tendrá muy pocas posibilidades de aplicación en su sentido amplio, porque un marco justo en el modelo actual de consumo es contradictorio con el mejoramiento de la calidad de vida.

Luego interviene cada país quienes, de acuerdo a las mal llamadas riquezas naturales que tenga disponibles para el mercado, ajustará el marco normativo que facilite el saqueo en su sentido más amplio o lo matice y lo vuelva adecuado y sustentable si todavía las resistencias y las rebeldías comunitarias no se encuentran totalmente domesticadas al proyecto del consumismo global, que en una simple frase significa invitarlos, por ejemplo, a través de las consultas, a cambiar la calidad de vida (agua limpia, aire limpio, comida sana, buena salud y convivencia comunitaria) por dinero, empleo y aspiraciones materiales que el modelo global pone como bocadillos para la población, a partir de un fuerte despliegue publicitario, de medios y con reglas comerciales que nos atrapan en lo cotidiano.

Por supuesto que esta condición crea paradigmas y confrontaciones y ahí aparecen grupos organizados, sociedad civil, académicos sueltos, pero también desde sus instituciones y agrupaciones, toman la bandera por los derechos humanos y se plantean apoyar y defender a los pueblos, a la naturaleza y otros temas que el propio sistema va degradando, pero que, desde una posición piensan que el despojo del modelo extractivo sí puede resolverse con leyes más fuertes y robustas, más justas, más igualitarias, más horizontales, más participativas, más democráticas.

Todo lo anterior viene pasando desde hace varios años en toda la región de Latinoamérica. En cada país, sino al mismo tiempo, sí en términos geopolíticos en la misma fase del neoliberalismo se han abierto y cerrado coyunturas para la participación social en marcos normativos, desde la regulación de consultas, hasta leyes verdes para temas significativos, como el agua, los minerales, la biodiversidad, hidrocarburos, los bosques y selvas, las energías verdes, etc. Los resultados están a la vista en el contexto latinoamericano y cada caso ha derivado en la administración de conflictos que se dirimen en tribunales, mientras el planeta continúa incrementando su temperatura, las tierras mueren paulatinamente por el enfoque de los agrotóxicos para los agronegocios, el agua se agota y se contamina, la gente se enferma de manera irreversible por habitar en amplias regiones contaminadas por tóxicos que llegan a la gente por contacto, ingesta e inhalación, la desigualdad crece y las comunidades se dividen más y más, quedando a la deriva y con la esperanza de que sea la justicia de la ley que finalmente dirima su destino.

La desregulación es un hecho, el cambio climático y sus consecuencia una realidad, el despojo y el desplazamiento forzado una expresión creciente que pronto también empezará a administrase de forma política, aunque muy pronto, como ya sucede en otros lados, sólo se podrá contener con represión mandatada desde los estados y, en esa vorágine, por supuesto el mismo sistema busca más y más fórmulas para legitimar el despojo, tal como sucede, con el paquete de consultas que de manera vergonzosa el INPI y el indigenista Adelfo Regino, opera de forma rampante, en los estados donde se proyecta el Tren Maya, por cierto uno de los proyectos más neoliberales de la 4T, aunque aun hay otro más neoliberal, conocido como Corredor Transístmico, un proyecto que desde hace muchos años AMLO trae en su cabeza.

Entender de facto ese contexto para quienes integramos REMA, nos sirve para evitar enredarnos en lo que legitima el modelo neoliberal, y por ello preferimos dedicar nuestros esfuerzos a cuidar y defender la continuidad de tener agua limpia, aire limpio, comida sana, buena salud y convivencia comunitaria y por ello, no entendemos por qué otros defensores del territorio, continúan aspirando a la incidencia política, cuando son acompañantes de procesos en donde el despojo se ha hecho presente.

Querer garantizar estándares internacionales que han sido construidos desde la estructura vertical del sistema económico que no está dispuesto a cambiar el modelo de producción y consumo, para nosotros es un contrasentido, y sólo debemos abrir un poco los ojos para darnos cuenta que, incluso reconocidos y distinguidos investigadores que hoy ocupan cargos en la 4T ya tienen en el discurso que, “gracias” a que México tiene Litio, podemos ser potencia mundial y que contribuiremos a la transición de un nuevo modelo energético, en el cual venderemos energía solar, etc., poniendo en duda y en evidencia parte de las promesas y de los discursos de la 4T, la cual al parecer, parece terminará por entregar nuevas concesiones a mineras como ya se mira en el horizonte de la explotación de Litio.

El modelo energético del mundo entero no es sustentable, ni verde, ni justo, ni responsable socialmente, ni soporta tampoco la aplicación de los más altos estándares internacionales, porque en si mismo es un modelo que atenta contra la vida en su sentido amplio, peor aun si se trata del modelo extractivo minero, el más rapaz de todas las actividades extractivas, a tal grado que si la clase gobernante de este país realmente tuviera una buena intención de mejorar la ley minera o hacer una nueva minera, esta debería tener un sólo artículo: La minería debe estar prohibida en México.

Sin contexto y realidad, de verdad no entendemos como grupos legislativos, Ong´s y académicos pretenden caminar una vez más, porque tampoco están transitando en un tema inédito, a seguir impulsando marcos normativos relacionados a la Ley Minera en México, que en sí misma es una actividad violatoria de derechos humanos, agrarios y ambientales que deja a las comunidades en desamparo prácticamente sin opciones para defenderse de estos proyectos.

Hace unos días, en el marco de la conferencia Megaminería en México: escenarios y consecuencias, impulsada por Morena, diputadas del partido sostuvieron que “es necesaria una legislación justa y respetuosa de las comunidades y el medio ambiente” y apuestan a incorporar la consulta como un mecanismo que la legitime, sin siquiera observar o detenerse a dirimir las barbaridades y vergüenzas que el INPI y Fonatur actualmente implementan en las comunidades de la península maya. Para los no legisladores que actúan en esa misma dirección, creer que la tribuna es una expresión de democracia, participación, igualdad, equidad e incidencia, sin siquiera detenerse a observar por qué el senador Monreal detuvo algo más simple y necesario como la regulación del Outsourcing que daña tanto los derechos laborales de millones de trabajadores, nos parece un sinsentido, pero además consideramos que en el fondo reta, confunde y golpetea la as diversas expresiones para la defensa del territorio que hay en contra de los megaproyectos, en donde la prohibición minera es un proceso que ha y está costando vidas, nos parece aun más grave no se considere en su análisis. De verdad hacernos creer que desde la ley se puede regular “adecuadamente” el saqueo, el despojo, los daños irremediables y las muertes de personas entre otras barbaridades, nos parece totalmente desproporcionado, y peor aun de soñador, es creer que el estado, este gobierno o el que siga, van reconocer los daños y a atender a la población y el medio ambiente.

La minería es una amenaza para las comunidades porque atenta contra las formas de organización política y social, elimina sus referentes socio-culturales, mercadea por falsas promesas la permanencia de las actividades para la subsistencia económica, con lo cual evaporiza la autonomía alimentaria, lo que en consecuencia destierra la existencia de factores subjetivos, emocionales y afectivos, que son un pilar en la afectividad y comunalidad y solidaridad de los pueblos. Es una burla y un despropósito hablar de “beneficios” en un contexto de muerte, enfermedad, desplazamiento forzado y con impactos ambientales irreversibles que ponen en riesgo la vida de todo lo viviente. Peor aún es reducir, a la retórica de las consultas, lo que se considera “justo” para imponer y legitimar la destrucción de la vida de las comunidades. En ese contexto, no tenemos duda alguna; hay un gran desconocimiento de quienes legislan sobre la temática.

Hacer leyes siendo ignorante de diversas temáticas, como en este caso la minería, debería estar prohibido en México, esa si sería una buena ley para el país, porque entonces si aspiraríamos a levantar un país con sujetos políticos que construimos en colectivo nuestro futuro, porque mientras ello no suceda, todo lo que se legisle seguirá teniendo como eje una visión colonialista y neoliberal; de arriba para abajo, de las clase medias, altas y empoderadas para luego preguntarles, a las clases bajas y desposeídas si están de acuerdo en continuar con el despojo de su vida. No hay que mirar muy lejos para corroborar lo anterior, basta observar como la 4T sigue aplicando una política indigenista que tributa bajo el tradicional mecanismo del subsidio y aprovechando esos procesos de coacción para crear la misma situación que ya estaba arraigada desde hace años. La sumisión.

Mientras este modelo económico persista, nunca habrá condiciones ni de equidad, ni de igualdad, por lo tanto, en consecuencia, las asimetrías seguirán incrementándose. Nuestra estancia en comunidades que conviven con empresas mineras, nos permite tener contundencia en nuestros argumentos y con gusto lo compartimos con quienes quieran mirar desde adentro esa experiencia, para ver si esa vivencia les ayuda a reflexionar con mayor seriedad sobre la temática. Necesitamos leyes y marcos que terminen con la impunidad que protejan a los pueblos y no leyes que legitimen el despojo con el clásico lenguaje que se impone desde las multinacionales o la ONU.

De verdad invitamos a aquellas y aquellos diputadas/os, funcionarios, organizaciones y académicas/os que pretenden impulsar la Ley Minera, para que pasen uno o dos días con nosotros en proyectos mineros, por ejemplo en Guerrero o en San Luis Potosí o en Zacatecas, y ahí, en el mismísimo infierno, tengamos un análisis y reflexión seria, profunda, con datos concretos, científicos pero también con datos construidos desde la epistemología social y entonces, ahí mismo debatir si hay que mejorar el despojo minero. Reflexionar desde la curul, el salón, el confort, sin saber ni entender cada uno de los vericuetos del modelo extractivo minero y sólo pensar que las normas, los estándares o lo que manda el Banco Mundial o la ONU es la ruta o lo que dictaminan los derechos humanos, es para nosotros legitimar el despojo. Esto ya ha sucedido en muchos países y acá pareciera que de nuevo estamos descubriendo el agua tibia.

Desde la Red Mexicana de Afectadas/os por la Minería hacemos expreso nuestro desacuerdo en seguir apostándole a mecanismos de simulación y a procesos de consulta que legitiman el despojo.

Hacemos un llamado a legisladas/es, organizaciones, academia y otros actores a repensar y replantear su papel y a tomar una postura seria y respetuosa para los pueblos que viven las atrocidades de la minería.

A T E N T A M E N T E,

RED MEXICANA DE AFECTADAS/OS POR LA MINERÍA

Fuente:https://movimientom4.org/2019/12/ley-minera-permiso-para-el-depojo/?fbclid=IwAR277h2717L-PJkzPrzK9WDq4bLINRoka_rNgJeSf_kZXV924fFBYD-lkdc