Un accidente en una presa de residuos minerales de la compañía Peña Colorada afectó viviendas y manantiales de varias comunidades en los límites de Jalisco y Colima. Sin embargo, los conflictos interestatales son el pretexto de las autoridades de ambas entidades para no atender las denuncias de los pobladores, que en la opinión de ambientalistas y defensores de derechos humanos están en peligro por la contaminación que genera impunemente la minera.
Sin respuesta de autoridades estatales y federales a la denuncia de los perjuicios ocasionados por un derrame de desechos de la mina Peña Colorada en septiembre pasado, habitantes de comunidades nahuas de la Sierra de Manantlán preparan un juicio de amparo por violaciones al derecho de petición, advierte Óscar González Garí, representante de la Red Jalisciense de Derechos Humanos (RJDH).