El movimiento PAX Holanda condena y lamenta profundamente el asesinato de Néstor Iván Martínez, dirigente social de la zona carbonífera del departamento del Cesar, en el norte de Colombia, acaecido en horas de la tarde del pasado domingo 11 de septiembre.
Cuando la sociedad colombiana se prepara para la suscripción de un acuerdo histórico de paz con la principal organización insurgente del país, resurgen los asesinatos selectivos que empañan los esfuerzos de reconciliación.
El atentado mortal contra Néstor Iván Martinez se produjo en una finca del municipio de Chiriguaná, generando, como es apenas natural, conmoción y temor en la comunidad. Su liderazgo social hizo que asumiera la vocería de la Comisión de Interlocución del centro y sur del Cesar, un espacio de diálogo regional, así como la representación del Consejo de comunidades negras de La Sierra, El Cruce y La Estación, todas ubicadas en ese departamento. Además, fue uno de los organizadores de la movilización que se desarrolló el pasado mes de agosto ante el cierre del Hospital San Andrés de Chririguaná. Durante esa jornada de protesta, fue asesinado Neiman Agustín Lara, también líder del movimiento afrodescendiente, ambos trabajadores del proceso comunitario en defensa del territorio, el medio ambiente y en contra de la expansión de la mina de carbón que explota la transnacional Drummond en esta región del país y que ha generado graves impactos sociales y ecológicos.
Según comunicado de la Comisión de Interlocución, sus líderes e integrantes se encuentran en grave riesgo. El pasado 25 de agosto fue repartido en varios municipios del sur del Cesar un panfleto firmado por el Grupo Armado de Limpieza Social (GALS) en el que se profieren graves amenazas contra esta organización social.
El líder asesinado también hacía parte del Consejo Comunitario Afrodescendiente Kunta Kinte. Esta organización había iniciado dialogos con PAX Holanda desde el 2013 con el fin de recibir su apoyo y acompañamiento.
Al lamentar profundamente el asesinato de Néstor Iván Martínez, PAX solicita a las autoridades colombianas la pronta investigación y aclaración de este condenable hecho, así como la protección inmediata a los líderes comunitarios para evitar que se siga atentado contra su integridad, y la garantía de no repetición de estos actos violentos, que vienen presentándose en varios municipios del Cesar.
Igualmente, PAX Holanda expresa su sentimiento de pesar y envía un saludo de solidaridad y respeto tanto a sus familiares como a la comunidad con la que trabajaba.