«Nos tienen miedo, porque ya no les tenemos miedo» como bien lo dijo la eternamente viva Bety Cariño. El mapa de testimonios del continente Americano, es decir, de Abya Yala es contundente. Como lo dicen una y otra vez: “No nos lo contaron, lo hemos visto nosotras y nosotros mismos”. Se trata de un proyecto totalitario y fascista que combina las fuerzas de criminales y narcotraficantes, con las de paramilitares y Estados al servicio de transnacionales. Por eso tienen que desaparecernos, encarcelarnos, asesinarnos, masacrarnos, estigmatizarnos y despojarnos. Saben que nuestro amor por la Madre Tierra, nuestros principios y nuestra conciencia son tan grandes y dignas, que solamente nos falta tejernos en resistencia y por ello no perciben más salida que violentarnos.
Por eso, bajo el “Libre Comercio”, eufemismo con el que se conoce y encubre la conquista global totalitaria, se ejecuta la grave agresión de la fuerza pública contra las y los campesinos que se levantan en paro ahora mismo, contra el proyecto de muerte en Colombia. Por eso mismo, se realiza la arremetida violenta contra el pueblo indígena Tupinambá de Olivenca en Brasil que insiste en retomar su tierra para reconstruir sus territorios ancestrales: porque «el enfrentamiento entre los pueblos indígenas y los pequeños agricultores, sirve exclusivamente a los intereses de la agroindustria, las grandes transnacionales y su clara intención de generar una guerra absurda entre los explotados y víctimas». Por eso detienen a ejidatarios de Ayotitlán en México, entre ellos a Gaudencio Mancilla quien se opone al desarrollo de proyectos mineros. Por eso siguen encarcelando a líderes y lideresas Mapuche quienes se han negado a la ocupación de transnacionales y a la muerte de su territorio. Por eso continúan los asesinatos selectivos en Guatemala, en Honduras, en Perú, en Argentina… en todo el Abya Yala. Por eso los dueños del poder siguen comprando y dominando a quienes tienen precio y han perdido el amor por la Madre Tierra, a quienes, contrario a las y los bases de apoyo zapatista, se venden, se dejan engañar y se rinden. Por eso se siguen aprobando leyes de despojo, para servir a la imposición de proyectos inútiles, mientras el terror y la guerra se ensañan contra la vida en nuestros territorios para desplazarnos y despojarnos. Por esto hoy es más claro, que la guerra y el terror son un instrumento del despojo total, contra nuestros pueblos.
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