“Las razones por las cuales un lugar se contamina exigen un análisis del funcionamiento de la sociedad, de su economía, de su comportamiento, de sus maneras de entender la realidad”.
(Papa Francisco, Encíclica “Alabado seas”, N° 139)
Como hermano y Pastor de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo me dirijo a la opinión pública y en especial a nuestros hermanos y hermanas de La Oroya para manifestarles lo siguiente:
1. La iglesia está preocupada por la angustia que viven más de dos mil trabajadores y sus familias ante la inseguridad de la continuidad del Complejo Metalúrgico de La Oroya – CMLO.
2. Asumimos, con el papa Francisco, como base fundamental la dignidad de toda persona, “el cuidado de nuestra casa común” y el derecho a un trabajo digno y estable.
3. El Estado, las Empresas y la Sociedad deben promover el desarrollo integral de las personas y buscar el bien común.
4. Vivimos actualmente en la ciudad de la Oroya un grave e histórico problema socio ambiental y laboral que si no se soluciona a la brevedad posible afectará gravemente a las generaciones futuras.
5. La calidad del aire es esencial para la vida y la salud de las personas. La Organización Mundial de la Salud – OMS indica el nivel máximo de Dióxido de azufre es de 20 ug/m³ por un período de 24 horas.
6. El problema del proceso de venta del CMLO exige la adecuación de la calidad del aire a 80ug/m³ para La Oroya, Ilo y Arequipa (Decreto Supremo N° 006-2013 MINAM).
7. Sin embargo el Decreto Supremo N° 003-2008-MINAM establece que a partir del 2014 el nivel máximo de dióxido de azufre sea de 20 ug/m³ en todo el país.
8. En este marco nacional e internacional, la Iglesia apoya a los trabajadores en sus derechos a un trabajo digno, a una remuneración adecuada y a una participación en la sociedad que busque el bien común.
9. Por lo cual Invocamos:
· Al Gobierno Peruano, en cumplimiento del mandato constitucional (art. 1°) que asegure la calidad de vida de las personas y la protección del entorno natural de la población de La Oroya y de la Región Junín.
· A la Empresa Doe Run Perú, que busque el bienestar de los trabajadores y el cumplimiento de los estándares internacionales.
· A nuestros ciudadanos y ciudadanas de La Oroya que busquen de forma práctica la reivindicación de sus derechos evitando todo signo de violencia.
10. La iglesia estará acompañando muy de cerca el desarrollo de estos acontecimientos. Pedimos a Dios, creador de nuestras vidas, nos ayude a buscar juntos (Estado, Empresa, Trabajadores y la sociedad en su conjunto) la solución pacífica y justa a este grave conflicto socio laboral con implicancias ambientales.
Huancayo, 4 de julio 201