Por: Marco Arana Zegarra
La región de Cajamarca es una de las más pobres del país. Entre los indicadores de su pobreza se cuenta tener el más bajo nivel de electrificación de todo el país (39.4%). De los 5810 centros poblados menores (CPMs) de Cajamarca solo 890 tienen acceso a la energía eléctrica.
El gobierno nacional y regional han decidido priorizar el proyecto de ampliación de la frontera eléctrica (PAFE III) de Cajamarca por el cual próximamente 1145 CPMs accederían a la electrificación, mientras que los demás CPMs seguirán en una larga lista de espera para los próximos años.
El acceso a la energía eléctrica es una aspiración profunda de las comunidades rurales, no solo por la falta que ella hace para mejorar las condiciones de vida, sino también por su asociación a las palabras mágicas “modernidad” y “progreso”: “Pueblo electrificado = pueblo que ha progresado”.
La pobre calidad educativa, la ausencia de agua y desagüe, los altos índices de desnutrición son indicadores que pueden ser aplazados ante la nueva realidad de ser un pueblo que, gracias a la electrificación, ha entrado en la modernidad. Sigue leyendo