Es el número más alto hasta la fecha, con un total de 185 activistas y militantes fueron asesinados durante el año 2015, lo que supone más de tres cada semana, por defender sus tierras, bosques y ríos frente a las industrias destructivas, según el informe «En tierra peligrosa» publicado por la ONG Global Witness. Los países donde se han producido más asesinatos han sido Brasil, con 50 víctimas, y Filipinas, con 33.
Esta cifra supone el balance anual más alto hasta la fecha y un incremento del 59 por ciento con respecto a 2014, aunque Global Witness teme que los datos reales deben ser indudablemente más altos, dados los graves límites a la información.
Los países donde se han producido más asesinatos de activistas por los derechos de la tierra y el medio ambiente han sido Brasil, con 50 víctimas, y Filipinas, con 33, una cifra récord en ambos casos. A ellos les siguen Colombia (26), Perú (12), Nicaragua (12) y República Democrática del Congo (11).
Los principales motivos por los que se produjeron estos asesinatos fueron minería (42 muertes), negocios agrícolas (20), explotación forestal (15) y energía hidroeléctrica (15).
«A medida que la demanda por productos como los minerales, la madera y el aceite de palma continúe, los gobiernos, compañías y bandas criminales se apoderarán de tierras en desafío de las personas que viven en ellas», ha denunciado el responsable de campaña de Global Witness, Billy Kyte, en un comunicado.