Monitoreo efectuado por la sociedad civil revela que algunas zonas de la cuenca están infectadas de plomo en más de 180 veces de lo permitido.
Milagros Salazar. Enviada especial.
Las aguas turbias del Mantaro hacen inviable la vida acuática en estos ríos e inservibles para el consumo humano, revela el informe medioambiental del proyecto El Mantaro Revive. A lo largo de 170 kilómetros, elementos tóxicos que superan hasta 180 veces los niveles permitidos, discurren por las aguas de una cuenca que agoniza: El Mantaro, en la región Junín.
Esta vez, la confirmación del diagnóstico de gravedad no ha llegado de boca del Estado sino de la sociedad civil organizada que decidió elaborar un monitoreo ambiental de las aguas y de los suelos de la cuenca para conocer la dimensión real de la enfermedad y buscar el antídoto. Sigue leyendo