Un juez colombiano ha suspendido las concesiones mineras sobre el territorio indígena de los embera-katíos en el noroeste de Colombia, en lo que ha supuesto una decisión sin precedentes.
La resolución se produce después de las oleadas de violencia en el Alto Andágueda, en el departamento del Chocó colombiano, que ha forzado a cientos de familias indígenas a huir de sus hogares.
La violencia entre los insurgentes ilegales y el ejército ha coincidido con la expansión de la minería en la región, en su gran mayoría ilegal.