Por Helda Martínez, enviada especial IBAGUÉ, Colombia, julio (IPS)
Entre la vulnerabilidad y el coraje oscila estos días la población femenina de los municipios de Cajamarca e Ibagué, en el andino departamento colombiano de Tolima, por la posible explotación de una mina de oro, que alteraría la forma de vida de toda la zona.
Las emociones contrapuestas son en este caso comunes, pese a la diferencia socioeconómica de las mujeres de los dos municipios, distantes entre sí 35 kilómetros y unidos por la carretera Panamericana.
Todo comenzó en 2006, cuando la sudafricana AngloGold Ashanti (AGA) descubrió una veta de oro a apenas cinco kilómetros de Cajamarca, una población de 25.000 habitantes que en más de 90 por ciento viven de la agricultura y la ganadería. Sigue leyendo