Perú

El agua de lima

En diciembre del año pasado, el Observatorio de Conflictos Mineros denunció que en la zona donde se produce el trasvase de las aguas de la cuenca del Mantaro a la del río Rímac, se estaba instalando un nuevo proyecto minero que se denomina Ariana. Para entonces el proyecto ya contaba con un Estudio de Impacto Ambiental aprobado y se anunciaba el inicio de la construcción para el presente año.

El 21 de diciembre escribimos en esta revista sobre el peligro que representaba el proyecto minero Ariana para el abastecimiento de agua para Lima. Señalamos que “la preocupación sobre los posibles impactos de este proyecto minero no sólo la compartían grupos ambientalistas; la propia Sedapal también se había manifestado: mediante oficio N º1013-2018-GG dirigido al Ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes, el gerente general de Sedapal expresó su preocupación por la posible autorización del inicio de la construcción y sobre todo, por la ubicación del depósito de relaves del proyecto minero Ariana”.

Dos congresistas visitan la zona

Kathia Gilvonio y Marisa Glave, congresistas de Junín y Lima respectivamente, decidieron tomar el toro por las astas y en la última semana de representación (febrero) se trasladaron con sus equipos de asesores a la zona del proyecto.

En primer lugar, se encontraron con una tranquera colocada por la empresa minera que bloqueaba el acceso que hasta hace poco era de uso público y por lo tanto de libre tránsito. Hasta hace poco, este camino era utilizado por las comunidades de la zona y por los propios funcionarios de Sedapal que suben regularmente para poder monitorear todas las lagunas que se ubican en la zona, sobre todo, la represa de la laguna Pucrococha-Sangrar que es una de las principales fuentes de agua del Túnel Trasandino que abastece de agua a Lima. Para la empresa propietaria de Ariana, la vía de acceso ahora es de propiedad privada, y por lo tanto, ellos controlan y deciden quién pasa y quién no.

Las congresistas y sus equipos de asesores tuvieron que utilizar otros accesos para llegar a la zona de inspección. En el trayecto pudieron constatar que, aparte de los posibles impactos que va a generar el proyecto Ariana en todo un ecosistema alto andino de lagunas, bofedales y humedales, en la zona de influencia también existen sitios arqueológicos preincaicos como el de Tilarhuay III (monumento arqueológico que tiene el carácter de intangible) y otras zonas protegidas por su valor histórico, como la vinculada a la Guerra del Pacífico,  donde se desarrolló el Combate de Sangrar el año 1881.

Los graves riesgos que representa Ariana

La ficha técnica de Ariana habla de un proyecto polimetálico de socavón, que procesará en promedio 2,000 toneladas de minerales por día al inicio de la etapa productiva (2020) y planea ampliar la capacidad hasta las 3,000 toneladas a partir del segundo año (2021). El proyecto requerirá una inversión de entre US$120 y 125 millones en su primera fase, la que involucra la etapa de construcción de la mina y la puesta en operación. Producirá anualmente unas 70,000 toneladas métricas de cobre, 300,000 onzas de plata y 10,000 toneladas métricas de zinc.  

La visita de las dos congresistas y sus equipos técnicos ha permitido confirmar los graves riesgos que encierra el proyecto. Por ejemplo, la construcción de túneles en espiral hacia abajo, a una profundidad de 1,000 metros, para extraer agua para labores mineras, aumenta el peligro de contaminación de los acuíferos subterráneos, así como una posible afectación del propio Túnel Trasandino que está ubicado, además, en una zona de alto riesgo sísmico: incluso algunos expertos mencionan el riesgo de filtración de aguas ácidas al túnel durante la etapa inicial de la operación de la mina subterránea.

Al respecto, cabe recordar que Sedapal ha recomendado someter el estudio del proyecto a una exigente evaluación de riesgos y vulnerabilidad a fin de que se adopten los estándares de seguridad más elevados. Uno de los principales temas de preocupación gira en torno a la presa de relaves: Sedapal ha alertado que el diseño de cimentación de la presa de relaves “se encuentra sobre una capa de depósito lacustre, generando las posibilidades de rotura de la presa y la licuación estática de los residuos mineros y su escape del depósito, que podría afectar el agua que se conduce por dicho túnel”.

Es importante subrayar que Sedapal no es la única entidad que ha mostrado su preocupación por el proyecto Ariana. También se ha pronunciado la empresa privada distribuidora de energía, Enel, subrayando que “hay gran cantidad de aportes de agua superficial, subsuperficial y subterránea en las diferentes épocas del año” y que “la geotécnia del túnel podría verse comprometida”. Además, concluye que “el proyecto debería de considerar la impermeabilización de todo el vaso” para evitar “la contaminación”, aunque reconoce que este proceso podría perjudicar “los aportes naturales de agua que actualmente recibe el túnel”.

La presencia de un proyecto minero en la zona agudiza los problemas que ya tiene el abastecimiento de agua para una ciudad como Lima y la necesidad de proteger este tipo de ecosistema altoandino. Por ejemplo, en cuanto a calidad del agua, la presencia de metales pesados ya es un grave problema que Sedapal tiene que enfrentar y que podría verse agravado por el desarrollo de un nuevo proyecto minero en la zona, precisamente en la cabecera de la cuenca: según el último inventario del Ministerio de Energía y Minas, en la cuenca del Rímac existen 425 pasivos ambientales mineros que contaminan con plomo, hierro, cadmio, entre otros metales, las aguas que llegan a la planta de tratamiento de Sedapal.

En relación a la cantidad de agua, cada año se discute sobre las amenazas de desabastecimiento de agua para Lima: las proyecciones hablan de escenarios críticos para los próximos años si es que no se realizan nuevos represamientos: cabe señalar que el proyecto Marca II, que embalsaría las aguas de la laguna Tucto, ha sido varias veces pospuesto.

El caso Ariana y la necesidad de reforzar las políticas públicas

Este caso también es un buen ejemplo de cómo se siguen aprobando proyectos de inversión en nuestro país. En principio un proyecto como Ariana ha tenido que recibir el visto bueno de varias entidades: Ministerio de Energía y Minas, la Autoridad Nacional del Agua, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental y hasta el propio Ministerio de Cultura. Pero además, es bueno precisar que en el caso de Ariana, su Estudio de Impacto Ambiental (semidetallado) fue aprobado por el propio Ministerio de Energía y Minas (Minem), lo que pone nuevamente en agenda la necesidad de insistir en procedimientos que garanticen un mínimo de imparcialidad frente a la autoridad -en este caso el Minem- que busca promover la actividad productiva.

Por otro lado, está claro que todos los procedimientos administrativos se han ido flexibilizando como consecuencia de leyes y decretos supremos que han sido aprobados desde el año 2013 para adelante y que han apostado claramente por acelerar la toma de decisiones, disminuyendo los plazos y al mismo tiempo reduciendo los estándares ambientales y los propios mecanismos de participación ciudadana.

Por último, el caso Ariana pone en evidencia la necesidad de definir una política de ordenamiento territorial en el país y de protección efectiva de las cabeceras de cuenca: no hay que olvidar que nuestro marco legal “reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las cabeceras de cuenca donde se originan los cursos de agua de una red hidrográfica”. Ese reconocimiento debe traducirse en acciones concretas de parte de nuestras autoridades.

Ambas congresistas se han comprometido a darle seguimiento a este caso y en los próximos días recibirán el reporte de la visita de fiscalización a la zona del proyecto del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental. Estaremos alertas a la evolución de este caso que pone en riesgo la principal zona de abastecimiento de agua para la ciudad de Lima.

Publicado en Hildebrandt en sus trece, 8 de marzo de 2019

Fuente:http://cooperaccion.org.pe/el-agua-de-lima/

 

Ecuador

Ecuador: la compañía minera más grande del mundo amenaza el hábitat de la rana de cristal

Un reciente estudio indicó que la exploración de oro y cobre de la empresa minera BHP pone en riesgo el hogar y la supervivencia de la rana de cristal Manduriacu en Ecuador. El investigador de la Universidad de San Francisco de Quito, autor principal del artículo, Juan Manuel Guayasamin Ernest, advirtió que la creación de concesiones mineras en el país ha incrementado de manera alarmante. La investigación se publicó la semana pasada en la revista PeerJ.
El cuerpo de los anfibios de la especie Nymphargus manduriacu, conocida como rana de cristal Manduriacu, está cubierto de piel traslúcida con abundantes manchas amarillas en el dorso. Es una especie recién descubierta.
El hábitat y la minera
Su hogar está en los árboles de la Reserva Río Manduriacu, en los Andes de Ecuador. El grupo de conservación Fundación Ecominga, es quien posee los derechos de estas tierras y aunque se trata de una reserva privada, la zona es parte de una concesión minera.
La situación es que el gobierno de Ecuador vendió una concesión de derechos sobre recursos subterráneos a Cerro Quebrado. Este acuerdo es legal, siempre y cuando se consulte a los terratenientes de la zona y la comunidad local. Obligación que lució por su ausencia en este trato.
Cerro Quebrado es parte de BHP Billiton, la compañía minera más grande del mundo. De acuerdo con su página oficial, su propósito es crear valor para sus accionistas a largo plazo a través del descubrimiento, adquisición, desarrollo y comercialización de los recursos naturales.
La empresa podría enfrentar una demanda, sin embargo, de acuerdo con el abogado ambiental, Esteban Falconi, para National Geographic. En Ecuador, el sistema judicial está influenciado por la rama ejecutiva, que ha impulsado la minería en los últimos años.
Los investigadores recomiendan que la rana de cristal sea catalogada en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Pero lamentablemente, este anfibio no es el único en peligro, pues la actividad minera es una labor que se lleva a cabo en todo el país. Lo que amenaza más hábitats y a más especies.
Fuente:https://nmas1.org/news/2019/03/11/rana-cristal-Manduriacu-ecuador-
Perú

Viceministro de Gobernanza le responde a Roque Benavides sobre conflicto Las Bambas

Ante el pedido de «poner fuerza» en el conflicto socioambiental por el proyecto minero Las Bambas, el viceministro de Gobernanza Territorial, Raúl Molina, le respondió al presidente de la Confiep, Roque Benavides.

En entrevista a Canal N, Molina explicó la gestión de este conflicto social en Apurímac, donde la comunidad de Nueva Fuerabamba ha bloqueado la carretera y reclaman que la empresa minera china MMG Limited pague una compensación por el uso de dicha vía.

«Este gobierno ha optado por agotar todos los mecanismos de prevención de conflictos, no queremos hacer uso de la fuerza hasta que agotemos todas las formas de diálogo posibles, en el caso de Fuerabamba hay una mesa de negociación y hay posibilidad de acuerdo dialogado. Ha entrado un nuevo actor como el gobernador regional que está intermediando con la comunidad», dijo.

Molina explicó que la comunidad exige a la empresa que pague compensación por el uso de la vía. En este sentido, afirmó que el gobierno no permitirá eso porque «esa vía es pública».

Confió, además, en que pronto se solucione este problema: «Esperamos que mañana la comunidad entienda que debe desocupar la vía».

Resaltó que:

«El Estado tiene autoridad y puede hacer uso de la fuerza, pero la comunidad ha hecho un asentamiento y hay mucho riesgo de que una operación policial resulte muy costosa. La voluntad del Gobierno es agotar el diálogo hasta que sintamos que no hay ninguna otra oportunidad».

Sobre otro conflicto minero, en este caso el relacionado al proyecto Tía María en la región Arequipa, el viceministro señaló que este es un caso «más complejo» y que «va a demorar unos meses».

«Pero esto no significa que el Estado no pueda cumplir con la empresa, pero la empresa debe entender que debemos solucionar para conseguir el consenso social», afirmó.

Por otro lado, ante las críticas recibidas por el acuerdo entre el Ejecutivo y los transportistas con el que se suspendió el paro, Molina señaló que las medidas se tomaron en coordinación con Petroperú, Osinergmin y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

El último reporte de la Defensoría del Pueblo indica que hay 180 conflictos en el país, entre latentes y activos. El viceministro de Gobernanza Territorial señaló que, desde que está en el cargo, se han gestionado al menos 25 conflictos activos. «El balance es bueno, no hemos tenido ningún fallecido», resaltó.

Anteriormente, el presidente de la Confiep, Roque Benavides, criticó al Gobierno por no hacer «uso de la fuerza» ni «imponer las leyes» para resolver conflictos sociales.

 

Fuente:https://redaccion.lamula.pe/2019/03/10/conflictos-sociales-peru-viceministro-raul-molina-las-bambas-bloqueo-carretera/jorgepaucar/

Mexico

No bajar la guardia con el rechazo a la minería

Hasta que la promesa presidencial se plasme en el Diario Oficial, advierte BCS Coherente.

A no bajar la guardia, en la lucha por contra la minería tóxica conminó a los sudcalifornianos Gilberto Lucero, dirigente municipal en Los Cabos del partido BCS Coherente, luego de que en la pasada visita presidencial al sur de la entidad, Andrés Manuel López Obrador anunció que no habría proyectos extractivos mineros en la media península.

La declaración de vida voz del mandatario significó un respiro y aparente victoria para organizaciones civiles y ambientalistas que se oponían al establecimiento de empresas mineras en el estado que con sus proyectos presuntamente contaminarían las fuentes de agua y arrasarían con zonas forestales.

Al respecto, Gilberto Lucero destacó que “siempre resulta esperanzador escuchar que nuestro municipio será destino de inversiones que mejorarán la vida de nuestros conciudadanos y, sobre todo, enterarnos de la voluntad de nuestro presidente de la República Andrés Manuel López Obrador decir ¡No a la minería! en nuestro estado; sin embargo, hace falta concretarlo con acciones reales, como publicarlo en el Diario Oficial de la Federación o iniciar las licitaciones debidas en el tema de la desaladora”, dijo.

Gilberto Lucero mencionó que “contar con un Presidente coherente es la única vía para generar confianza entre los ciudadanos y las instituciones de gobierno, pues nuestra opinión sobre ellas lleva años desgastándose”.

En cuanto a los cien primeros días de gobierno federal, el tema de Baja California Sur, el dirigente del BCS Coherente mencionó “vale la pena destacar el No a la Minería pues en visitas anteriores expresó que sometería a Consulta Ciudadana el iniciar la minería en la Sierra de la Laguna, lo cual levantó señales de alarma pues sabemos lo poco confiables que resultan las consultas que se han venido realizando, pero en esta última visita dijo de manera categórica que no se permitirá minería tóxica en el estado.”

“El enterarnos en un evento masivo que el No a la minería es la postura por parte del Presidente de la República nos da tranquilidad, pero no bajaremos la guardia hasta que sea un hecho consumado, publicado en el Diario Oficial de la Federación. También, debemos estar vigilantes a la aplicación de los recursos prometidos por parte del Ejecutivo Nacional, no podemos permitir que Los Cabos sea una mina para políticos corruptos y deshonestos”.

 

Fuente:http://peninsulardigital.com/extra/no-bajar-la-guardia-con-el-rechazo-a-la-mineria/258376

Perú

Advierten posible estallido de conflicto socioambiental en Espinar

La provincia cusqueña de Espinar tiene 36 años de actividad minera y los ciudadanos de la zona tienen reclamos pendientes de atender. Desde hace años, vienen protestando por la presunta contaminación provocada por la actividad extractiva. Según dos estudios, cerca de 700 personas, evaluadas entre el 2010 y 2013, tienen metales pesados tóxicos en sus organismos. Actualmente, la transnacional Glencore opera la mina Antapaccay en la zona y campesinos han denunciado agresiones por parte de su seguridad privada.

Cooperacción considera que esta y otras situaciones hacen de la provincia de Espinar un posible escenario del estallido de un conflicto socioambiental. El primer tema que preocupa es el caso de las agresiones contra los comuneros de Alto Huarca, sobre todo mujeres, cometidas en diciembre del 2018, por trabajadores de Liderman, empresa que presta servicios de seguridad a Glencore. Sobre la minera, la organización sostiene que «también la hace responsable de hechos que cometen terceros que están a su servicio».

«En realidad, lo que está detrás de este hecho es la disputa por tierras entre la empresa y la comunidad. Esta agresión ha indignado a las comunidades que esperan respuestas de la propia empresa y de las autoridades», explica.

Otro tema es el de los graves impactos en la salud de la población de Espinar, provocadas presuntamente por la actividad minera. El problema es que hasta ahora no hay una atención adecuada a los reclamos de los ciudadanos.

«Pese a que el Estado, en sus diversos niveles de gobierno y luego de varios acuerdos establecidos con la población, se comprometió a implementar planes de salud integral para brindar atención especializada a las personas en riesgo, hasta el momento no se ha logrado mayores avances«, señala la organización.

Afirma también que los planes no han contado ni con el presupuesto ni el soporte institucional necesario. Hasta la fecha, no se ha logrado una respuesta adecuada del sistema de salud para atender a las personas que están expuestas a metales pesados, resalta. Tampoco se han establecido mapas epidemiológicos de riesgo ambiental en la zona y se ha incumplido con el acuerdo de medir la magnitud del riesgo en el que están los pobladores locales. Las fuentes de contaminación y rutas de exposición aún no han sido determinadas.

«La población de Espinar sigue esperando que el tema de salud sea adecuadamente atendido», afirma.

El tercer problema que afecta a Espinar está relacionado a las denuncias de presencia de metales tóxicos en el agua que consume la población. La ONG hace referencia a un informe de la Dirección Regional de Salud de Cusco que reveló que los ciudadanos de la zona consumen agua contaminada al encontrarse, en los análisis, presencia de aluminio, arsénico, hierro y manganeso, por encima de los parámetros permitidos.

«Esta situación provocó que, en primer lugar, el Concejo Municipal de Espinar aprobase declarar en emergencia el abastecimiento y consumo de agua y luego que el propio Consejo Regional de Cusco -hace un par de semanas-, aprobase por mayoría declarar por 90 días en situación de emergencia todo el sistema de abastecimiento de agua potable en la capital de la provincia de Espinar», señala la organización.

A pesar de ello, una mesa técnica, conformada sin autoridades electas de la zona ni representantes de organizaciones sociales, concluyó que el agua potable de Espinar «es apta para el consumo humano«. Esta noticia, señala la organización, ha causado mayor malestar y preocupación en Espinar «porque se estaría dando cuenta que se está implementando acciones sin tomar en cuenta a la población y a sus autoridades».

En este sentido, recuerda que el pasado 28 de enero, el Comité de Lucha por el Agua y la Salud de Espinar convocó a una marcha con el objetivo de sensibilizar a la población sobre el tema del agua y la contaminación con metales pesados.

«Nuevamente insistimos: si el Ejecutivo no le presta atención a las legítimas demandas de la población de Espinar, la situación se seguirá complicando», afirma.

«Si no se atiende adecuadamente, corre el riesgo de terminar en un estallido de envergadura en los próximos meses. La población de esta provincia cusqueña está indignada y con razón. Durante años esperan soluciones y nada», agrega.

Fuente:https://redaccion.lamula.pe/2019/03/06/espinar-cusco-proyecto-antapaccay-glencore-conflicto-social-minero-medio-ambiental-cooperaccion/jorgepaucar/

Chile

Miradas – Ana Stipicic de Alerta Isla Riesco: «Estamos interviniendo con la minería de carbón una reserva natural y de biodiversidad importante»

Ana Stipicic, Coordinadora Nacional de Alerta Isla Riesco, ofrece una mirada respecto a los conflictos medioambientales que aquejan a diferentes territorios del país, en particular sobre lo que actualmente está ocurriendo en Isla Riesco con los cinco mega proyectos de explotación del carbón a cielo abierto, siendo el proyecto “Mina Invierno” el primero que ha sido aprobado por el Servicio de Evaluación Ambiental de Magallanes (SEA Magallanes) y por el Comité de Ministros para la Sustentabilidad de Chile.

Iniciativas basadas en un sistema altamente controversial y rechazado por numerosos países y científicos debido al enorme impacto medioambiental producido por la minería de carbón, lo que está generando un daño definitivo al paraíso patagónico.

Fuente:https://www.elmostrador.cl/tv/2019/03/07/miradas-ana-stipicic-de-alerta-isla-riesco-estamos-interviniendo-con-la-mineria-de-carbon-una-reserva-natural-y-de-biodiversidad-importante/

Colombia

La quebrada que la minería le quitó al Caquetá

Era 19 de marzo, día de mis cumpleaños, cuando mi madre decidió hacer un paseo de olla con mis amigos del colegio para celebrar la fecha. Me sentía contento, presentía que iba pasar un rato muy feliz y así fue: conocí El Paraíso, un balneario muy hermoso que enamoraba a todos los visitantes.

Después de eso, seguí yendo cada fin de semana con mis amigos, pero un día, de la nada, empece a notar cómo se empezó a deteriorar.  Cuando tumbaron el puente del balneario fue una primera señal, que aparentemente no era tan grave, pues todo lo demás seguía más o menos intacto, al lugar no se le iba lo frondoso y atractivo, hasta que ya no fue más así.

Viajando hacia El Doncello, pasamos por el balneario y se me dio por mirar hacia los lados: oh sorpresa, había una máquina y dos volquetas que iban quebrada arriba. Al ver eso, lo primero que vino a mi cabeza fue: “este va a ser el fin de la quebrada”. Y sí, tenía razón, pero eso no era lo peor: a la devuelta, me di cuenta de que ya no eran dos volquetas sino cinco.

Por alguna razón, decidí no ponerle tanta atención, quise ser optimista y pensar que tal vez estaba siendo muy alarmista, que lo que sea que estuvieran haciendo no afectaría para nada mi maravilloso paraíso. Me equivoqué, sí que lo hice, pero tardé en notarlo, ya que mis amigos y yo dejamos de ir al lugar durante un año porque estábamos bastante ocupados en el colegio.

No obstante, un día recordé este lugar y decidí sacar un ratico para ir a mirar la quebrada. Cuando llegué no podía creer lo que mis ojos veían: el agua había disminuido bastante y donde había zona de árboles ya no había nada. Me sentí triste, el lugar parecía desértico y no se parecía en nada a lo que era antes.

Al regresar, le conté a mis amigos y cuando ellos decidieron confirmar por su cuenta, se llevaron la misma impresión que yo. Nos sentimos impotentes, pensamos que era muy poco lo que podíamos hacer, así que sin querer terminamos olvidando el lugar. Hoy hubo algo que lo trajo a mi cabeza de nuevo y debo decir que me duele ver como un lugar tan especial, la quebrada en la que aprendí a nadar y compartí tantas cosas con mis amigos, hoy es un lugar desértico, lleno de caminos, donde día tras día pasan volquetas sacándole material a la playa.

Perder mi paraíso, mi lugar favorito, tan lleno de risas y momentos divertidos, me hizo recapacitar y comprometerme a cuidar los espacios que me rodean. Ahora sé que se puede, que hay formas, ya sea estando más pendiente, asociándome a proyectos de protección a las fuentes hídricas o llevando un registro fotográfico de lo que sucede para que todos lo vean.

Tomemos conciencia de nuestros recursos y hagamos lo posible para que otros lugares no terminen como mi quebrada.

 

Fuente:https://www.las2orillas.co/la-quebrada-que-la-mineria-le-quito-al-caqueta/

Argentina

Se retira de Mendoza la minera San Jorge

Se retira de Mendoza el proyecto de Minera San Jorge, a raíz de la rigidez de la legislación provincial que obliga a los emprendimientos a recibir la aprobación legislativa.

En un comunicado, los inversores aseguraron que la decisión se tomó en base a un «clima desfavorable para la industria minera, especialmente debido al funcionamiento de una ley anti-minera regional en la provincia y a la politización del tema minero en general, y del proyecto San Jorge en particular”.

Al respecto al secretario de Ambiente de la provincia, Humberto Mingorance explicó a Cadena 3 luego de establecer las condiciones para que se radique la empresa, la firma estuvo dos años y 18 meses haciendo estudios y en la fase final decidieron retirarse.

«Yo atribuyo esta decisión no sé si es técnica pero sí de los inversores», manifestó.

La minera iba a generar 500 millones de dólares para la provincia y al menos 4.000 puestos de trabajo.

El proyecto ubicado en Uspallata tuvo como primer accionista a la minera canadiense Coro Mining Corp. El objetivo era extraer cobre de los cerros de la estancia El Yalguaraz, pero la Ley 7.722 impidió su desarrollo y fue vendido a los grupos rusos que finalmente decidieron retirar sus oficinas de la provincia.

 

Fuente:https://www.cadena3.com/noticias/resumen/retira-mendoza-minera-san-jorge_135076

Argentina

Vence la prórroga para explotación de litio y se avecina conflicto con las comunidades

El pasado 18 de febrero, el Directorio de Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (JEMSE) prorrogó la licitación para explotación de litio en Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, a pesar del rechazo de las comunidades indígenas a todo emprendimiento minero en sus territorios quienes expresaron en asambleas y manifestaciones que la prioridad es el agua y la vida.

La perspectiva es que el conflicto termine judicializado, teniendo en cuenta que hay precedentes similares de rechazo a esta explotación.

En febrero hubo manifestaciones, asambleas de comunidades originarias que demostraron determinación y unidad en la defensa de sus territorios.

La prórroga que realiza el gobierno se enmarca en un conflicto entre estado y pobladores puneños, pues las comunidades señalan varias irregularidades en el proceso administrativo para otorgar el proyecto minero Guayatayoc, como es el no cumplimiento del derecho a la consulta previa libre e informada a los pueblos originarios.

Es así que la licitación dispuesta para el 26 de enero, se postergó y entre hoy y mañana vence la prórroga para la recepción de ofertas; la apertura del sobre único se realizará mañana al mediodía. En tanto que la adjudicación sería el 25 de marzo.

El concurso de licitación es para la prospección geológica exploración y factibilización de proyectos mineros en las zonas exclusivas de interés de JEMSE, ubicadas en Salinas Grandes, Laguna de Guayatayoc y Salar de Jama.

Vale recordar que los primeros días de febrero, las comunidades tuvieron el logro histórico de expulsar a una minera de la zona. En el acta de la asamblea consta “Que sepa el Gobierno de Morales que, así como hoy expulsamos a la empresa Ekekos SA y AIS RESOURCES Limited, vamos a impedir cualquier otro proyecto de megaminería y/o de litio en la Cuenca de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, que es territorio sagrado de los pueblos originarios”, según expresaron 25 comunidades unidas del Pueblo Kolla de Jujuy.

A pesar que el gobierno de la provincia convocó en dos oportunidades a dialogar a casa de Gobierno, la propuesta fue rechazada ya que las comunidades al gobernador Gerardo Morales en las Salinas para dialogar, exigiendo el cumplimiento de promesas de campaña como la implementación del Protocolo a la consulta previa libre e informada.

Fueron varios días de corte de ruta informativo en el acceso principal al paseo turístico de las Salinas Grandes, visibilizando con los turistas la problemática del avance de proyectos mineros de litio en el territorio promovido por el gobierno provincial y la información del peligro que corren las salinas y las comunidades que allí habitan.

La Asamblea expresó que no aceptarán más ninguna consulta previa e informada, ya que el gobierno utiliza este mecanismo de manera aparente para lograr un “falso consentimiento” para proyectos extractivos en el territorio. Y manifestaron que “no vamos a aceptar ninguna exploración ni explotación de minería de litio, y que no hay vuelta atrás, que no esté llamando a mesas chicas ni reuniones para convencer a dirigentes. Y que si intenta ingresar otra empresa vamos a tomar posición y vamos a sacarlos”

Por estos días, el conflicto por el litio volverá a ser un dolor de cabeza para el Gobernador, a pesar de sus funcionarios y diputados que salieron a convencer a los originarios y la opinión pública subestimando a las comunidades y buscando dividirlas para lograr su propósito de explotación minera sin considerar el impacto ambiental, en la flora, fauna, usando grandes cantidades de agua, de vital importancia para la subsistencia de la vida en la puna jujeña.

Fuente:http://www.jujuydice.com.ar/noticias/jujuy-3/vence-la-prorroga-para-explotacion-de-litio-y-se-avecina-conflicto-con-las-comunidades-45444

Latinoamerica

¿Militarizar los extractivismos mineros sudamericanos?

En América del Sur está en marcha un lento aunque persistente avance de una militarización de la gestión ambiental enfocada en los extractivismos mineros. Aunque en Perú son bien conocidos los sucesivos despliegues de policías y militares en la Amazonia del sur del país para enfrentar la minería ilegal de oro, siempre es relevante observar lo que ocurre en las naciones vecinas. Atendiendo ese propósito aquí se comparten algunas observaciones sobre las tendencias más recientes en América del Sur.

Colombia: el ambiente como cuestión de seguridad nacional

En estos días, Colombia ofrece el ejemplo más relevante. Allí, el actual presidente, Iván Duque presentó el Plan Nacional de Desarrollo que guiará su gestión, con la novedad de incluir la gestión ambiental dentro de las políticas de seguridad y defensa nacional (1). Temas como biodiversidad y agua aparecen ahora junto a objetivos como defender las fronteras y la soberanía territorial.

Como consecuencia se militariza la gestión ambiental. Para ese fin se crea una fuerza de “Protección Integral Ambiental” conformada por militares y policías, que podrá coordinar con fiscales y autoridades ambientales. El Ministerio del Ambiente se suma al Consejo de Seguridad Nacional, las cuestiones ambientales deberán ser incorporadas en la Estrategia de Seguridad Nacional y posiblemente en la Estrategia Nacional de Inteligencia.

Desde esta mirada basada en la “seguridad”, la Naturaleza es presentada como un “activo”. Este no es un concepto neutro, ya que proviene del ámbito empresarial y fortalece una fragmentación de la Naturaleza que prioriza el valor económico de los recursos. Se proponen instrumentos de ordenamiento territorial a gran escala, las llamadas “Zonas Estratégicas de Intervención Integral”, con objetivos tanto en la seguridad como en el ambiente, de mediana duración (5 años), y que servirían para transitar hacia las explotaciones “legales” de los recursos naturales.

El gobierno colombiano no oculta que toma estas medidas para controlar la explotación ilegal de recursos naturales, tales como maderas y minerales, y en especial el oro. Admite una situación que no deja de impresionar: en ese país el 86% del oro extraído proviene de prácticas ilegales. Además, el 44% de los municipios del país hacen alguna minería ilegal sea en oro como en carbón u otros productos. Esta deriva debe alertar a los gobiernos de Perú, Ecuador y Bolivia, donde también se padece el avance de la minería ilegal de oro. Colombia muestra un futuro posible, donde la minería ilegal se volvió tan generalizada que dejó en la marginalidad a las prácticas formales legales. Es una evolución donde seacentúan impactos como la deforestación o la contaminación de mercurio.

De todos modos, el plan de desarrollo colombiano no busca detener ese tipo de minería, sino que desea controlarlo y transformarlo en emprendimientos formales. Su objetivo es que el Estado determine cuáles empresas y bajo cuáles condiciones explotarán, por ejemplo, el oro, y en poder obtener una parte de los excedentes económicos que eso produce.

Militarización de la gestión ambiental en América del Sur

Debe advertirse que movimientos análogos hacia la militarización de la gestión ambiental también ocurran bajo los gobiernos progresistas. En efecto, en Venezuela, Nicolás Maduro se volcó a liberalizar la explotación minera en el llamado Arco Minero del Orinoco como uno más de sus intentos desesperados por superar la crisis del país (2). Allí creó una “Zona Económica Militar”, donde las fuerzas armadas están encargadas de controlar y encaminar la explotación minera. En los hechos en la región se vive una disputa por el oro, con distintas denuncias sobre la participación de los militares tanto en las empresas formales como en las redes ilegales, inmersa en la destrucción ambiental y la violencia. La retórica oficial alude al socialismo del siglo XXI y al enfrentamiento al imperialismo, pero como en Colombia, no se busca tanto detener la minería de oro sino controlar los excedentes económicos que genera.

En Brasil, el nuevo gobierno de Jair Bolsonaro también está retomando una mayor presencia militar en el control de recursos naturales y territorios, especialmente en la Amazonia. Se mezclan muy distintos componentes con ciertas dosis de fantasías reaccionarias. Bolsonaro promueve la liberalización en el porte de armas y considerar como “terrorismo” las ocupaciones de tierras rurales, hay días que reclama que los indígenas deben ser “soldados” pero en otros días postula convertirlos en “empresarios” en el uso de sus territorios, y más frecuentemente los margina como obstáculos al progreso.

Mezcla eso con denuncias de complots internacionales para apropiarse de la Amazonia. En especial cuestionó la iniciativa del “corredor AAA” (o triple A), que agrupa áreas protegidas y territorios indígenas que se extienden de un lado a otro del continente, desde Perú (en el norte amazónico) y Ecuador, a lo largo de la zona norte de Brasil y regiones adyacentes de Colombia, Venezuela y las Guayanas (3). Bolsonaro también critica al corredor por considerar que esto opera en forma análoga a la autodeterminación de los pueblos indígenas. En todo esto no está solo ya que hay mandos militares le apoyan (4).

Es posible que esto explique las intenciones del gobierno Bolsonaro de resucitar el viejo programa militar de la “Caja Norte” del Amazonas, que incluye todos los territorios brasileños al norte del río Amazonas a lo largo de aproximadamente 6 500 km de fronteras con Perú, Colombia, Venezuela, Suriname, Guyana y la Guayana Francesa. Esa iniciativa fue lanzada en 1985, con el propósito de asegurar la defensa nacional de lo que identificaban como reservas naturales estratégicas, y estaba en manos del Ministerio de Defensa.

A su vez, también se ubica en esa perspectiva la decisión del Ministro de Minas y Energía, el almirante Bento Albuquerque de abrir las tierras indígenas a la explotación minera. No es menor que esto fuese revelado en los días de Carnaval, para disipar las seguras reacciones negativas dentro de Brasil, ni que fuese dicho en el congreso de los Prospectores y Desarrolladores Mineros de Canadá, en Toronto. El militar advirtió que los indígenas serán consultados pero no podrán vetar la implantación minera (5). El discurso gubernamental repite conceptos muy conocidos en los países andinos, tales como la necesidad de la minería para asegurar el progreso, evitar la conflictividad, desplazar a emprendimientos ilegales, usar tierras ociosas, “flexibilizar” las “trabas” de controles ambientales, etc.

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Es posible adelantar algunas conclusiones sobre esta derivada militar y policial sobre los extractivismos. La primera es no olvidar que la militarización de la gestión ambiental no es nueva, y por ejemplo en Brasil se arrastra desde los gobiernos militares desde mediados del siglo XX. Pero en la actualidad se está acentuando y es más evidente en varios países.

La presencia policía o militar en el control de recursos naturales y territorios ocurre en Argentina (especialmente alrededor del fracking), Bolivia (protegiendo a empresas petroleras dentro de territorios indígenas, por ejemplo), Chile (incluyendo acciones policiales en tierras mapuches o represión a los que resisten el “robo” del agua), Ecuador (protección policial y militar a la expansión minera), Perú (con la sucesión de estados de emergencia, intervenciones policías y militares, e incluso por los acuerdos con la policía nacional para proteger a mineras y petroleras), y los casos ya analizados de Colombia y Venezuela.

El segundo aspecto es que esto discurre tanto bajo gobiernos conservadores como progresistas. No deja de ser impactante las similitudes entre, por un lado, Colombia, y por otro lado, Venezuela. Esto deja en evidencia la superficialidad de una buena parte de los debates dentro de cada país. Por ejemplo, mientras en Perú están aquellos que denuncian como radicales de la izquierda política a quienes alertan sobre los impactos de la minería, ese mismo tipo de dichos son señalados como radicalismos conservadores en Venezuela. En realidad estamos ante una problemática más profunda que involucra las raíces en las concepciones contemporáneas del desarrollo y de la Naturaleza.

Un tercer asunto es que la disputa no está realmente centrada en cómo proteger la Naturaleza, sino en cómo regular la minería para controlarla y obtener parte de sus excedentes económicos. Por ejemplo, es claro que en Colombia el Estado busca desplazar y reemplazar a los grupos ilegales como árbitros y organizadores de la minería de oro. De este modo se refuerza una mercantilizan del ambiente. La contracara es invisibilizar o excluir otros entendimientos de la Naturaleza como pueden ser aquellos basados en sus valores ecológicos, estéticos, religiosos, históricos.

En cuarto lugar, se legitima a militares y policías como actores en la gestión ambiental. Este es un cambio sustantivo en los fines que se esperan de ellos, y casos como el de Colombia pueden desembocar en ver a generales hablando sobre el manejo de áreas protegidas y territorios indígenas. La comunidad de ecólogos, biólogos y otros científicos queda una vez más relegada.

Un quinto aspecto es reconocer y comprender que esta militarización puede tener muchos apoyos locales, especialmente allí donde hay una alta incidencia de violencia criminal. Aunque bienvenidos, el paso del tiempo muestra que la presencia militar en muchas ocasiones terminar alimentando más violencia, como ocurre en Colombia. Las comunidades locales, especialmente campesinos e indígenas, quedan atrapadas entre los militares y policías por un lado, y los grupos ilegales y criminales por el otro.

Como sexto punto, la diseminación de esta lógica de la seguridad obliga a considerar posibles tensiones entre países. Es posible que esto esté comenzando a ocurrir en las regiones Amazónicas del norte. En efecto, allí la propuesta de corredor biológico AAA, afecta al Arco Minero del Orinoco dentro de Venezuela y además se superpone al plan militar Caja Norte de la frontera brasileña.

Finalmente, es evidente que este tipo de estrategias no podrá detener los impactos sociales y ambientales de buena parte de los extractivismos. Los generales no controlan ni el precio de mercado ni la demanda externa, y se vuelve imposible colocar a un soldado o un policía en cada río amazónico o en cada cerro. Entretanto se gastan enormes recursos financieros que podrían ser aprovechados en sostener reconversiones productivas en las zonas que más lo necesitan.

Sin embargo, a pesar de todo esto, lo que  hoy se observa en Colombia y otros países vecinos, parece apuntar a que la tozudez una vez más prevalecerá, para insistir en medidas ambientales y territoriales que ya sabemos que son inefectivas.

7 de marzo de 2019

 

Fuente:http://cooperaccion.org.pe/militarizar-los-extractivismos-mineros-sudamericanos/